---- Capítulo 8 En el instante en que sus palabras cayeron, un pesado silencio cubrió a los presentes. Verónica y los padres aduladores que habían estado a su lado con tanta confianza, mostraron expresiones de horror puro, su arrogancia se desmoronó al comprender la verdad. Habían cruzado una línea que nunca debieron osar tocar. Les lancé una mirada gélida antes de volverme hacia el alfa ejecutor, con voz firme e inquebrantable. - Oficial, mi cachorra necesita atención médica inmediata. Espero que este incidente se maneje con la máxima seriedad, y me aseguraré de que se haga justicia. El ejecutor asintió con brusquedad. - Entendido. Sin dudar, ordenó a los guerreros de la manada que escoltaran a los culpables a la estación de policía de la manada. Antes de partir, me recordó que debía proporcionar la documentación correspondiente; recibos por la propiedad dafiada, así como informes médicos detallando mis heridas y las de mi hija. Solo con un expediente completo podría aplicarse el castigo apropiadamente. No perdí tiempo y llevé a mi hija a la guarida del sanador de la manada. El aroma de hierbas y ungiientos llenaba el aire mientras sus manos expertas atendíanlas ---- heridas. Su delicado pie fue cosido con precisión cuidadosa, y aunque mi nifia se quejaba de dolor, demostró su valentía. Una vez bajo el cuidado de nuestra nifiera de confianza, reuní los documentos necesarios y me dirigí a la estación. Al Ilegar, me encontré con una escena que habría sido cómica si no fuera tan patética. Los padres arrogantes que antes se burlaban de mí, ahora estaban acurrucados en un silencio ansioso, sus ojos se movían tan nerviosos como presas atrapadas en la trampa de un cazador. Su lealtad hacia Verónica no había sido por verdadero respeto, sino por miedo, estaban asustados por el poder que el supuesto del alfa Sebastián, le otorgaba a ella. Se habían postrado ante Verónica creyendo que era la Luna. Pero ahora, la verdad los atravesaba como plata envenenando la sangre. La mujer que adoraron no era más que una compafiera secundaria, con el mismo estatus que ella afirmaba despreciar. Y yo, a quien ridiculizaron y agredieron, era a quien debían honrar. La realización torció sus rostros en disgusto, como si los hubieran obligado a tragar bilis. La forma en que ahora miraban a Verónica era letal. La propia Verónica permanecía en silencio atónito, con sus manos temblando en su regazo. La vida se habiía ---- escapado de ella como si hubiera recibido una herida fatal, su mundo entero se había derrumbado en un instante, no solo por la abrumadora compensación que ahora me debía, sino porque la verdad la había herido con mayor profundidad que cualquier garra. Había querido derribar a una compafiera secundaria, declarando su absoluto desprecio por quienes tenían tal rango. Y sin embargo, ella había sido la compafiera secundaria todo el tiempo. El orgulloso hijo del que tanto se jactaba, ahora era, por su propio decreto, nada más que un cachorro ilegítimo. La vergiienza la asfixiaba, esa era una verdad insoportable de la que no podía escapar. Los ejecutores alfa examinaron meticulosamente los documentos que les proporcioné, calculando el alcance total de los dahos causados por Verónica y sus seguidores. Cuando se leyó la cifra final, un jadeo colectivo llenó la sala. - Novecientos cuarenta millones de dólares. La voz de una madre se quebró por la incredulidad. -jE- eso no puede ser cierto! (Cómo podría tener semejante fortuna? -iDebe ser un truco! - exclamó otro padre - . joOficial, nos está engafiando! ---- -iExacto! iNinguna mujer podría poseer tanto dinero por sí sola! Deberían investigarla, équién sabe de dónde vino todo eso? -iDebe haberlo robado! jNo hay otra explicación! Los intentos desesperados por difamarme eran casi risibles. Su arrogancia se había quebrado, pero aún buscaban algún tipo de ventaja, alguna excusa que los eximiera de culpa. El ejecutor se burló. -Ya lo hemos investigado. Ella es la hija del alfa más rico de la región, su fortuna supera todo lo que podrían imaginar. A pesar de eso, ella se comportó de forma humilde, y ustedes confundieron esa humildad con debilidad, un error que les ha costado caro. Siguió un silencio denso. Luego, el ejecutor continuó con voz firme. -La destrucción que causaron por sí sola justifica un castigo severo bajo la ley del alfa. En lugar de cuestionar su estatus, les sugiero que se preocupen por cómo planean pagarle porque ha dejado claro su postura: no habrá acuerdos. Novecientos cuarenta millones, ese peso tan aplastante los dejó sin aliento. La desesperación brillaba en sus ojos. No podían pagar, lo sabían. Y, previsiblemente, ---- recurrieron a suplicar. -Tiene mucho dinero. éPor qué nos hace esto? -gimió uno. - iSolo fue un malentendido! éNo podemos resolver esto pacíficamente? -iSolo rompimos algunas cosas! Eres la mujer más rica de la manada, épor qué guardarnos rencor? - Sí, puede que te hayamos golpeado, pero sigues de pie, éno? éPor qué arruinarnos por algo tan trivial? La audacia de esas personas era asombrosa; como si destrozar reliquias invaluables y destruir mi propiedad no significara nada, como si agredirnos físicamente a mi hija y a mí, fuera una simple molestia que debía pasar por alto, como si de algún modo, mi riqueza me obligara a perdonar sus pecados. Solté una risa lenta y escalofriante. -iNo eran muy valientes cuando destrozabanlo que me pertenecía? é Cuando pusieron las manos sobre mi cachorra? Se hizo el silencio. Di un paso adelante, dejando que mi mirada los atravesara como una cuchilla. ---- -iDónde está ese valor ahora? Cuando tenían el poder, actuaban sin dudar. Pero ahora, frente a las consecuencias, se acobardan. Miré a Verónica con ojos vacíos, luego me volví hacia los demás. - Se creyeron guerreros justos, luchando por una gran causa. Pero en realidad, no eran más que parásitos desesperados, buscando ganarse la simpatía de quién creían que más les beneficiaría. Si todo lo que hicieron hubiese sido dafos a la propiedad, quizá habría considerado clemencia, pero hicieron algo mucho peor; humillaron a mi hija, a mi cachorra. Y ese era un pecado que jamás les perdonaría. In the world of "Crimson Heiress" by CrushReel, business magnate Zelda falls victim to a treacherous plot orchestrated by her own brother and husband, unwittingly surrendering her empire to the cunning Yasmina. As Yasmina's sinister intentions unravel, Zelda meets a tragic fate. However, a twist of fate brings Zelda back to life, setting the stage for a riveting saga of betrayal, revenge, and redemption. Exploring themes of deceit, power struggles, and the complexities of relationships, "Crimson Heiress" delves into the intertwined lives of its characters against the backdrop of a captivating blend of CEO dynamics, time travel elements, and mysterious reincarnations. The narrative unfolds within the opulent setting of a grand mansion, where secrets are as abundant as the characters' ambitions. As Zelda navigates through her journey of transformation and retribution, readers are drawn into a web of drama that promises unexpected twists at every turn. What sets "Crimson Heiress" apart is its seamless fusion of suspenseful storytelling with elements of glow-up narratives and intricate character developments. With its gripping plotline and immersive exploration of vengeance and second chances, this ongoing tale captivates audiences seeking a compelling blend of mystery and drama. Discover the allure of "Crimson Heiress" for yourself; available to read online at CrushReel.