Capítulo 40: Cuando Khloe terminó de hablar, Laura dejó escapar un suave suspiro. Una mezcla de emociones brilló en sus ojos. —Khloe, has soportado mucho y me siento responsable de todo. Hace tres años, estaba fuera investigando y no pude estar ahí contigo, dejándote sola para enfrentarte a todo. —Mamá, no es culpa tuya. Entiendo lo importante que es tu trabajo. Y si hubieras vuelto, Joshua te lo habría puesto aún más difícil. Lo entiendo. Khloe no guardaba ningún resentimiento hacia su madre. Su madre había completado su investigación un año después de que ella fuera encarcelada, y había dedicado toda su energía y recursos a conseguir su libertad. Al final, su madre sacrificó su carrera como directora de investigación, un puesto que había sido la ambición de su vida. Laura miró a Khloe y una sensación de alivio la invadió cuando tomó una decisión final. —Khloe, tengo que contarte algo. La razón por la que tu padre me tendió una trampa y me expulsó de la familia Evans fue por esto. Khloe se quedó paralizada por un momento, luego se inclinó sin pensar, con los ojos fijos en su madre. —Mamá, por favor, continúa. Te escucho. Laura inhaló profundamente, su mirada se nubló con dolor y una sensación de impotencia. —Tu abuelo siempre creyó que tu padre no era extraordinario, incapaz de mantener el legado de la familia Evans. Cuando reconoció tu extraordinario talento e inteligencia, redactó un testamento en secreto. Khloe abrió los ojos con asombro y no pudo evitar preguntar: «¿Qué tipo de testamento?». Laura apretó la mano de Khloe mientras explicaba: «El testamento estipula que si te casas antes de cumplir los 26 años, toda la propiedad de la familia Evans será transferida a ti. Mientras tanto, tu padre solo recibiría una modesta suma de dinero en efectivo y algunas casas». Un arrebato de intensa ira estalló dentro de Khloe, amenazando con hacer añicos su compostura. Apretó las manos en puños apretados, sus uñas presionando sus palmas, pero no sintió dolor. Así que esta era la verdad. En aquel entonces, Joshua siempre presumía de Laura, actuando como el marido perfecto y cariñoso delante de todos. Pero entonces, de la nada, Lorraine apareció con pruebas falsas afirmando que Laura había sido infiel. Las pruebas parecían tan convincentes que, si no fuera por la inquebrantable confianza de Khloe en el carácter de su madre, podría haber sido engañada. Cuando Laura dejó a la familia Evans, apenas se defendió. Parecía como si, de repente, dos personas que antes se llevaban bien se hubieran distanciado por completo. Al final, todo se redujo al testamento. Después de todo, implicaba mucha riqueza. Laura entendió que no se trataba solo de los sentimientos de Joshua. Era el atractivo de la riqueza lo que corrompía la naturaleza humana. Joshua nunca podría tolerar que Laura se quedara en la familia Evans, dado que sabía lo del testamento, y su marcha era su forma de proteger a Khloe. De lo contrario, Joshua podría haber ideado una forma de eliminar a Khloe en aquel entonces. Hace tres años, Khloe se había encontrado entre rejas. Siempre había creído que se debía a que Joshua había perdido los sentidos por Lorraine. Pero ahora, todo tenía perfecto sentido para Khloe. Estaba claro que Joshua había estado moviendo los hilos todo el tiempo, allanando el camino para que Lorraine y Sloane la incriminaran sin problemas. «Ese hombre no es más que una serpiente». Cada dificultad, cada momento de dolor e injusticia, se había cristalizado en un ardiente resentimiento dirigido directamente a su padre. Laura dejó escapar un suspiro silencioso, sus ojos tristes cargados de pesar. «Sí, Khloe. Siento mucho no haber podido protegerte de todo esto». Los ojos de Khloe se enrojecieron, las lágrimas amenazaban con derramarse, aunque ella se negaba obstinadamente a dejarlas caer. Al enderezar su postura, sus ojos irradiaban una férrea determinación, como una sola estrella brillando intensamente en el cielo nocturno. «Mamá, no digas eso. Nada de esto es culpa tuya. No dejaré que nadie vuelva a explotarme. La gente que nos hizo daño pagará». El tono de Khloe era tan frío y firme como el acero.