Capítulo 43: “¡Y más te vale que te calles de una vez si no quieres que congele tus cuentas al menos por una semana! Para que aprendas a que no tienes que solaparle todas las ideas a John. Y desde ya te digo, si resulta ser cierto lo que me dijo Jack, no me costará nada comenzar a dudar de aquel intento de suicidio. Porque yo no estaba, no lo vi, entonces no me consta”, le corta. Sabrina sólo empuña las manos a un costado y cierra la boca mirando por la ventana. Tiene que evitar que Jack se quede con todo y ahora como están las cosas, es obvio que Jason no le va a quitar nada. Pero ella es una mujer ocurrente, así que ya algo hará para que sus angustias se terminen. Cuando Luna llega a casa por la tarde, está cansada, viene con todos los deberes acumulados por los días que faltó la semana anterior, pero está feliz. Pero esa hermosa sonrisa se le borra cuando ve a Jack sentado en la sala, tiene una cara de perros que ni él se la aguanta. Se acera con cautela y se sienta a su lado, colocando una mano sobre la suya, pero Jack la aparta con brusquedad y a Luna se le sale esa versión fea. “¿Qué te pasa?”, le pregunta con seriedad, pero tratando de no ser brusca como él. “Nada”, responde ella. “¡Comunícaselo a tu cara!”, le dice ella poniéndose de pie y Jack la imita. “¡No me molestes, ¿Sí?! ¡Tengo varios problemas que solucionar!”, espeta Jack. “¡Perfecto, no te molesto más!”, Luna se va a su antiguo cuarto, pero cuando se da cuenta de que ya no duerme allí, se molesta más. Se va al cuarto de Jack, en donde sus cosas están ordenadas y suspira con frustración, coge algunas cosas de allí y se va al otro cuarto para bañarse y luego se mete a su cuarto de estudio, pasando el seguro para que no la moleste. Deja el teléfono en silencio, se coloca los audífonos y se concentra en sus deberes, olvidando por completo el problema con Jack. Una hora después, Jack se pone de pie y camina hasta la cocina, está aún agitado por lo que pasó con su padre y la bruja de Sabrina. Luego frunce el ceño, trata de oír algún ruido en la casa, pero todo está bastante silencioso. “Luna…”, luego recuerda cómo la trató al llegar cuando ella sólo quiso ser amable y se pasa las manos por el cabello. “¡Luna… mi%rda!”, repite. Corre al cuarto para buscarla, pero no está allí. La busca por todos lados, hasta que intenta abrir su despacho, pero no le abre. Comienza a llamar desesperado, porque necesita pedirle perdón, ella no tiene la culpa de lo que pasó con su asquerosa familia. “¡Luna, ábreme! Luna, mi amor…”, pide Jack. Pero nada. Busca la llave de ese cuarto y lo abre, allí se la encuentra concentrada con sus deberes, con los audífonos y se acerca a ella para llamar su atención. Ella lo mira con el ceño fruncido, se quita los aparatos y se cruza de brazos. Jack se deja caer de rodillas frente a ella, junta las manos y comienza a suplicar. “Perdóname, mi amor, por favor… no debí tratarte así, pero no tienes idea de lo complicado que se puso todo”, suplica él. “Lo sé, bueno, me lo imagino… pero si voy a ser tu mujer, al menos debes compartir esas cosas conmigo, ¿No crees?”, pregunta ella. “No quiero agobiarte con esas cosas…”. “Si te dejan así, en tu versión de ogro, me agobian más que si no me las cuentas”, le corta ella. “¿Estoy en mi versión de ogro?”, pregunta Jack. Ella asiente y Jack pasa una de sus manos por sus piernas, pero ella se la quita de un manotazo. “¡No es un juego Jack! Tampoco seremos de esas parejas que no hablan las cosas porque las solucionan sólo con se%o”, espeta ella. “Yo no estaba pensando en se%o”, miente Jack. “Jack… te conozco perfectamente y esa es tu cara de querer llevarme al cuarto para hacerme gritar tu nombre y todas esas groserías que te encanta oír”, dice Luna. Pero no será así, quiero que me digas qué pasó para que estés así. “Primero, de verdad quiero pedirte perdón”, esta vez se sienta con las piernas cruzadas en el piso, algo muy impropio de él que va con traje, pero eso no importa. “Eres la única persona a la que no puedo culpar de las cosas que me pasan, porque precisamente eres la única que me hace sentir mejor”, agrega él. “Depende de que me cuentes lo que pasó…”, dice Luna. “Mi padre vino a darme otro ultimátum; o te dejaba o me quita de la herencia, además de la empresa”, admite. “Jack… yo…”. “¡No! No