Capítulo 44: “¡¿Acaso quieres pagarle a mi novia para que me deje?!”, exclama Jack. “¡¿Qué?! ¡No, yo sería incapaz de hacer eso…! Ese es el dinero que John le pidió prestado”, Jack mira a Luna y le coloca el altavoz al teléfono. “Repítelo”, dice Luna. “Te digo que ese dinero es el que John le pidió prestado hace un tiempo atrás y que nunca le regresó”, dice Jason. “Discúlpeme, Señor Gosling, pero ese dinero no es lo que yo le presté. Esto es mucho más que eso”, aclara Luna. “La suma que le entregaste a mi hijo es bastante considerable, pero dado que pasaron los meses, saqué los cálculos como si fuese una entidad bancaria. Con los intereses y reajustes del préstamo, eso es lo que corresponde”, le responde Jason. “Me temo que no lo aceptaré. No me malinterprete, el dinero que me debe es demasiado y me interesa recuperarlo, pero sólo eso, no quiero nada extra. Yo no soy una entidad bancaria, sólo fui una chica ingenua que creyó en un hombre que se suponía conocía a la perfección”, explica Luna. “Entiendo… pero mi conciencia se quedaría un poco más tranquila si aceptaras todo el dinero”, dice Jason. “Con todo respeto, Señor, pero su conciencia no me interesa mucho. Me importan más mis valores y estos me dicen que no puedo recibir esta suma de dinero porque no es lo que yo le presté a su hijo”, espeta Luna. “Ahora entiendo qué es lo que mi hijo vio en ti… y me alegra. Me alegra saber que tiene a su lado una muy buena mujer. Si me envías un número de cuenta, puedo depositar el dinero que él te prestó. Ni un peso más, ni un peso menos, para que los dos estemos en paz”, comenta Jason. “Muy bien, Señor Gosling, se lo agradezco… aunque es él quien debería entregar el dinero y no usted”, dice Luna. “No te preocupes, ten por seguro que el dinero viene de él. Que tengas una linda noche, Luna y te felicito, eres una gran mujer… y también gracias por amar tanto a mi hijo”, dice Jason. Tanto Luna como Jack se quedan mirando porque no entienden esas últimas palabras. Como sea, Luna mete el cheque dentro de él sobre y lo deja sobre la barra. “Debiste quedarte con ese cheque… pero no diré nada más al respecto porque sé que de todas maneras no te podré convencer”, dice Jack. “Sabes que el dinero no es lo que me mueve”, comenta Luna. Jack le toma la mano y retoman la tarea que iban a hacer antes de esa interrupción, se sientan a la barra a comer, sin dejar de decirse lo mucho que se extrañaron durante el día y de contarse las actividades que tuvieron en la jornada. Para cuando se van a dormir, Luna cae rendida enseguida, mientras que Jack se queda despierto unos minutos más, pensando en qué es lo que pretende su familia con todo eso. Pero sea lo que sea, no es nada bueno. En el instante en que Jason corta la llamada con su hijo y Luna, la tercera Guerra Mundial se desata en la mansión Gosling. Por la mañana, una vez que salieron de la empresa y llegaron a casa, Jason subió las escaleras directamente para ir a ver a su hijo convaleciente, pero se llevó una enorme sorpresa. Al abrir la puerta se lo encontró haciendo ejercicio, como si nunca hubiese estado mal por haber ingerido una alta dosis de somníferos. Por primera vez en su vida, Jason se dirigió a su hijo, lo tomó de forma violenta por la ropa y le dio un par de bofetadas. “¡¿Es verdad que le pediste dinero a esa muchacha?!”, le pregunta. “¡No sé qué te refieres, padre!”, dice John. “¡Sabes perfectamente a qué me refiero! Tú le pediste dinero a Luna y no se lo regresaste”, dice Jason. “¡Eso es mentira…!”, contesta John. “John, voy a darte la última oportunidad para que seas tú quien me digas la verdad, pero estoy seguro de que así fue. ¿Le pediste dinero a esa muchacha?”, pregunta furioso Jason. “Sí… ¡Pero no fue mucho! Fue en un momento de emergencia ¡Y tú no querías darme nada!”, reclama él. “¡Pues por algo será!”, le espeta. “¡Pero no es justo! A mí me controlas todos de los gastos y yo a veces necesito más dinero del que tú me das, tengo amigos con los que me gusta compartir y que tienen un estatus de acuerdo con nuestra posición”, reclama. “Todos ellos trabajan, tú eres el único vago de ese grupo y además eres quien le fomenta todos los vicios. Pero a partir de ahora todas las cosas yan a cambiar, vas a tener que buscar un trabajo, porque yo ya no te voy a mantener más. Todas tus tarjetas quedan congeladas y si quieres un auto nuevo, tendrás que trabajar para comprártelo, porque el que tienes ahora lo venderé para que le pagues a Luna el dinero que le