---- Capítulo 11 Javier ordenó que me liberaran de las cadenas, y yo salí del agua arrastrándome hacia la orilla. La tela mojada se pegó por completo por mi cuerpo dejando algunas partes apenas visibles, bastante seductora. A mi alrededor, los hombres comenzaron a respirar cada vez más fuerte, sus miradas lascivas recorriendo cada centímetro de mi piel. Esbocé una sonrisa apenas perceptible, y me dirigí hacia Javier. Sus ojos se ensombrecieron por completo. Reconocí su expresión, esa era la evidencia de su excitación. - Vayamos allí -dije, sefialando con un gesto el sofá en la esquina-. Quiero atenderte como te mereces. Javier negó, y antes de que pudiera reaccionar, su mano se hundió en mi cuerpo a través de la delicada tela que apenas me cubria. Su agarre era fuerte, casi dominante. - -No intentes jugar conmigo, hagámoslo aquí mismo- murmuró con un tono de voz baja y molesto. Mientras un gemido escapaba de mis labios. Una sensación que mezclaba dolor y un cosquilleo irresistible me recorrió de pies a cabeza. ---- Mis ojos se nublaron de lágrimas, adoptando un brillo húmedo que me daba un aire frágil, casi indefenso. Rodeada por todas esas miradas lascivas, apoyé mis manos en las piernas de Javier y, con movimientos sutiles, me arrodillé frente a él. Le abrí su cinturón y, sin ningún calentamiento, metí mi cabeza entre sus piernas. Javier, desprevenido, soltó un gemido de placer, luego cerró los ojos y empezó a disfrutarlo. Los hombres que nos rodeaban miraban admirados, completamente atrapados por la escena, y empezaron a complacerse ellos mismos. Muy pronto, probé con la lengua, asegurándome de que estaba listo. De repente, lo mordí de manera despiadada. Enseguida, Javier gritó miserablemente y cayó directo al agua. Antes de que los demás pudieran reaccionar, el agua de la piscina ya se había tefido de rojo en un instante. Saqué el pedazo de carne de mi boca, lo sacudí con desafío y anuncié: - Si lo conectan en menos de media hora, aún podría ---- servir. Si se exceden... bueno, ya no respondo más. Javier fue rescatado del agua, su rostro contraído por el agudo dolor mientras respiraba con molestia, ordenando con un tono de voz angustiada: -jTúl... j Mátenla! Al escuchar sus palabras, solté una gran carcajada. Acerqué el pedazo de carne a mi boca y manifesté: -Muy bien, veamos quién es más rápido: tú intentando matarme o yo devorando esto? Si lo mastico de manera correcta y atraviesa el ácido de mi estómago, temo que no quedará rastro alguno. Javier cerró los ojos, presa de un dolor casi insoportable, a punto del desmayo. Sus guardaespaldas intercambiaron miradas de asombro, sin saber qué hacer. - Quedan quince minutos, Javier. éQué prefieres: tener hijos o conservar tu imperio? - presioné. La mirada de odio que me lanzó hubiera sido capaz de devorarme viva, de no ser porque su cuerpo se encontraba completamente sometido. Al final, acordaron escoltarme afuera del lugar de forma segura. No era estúpida, no pasé el pedazo de carne, solo lo mantuve en mi boca mientras me sentaba junto a ---- Javier, esperando la Ilegada de la ambulancia. -Al menos te he apoyado durante más de cinco afios. Si no merezco reconocimiento alguno, al menos exijo un poco de consideración - advirtió Javier - . Cuando subas al coche, no digas más de lo necesario. Con la carne entre mis dientes, guardé silencio. Minutos después, 1Ilegó la ambulancia, seguida por varias patrullas policiales. El gerente descendió de uno de los vehículos, con pistola en mano, apuntándonos directamente. Discover our latest featured short drama reel. Watch now and enjoy the story!