---- Capítulo 8 Javier me soltó, me ayudó a vestir y me dijo con ternura: -Alana, espérame un momento, ya vuelvo. Acepté, pero por dentro estaba hecha un manojo de nervios. Sabía muy bien que tenía que ver con el tipo de hace unrato. Cuando me escapé, el camarero había llamado al gerente. "El asunto no está resuelto todavía? iY si el gerente me reconoció y fue a quejarse con Javier? Si Javier se enterara de lo que pasó, éme dejaría? éY qué haría con mi matrícula?", no podía dejar de darle vueltas una y otra vez al asunto. Cuanto más pensaba, más nerviosa me ponía. Mis dedos temblaban y el sudor me cubria la frente, formando pequefias líneas. Mi mente daba vueltas, buscando una excusa para enfrentar a Javier. Pasó un buen rato antes de que Javier regresara, maldiciendo: - PLos clientes de ahora realmente se creenlos duefios del mundo. Su tarjeta no tiene saldo suficiente, pero dice que el problema es nuestro y arma un tremendo ---- escándalo en el vestíbulo. Mi rostro palideció al instante y el miedo me invadió por completo, pensé, "jEra ese hombre! ;Será que me está buscando por todas partes?" Javier se quitó la ropa, volvió a la cama y me abrazó. Estaba listo para continuar lo que no había terminado antes. Para que no se diera cuenta de lo sucedido, le pedí que se acostara y, como aprendí en las películas, metí mi cabeza entre sus piernas. Javier soltó un gemido de placer, mientras aceleré los movimientos con mis manos. De pronto, percibí un olor raro que salía. Javier tambiénlo notó al instante y me sujetó la cabeza, pidiéndome que me detuviera, preguntó: - De dónde viene ese desagradable olor a pescado? Toqué mi cabello, completamente confundida. " Maldición, olvidé lavarme el cabello!", me reproché. No tenía ni idea de cómo explicarle el olor a pescado en mi cabeza. En ese momento, sonó el timbre. Javier abrió la puerta. ---- - Sefior Godoy, qué falta de profesionalismo. iLa sirenita que elegí se escapó? Mi mente estalló en ese preciso momento. Reconocí aterrorizada la voz del tipo del estanque. "iDe qué sirenita está hablando? éSe está refiriendo a mí?", pensé. Me envolví apresurada en las sábanas, cubriéndome los ojos, dejando solo mis orejas afuera para escuchar. Javier, claramente molesto por las interrupciones, respondió con un tono entre severo e irritado: -iEstá seguro de lo que dice? Las sirenitas no pueden salir de los estanques. Justo lo que temía, peor se ponía la situación. El hombre ni siquiera le hizo caso, y entró con brusquedad en la habitación. Me escondí debajo las sábanas, temblando, y antes de que Javier pudiera detenerlo, el hombre arrancó las sábanas de un solo tirón. Al ver mi rostro alterado por el pánico, el hombre con un tono aterrador dijo: -Vaya, Sefior Godoy, qué interesante. (Usted mismo está compitiendo por la sirenita con sus clientes? ---- Mi novio lo miró confundido, pero luego su mirada se fijó en mí. - Mi habitación prohíbe la entrada de sirenitas, festás seguro de que no te has equivocado? -respondió Javier. El hombre respondió con una sonrisa malvada: --La vi desnudándose en el estanque. Creo que en esta tienda hay una regla clara: los clientes pueden elegir cualquier sirenita de los estanques. éO acaso ella es una excepción? Aunque fuera tonta, ya empezaba a comprender de lo que estaban hablando. "iAsí que cuando hablaban de "sirenitas" se referíana mujeres?" pensé para mis adentros. Miré a Javier, que tenía una expresión algo complicada y estaba a punto de responder. De repente, el gerente que estaba junto a nosotros se me acercó, detuvo avergonzado al hombre, y se disculpó: - PDisculpe, sefior, lamento que su experiencia no haya sido satisfactoria esta noche. Hubo un pequefio problema interno en la empresa. Déjeme compensarlo. Pase al área VIP, tenemos mercancía recién Ilegada, está muy fresca. Puede elegir lo que quiera. ---- El hombre miró al gerente, sefialando hacia mí, cuestionándolo: -éFresca? iMejor que esta? - Muy jovencita, sabes a lo que me refiero -respondió el gerente. Los ojos del hombre brillaron al instante y siguió al gerente afuera de la habitación. Solté un suspiro de alivio y me desplomé sobre la cama. Javier cerró la puerta con la mirada sombría, tomó un mechón de mi cabello y lo acercó a su nariz para olerlo. Y, preguntó: - Dime, éde dónde viene ese olor a pescado en tu cabello? Discover our latest featured short drama reel. Watch now and enjoy the story!