debes”, dice Jason. “¡No puedo creer que quieras obligar a mi hijo a vender su auto para pagarle una deuda insignificante a esa mugrosa!”, dice Sabrina. “¡Desde ahora en adelante en esta casa queda prohibido hablar mal de Luna!”, espeta. Tanto John como Sabrina se quedan mirando a Jason sin poder entender lo que el hombre está diciendo. “¿Te has puesto de parte de esa mujer?”, sisea Sabrina y Jason los mira desafiante. “Estoy del lado de la felicidad de mi hijo… y si yo no puedo comprender que esa muchacha no lo ama, no es problema de nadie más que de él”, le dice a Sabrina y apuntando a John, luego mira a su hijo. “Y si quieres matarte, hazlo lanzándote al segundo piso y no tomándote cinco cápsulas que seguramente eran masticables para niños, porque te veo más sudado que deprimido”, le advierte. Jason sale de allí bastante molesto y se va a su cuarto. John deja caer en la cama, incrédulo de lo que acaba de pasar mientras su madre se acerca para abrazarlo. “No lo puedo creer… ¡Acabas de oír lo que me dijo papá!”, espeta. “Por más que he luchado contra ese estúpido de Jack, nunca he logrado que tu padre lo vea de otra manera. Aunque no se lo diga, siempre será su orgullo. ¡Pero esto también es tu culpa! ¿Cómo se te ocurre involucrarte con esa chica?”, le reclama su madre. “¿Qué quieres que te diga? Un día simplemente la vi, me gustó y la invité a salir. En ella encontré una oportunidad para muchas cosas que al final no resultaron. Al menos me queda de consuelo que mi hermanito no le pondrá un dedo encima, porque no le gustan las mujeres”, comenta. “¡Eso es lo que tú crees! Porque si Jack no nos respondió el teléfono, fue por estar tirándose a la mosca muerta esa, ¡Él mismo nos lo dijo esta mañana!”, dice ella. “¡Eso es mentira! Esa mosca muerta no le despierta ni un mal pensamiento a hombres que son normales, mucho menos ese fenómeno de Jack”, dice. “Pues voy a decirte algo, si eso es cierto, no falta mucho para que se comprometan y si eso pasa, estamos jodidos”, comenta Sabrina. La tarde se pasó, John vio cómo se llevaron su auto y para cuando Jason termina de hablar con Luna, espera sus datos bancarios. En ese instante entra Sabrina furiosa a su despacho con la clara intención de seguir defendiendo al inútil de su hijo. “Debes darle trabajo en alguna parte, tal vez puedas ponerlo de jefe en alguna parte de la fábrica”, le ordena. “Sabrina, que salga a buscar él mismo su sustento, como todas las personas que no tienen un título, que no han estudiado nada ni saben cómo ganarse la vida porque han sido unos mantenidos toda su vida”, dice. “¡No puedes hacerle esto, es tu hijo!”, exclama Sabrina. “¡Porque es mi hijo es que tengo que darle una lección! Hemos cometido un error terrible al hacerle creer que puede tener todo sin esfuerzo. Y sobre todo tú, que desde pequeño le enseñaste a ser así, sólo mira a Jack, su madre siempre le enseñó a ganarse las cosas”, le espeta. “¡No la nombres!”, grita Sabrina. “¡Aunque te duela, ella era mi esposa cuando tú me emborrachaste y te metiste a mi cama! Siempre supiste que era un hombre casado, que no te amaba y aun así me buscaste para embaucarme”, le contesta. “Yo no hice nada de eso, ¡Tú me violaste!”, le recuerda. Title: A Match Made in Heaven In "A Match Made in Heaven" by CrushReels, a spontaneous decision leads to an unexpected twist of fate. What begins as a flash marriage to a street vendor unravels into the revelation that he is, in fact, a billionaire CEO. The story follows a wealthy heiress who finds herself lost and betrayed by those closest to her, navigating through deceit and the dark intentions of others. As she grapples with the aftermath of betrayal by her boyfriend and the unsettling proposition from her foster parents to be sold off to an older man, our protagonist faces challenges that test her resilience and character. Amidst the chaos of her circumstances, she discovers an unlikely connection with the street vendor turned CEO, leading to a journey of self-discovery and unexpected romance. Set against the backdrop of modern romance, this ongoing tale delves into themes of trust, redemption, and the complexities of human relationships. "A Match Made in Heaven" stands out for its unique blend of serendipity and intrigue, offering readers a captivating narrative that defies conventional expectations. Experience the unfolding saga online at CrushReel and delve into a world where chance encounters pave the way for extraordinary love stories.