digas nada, eso está solucionado”, le dice él tirando de ella y sentándola a horcajadas sobre él. “Dejaré la empresa”, confiesa Jack. “¡Pero Jack!”, dice Luna. “¡Te dije que no digas nada! Sólo escúchame, ellos pretendieron manipularme, dijeron que John intentó suicidarse porque está enamorado de ti y tú estás conmigo. Por supuesto no me trago eso y mi padre me dijo que si no terminaba mi relación contigo me quitaría todo… pero le dije que no me importa”, dice él. “¡Y es verdad! No me importa. Pasé años solo, curándome las heridas sin ayuda de nadie y me volví ese ser que conociste. Pero tú… te diste el trabajo de conocerme, de escucharme y de amarme, no hay nada más importante que estar contigo y si él usará eso para chantajearme, no se lo permitiré”, espeta Jack. “Estoy así porque tengo demasiado que hacer, porque le entregaré un informe detallado de la empresa, además de estar buscando una fábrica que esté a la venta para abrir mi propia empresa de comida congelada”, agrega. “Eso es demasiado triste, no entiendo por qué te hacen todo esto”, dice Luna. “Lamentablemente mi padre es muy manipulable y esa mujer sabe cómo hacer que mi padre haga lo que quiere. No me extrañaría que ella tenga que ver con esa mentira del supuesto suicidio de John. “En verdad que es digno hijo de su madre…”, comenta ella. Jack la rodea por la cintura y ella lo mira a los ojos. “No vuelvas a alejarme de ti de esa manera, estoy aquí para ti y quiero que entiendas algo, siempre te apoyaré en lo que decidas”, agrega. “Gracias…”, dice ella. “¿Ahora sí puedo saludar a mi novia como se debe?”, pregunta Jack. “Sí…”. Y si ella quería decir algo más, no logra decirlo porque Jack la calla con un beso de esos que quitan hasta los malos pensamientos. Jack la obliga a sentir la dureza en su pantalón, Luna gime bajito y se deja llevar por la pasión. Se levanta sólo un poco para que Jack saque su miembro, se corre el short del pijama y baja lentamente, llenando el espacio de sus sonidos. Cuando terminan allí, Luna se mueve y Jack se pone de pie primero para ayudarla a hacer lo mismo. Luego se van al cuarto, Jack para cambiarse de ropa y Luna para ir al baño. Salen a la cocina para comer algo, cuando le avisan a Jack que un mensajero lleva algo para Luna. “¿Para mí? Seguro que Beverly me mandó pizza o algo así, solía hacer esas cosas”, se ríe Luna y Jack la toma de la mano para ir a recibir al chico. El muchacho llega con un sobre, dejándolos más curiosos. Ella firma la entrega, el muchacho envía un mensaje y el teléfono de Jack suena en ese momento, ve que es su padre y el chico le dice con timidez. “Él es quien envía el sobre, con permiso”, Jack le quita el sobre a Luna y lo abre al tiempo que responde. “¿Qué se supone que pretendes?”, pregunta. “Hola hijo, necesito hablar con ella”, pide Jason. “No, no te voy a dejar hablar con Luna”, dice Jack. “Por favor, es algo importante”, en ese instante Jack saca el contenido del sobre y Luna se lo quita para ver que es un cheque por una cifra bastante considerable. Title: A Match Made in Heaven In "A Match Made in Heaven" by CrushReels, a spontaneous decision leads to an unexpected twist of fate. What begins as a flash marriage to a street vendor unravels into the revelation that he is, in fact, a billionaire CEO. The story follows a wealthy heiress who finds herself lost and betrayed by those closest to her, navigating through deceit and the dark intentions of others. As she grapples with the aftermath of betrayal by her boyfriend and the unsettling proposition from her foster parents to be sold off to an older man, our protagonist faces challenges that test her resilience and character. Amidst the chaos of her circumstances, she discovers an unlikely connection with the street vendor turned CEO, leading to a journey of self-discovery and unexpected romance. Set against the backdrop of modern romance, this ongoing tale delves into themes of trust, redemption, and the complexities of human relationships. "A Match Made in Heaven" stands out for its unique blend of serendipity and intrigue, offering readers a captivating narrative that defies conventional expectations. Experience the unfolding saga online at CrushReel and delve into a world where chance encounters pave the way for extraordinary love stories.