Capítulo 23: Entonces, la mirada de Carrie se cruzó con la de Lise. Por algún capricho del destino, Lise ya la estaba mirando fijamente. Sus ojos se encontraron y una sutil sonrisa se dibujó en los labios de Lise. En ese momento, un miembro del personal que sostenía un portapapeles llamó desde la puerta: «Número 7, Carrie Campbell, te toca». Carrie guardó su guion y se puso de pie. Al acercarse a la puerta, se detuvo y habló con irritación contenida: «Parece que me haya metido en una reunión de adivinos, donde todo el mundo parece juzgar las habilidades interpretativas y la calidad de estrella simplemente por las apariencias. Claro, la belleza puede que no tenga mucho peso, pero aceptaré los cumplidos de todos modos». Normalmente, Carrie no prestaba mucha atención a su aspecto, pero las constantes comparaciones de hoy con Lise le resultaban irritantes. Con rencor calculado, añadió: «En realidad, encuentro tu envidia más halagadora que los elogios de cualquier admirador». Con una salida tranquila, Carrie se marchó junto a Ruby, dejando a los espectadores atónitos y mudos mientras la observaban irse. En la sala de audiciones, cuando Carrie entró junto a Ruby, tanto el director como el guionista quedaron instantáneamente hipnotizados por su encanto. Rodeada por la deslumbrante variedad de talentos de la industria, Carrie se las arregló para brillar de manera excepcional. Su belleza no solo era vívida y llamativa, sino que se combinaba con una gracia natural que la hacía casi celestial. Era la encarnación viviente de la heroína del guion. El guionista, riéndose, comentó: «Es como si nuestra heroína hubiera saltado de las páginas; lástima que el autor se haya perdido este momento». Ruby, percibiendo la emoción en su voz, dio un suave empujón a Carrie, indicándole que se acercara para su audición. Tras una breve presentación, Carrie se preparó para meterse en su papel. En ese momento, Stewart Lopez, el protagonista masculino confirmado, hizo una entrada inesperada. «Me uniré a vosotros para esta audición», declaró con confianza. Aunque la sorpresa la sobresaltó por un segundo, el agudo instinto de Carrie se puso en marcha y se adaptó sin esfuerzo. Se dio cuenta de que el equipo de producción podría haber orquestado esta sorpresa para poner a prueba la resistencia y la capacidad de adaptación de los aspirantes. Con esta idea, Carrie se recuperó rápidamente. La tan esperada audición comenzó con un aire de emoción. Casi al instante, Carrie se metió en el personaje, igualando la intensidad de Stewart con la suya propia. Irradiaban una química innegable y sus interacciones fluían sin esfuerzo. Stewart, impresionado por su rápido ingenio, dirigió una rápida mirada al director e improvisó una frase, provocando un conflicto en lo que se suponía que era una conclusión suave de la escena. Carrie dudó solo un breve momento antes de volver a encarrilar la escena con elegancia, convirtiendo lo que podría haber sido un desliz en un momento brillante para la trama. «¡Eso es maravilloso! ¡Así concluye la audición!». Abrumado por su actuación, el director se levantó de su asiento detrás de la cámara y aplaudió con entusiasmo. «A pesar de los intentos de Stewart por complicar las cosas, el pensamiento agudo y rápido de Carrie realmente brilló. Fue superior al guion original. ¿Quizás deberíamos considerar reescribir el guion para incluir esta brillante improvisación?».