---- Capítulo 8 La expresión esperanzada de Fabiola se transformó de inmediato en decepción. Con un tono desconcertado, preguntó: -éPor qué? Te amo, Ramón. éPor qué no la dejas de una vez por todas y te casas conmigo? Pero Ramón ni siquiera se dignó a mirarla. Se dio la vuelta y se marchó. Fabiola se quedó allí, inmóvil, con el rostro cargado de un profundo desconcierto y dolor. - Parece que no te ama tanto como crees - comenté con una sonrisa sarcástica. Si no fuera así, icómo podría no aceptar? Aunque, en el fondo de mi corazón, yo también me lo preguntaba: si ya no me amaba, épor qué seguía vinculado a mí? Fabiola apretó los labios con fuerza, me lanzó una mirada llena de resentimiento y dij - Seguro que va a romper ese vínculo que tiene contigo. Me encogí temblorosa de hombros y la vi alejarse, pensativo. ---- No podía seguir esperando a que Fabiola actuara. Tenía que tomar lo más pronto posible la iniciativa y recuperar el control. Apenas salí del hospital, compré unas cámaras y las instalé en el cuarto de Ramón. Las escondí bien. Solo me quedaba esperar el momento adecuado. Y no tardó en llegar. Fabiola, vestida con un uniforme de enfermera tan provocador que rozaba lo vulgar, bailaba con descaro sobre la cama. Ramón la miraba, embelesado. Sin perder tiempo, compartí el enlace de la transmisión en vivo con algunos conocidos de la manada. Verlo a solas no tenía gracia alguna. Todos debían ver con sus propios ojos quiénes eran en realidadlos dichosos Ramón y Fabiola. En el video, Fabiola intentaba subirse la ropa con ambas manos, como si fuera a ensefiarlo todo, pero luego se cubria otra vez. Parpadeaba sin parar, lanzándole miradas coquetas a Ramón. Se pasaba la lengua por los labios y movía sugestiva las ---- caderas frente a él. Cada gesto suyo rebosaba sensualidad y lascivia. Cuando vio que ya lo tenía completamente atrapado, Fabiola se quitó la ropa, revelando su cuerpo bien formado. La escena era demasiado explícita, así que desvié un poco la cámara hacia arriba. Aún así, las caras de ambos seguían viéndose con claridad. Respiraban entrecortadamente mientras comenzaban a acariciarse y besarse de forma apasionada. No pasó mucho tiempo, antes de que los gemidos de ella empezaran a subir de intensidad, uno tras otro, como una marea creciente. Todos los que estaban viendo la transmisión en vivo lo presenciaron con total claridad. La noticia no tardó en propagarse como pólvora. Primero uno se lo contó a otro, luego ese a muchos más. Muy pronto, toda la manada sabía que Ramón me era infiel... y justo con Fabiola. Y, para colmo de males, ella estaba embarazada. Para un heredero de la manada, una traición así dejaba una mancha imposible de ocultar. ---- Cuando un lobo encuentra a su pareja, está destinado a protegerla de por vida. Pero si la traiciona, queda marcado para siempre. Y si además es el futuro Alfa, tomarse a la ligera algo así solo produce desconfianza del resto en su liderazgo. Según contaron los sirvientes, su padre lo Ilamó y le dio una buena reprimenda. Y Fabiola, allá donde iba, todos murmuraban que le había robado el compafiero a su propia hermana... Enla manada, el escándalo se convirtió en un chisme grotesco. Nadie la respetaba. La sefialaban, se burlaban, hablaban a sus espaldas de la peor manera. Ambos quedaron con la reputación por el suelo. Ramón vino enloquecido a buscarme. Me gritó con rabia: -iTenias que hacerlo tan público? fAcaso no quieres ser la Luna de la manada? Solo quería que pudiéramos vivir en paz. Cuando naciera el bebé, pensaba dártelo. Pensaba que tú y ella podían llegar a Ilevarse bien. éPor qué tuviste que Ilevarlo todo al extremo? Lo miré con desprecio. Tenía la cara hinchada y ojos morados. Y sonreí satisfecha. ---- Quería quedarse con las dos. Demasiado ambicioso... - No me interesa ser la Luna de la manada. Si hubieras aceptado hace rato romper el vínculo, nada de esto habría ocurrido. Ramón, lo nuestro ya terminó. Mejor que cada uno siga su camino. Al menos que todos sepan que tu verdadero amor es ella, y que por amor te equivocaste. Pero quererlo todo... eso ya te convierte en un verdadero patán. Vi cómo su pecho subía y bajaba con violencia. Claramente lo había sacado de quicio. Transmitir en vivo su engafio solo fue para obligarlo a tomar una decisión. - Si no aceptas, no me hago responsable de lo que pueda suceder después. Si tengo que seguir soportando el dolor del vínculo, entonces que todos sufran conmigo. Me miró con rabia contenida. Yo le respondí una sonrisa brillante, provocadora, con un aire de desafío. Discover our latest featured short drama reel. Watch now and enjoy the story!
