Capítulo 32: “Lo siento, pero Beverly patea por las noches”, las dos se ríen y caminan al comedor para pedir la cena, mientras que los dos hombres se miran con los ojos abiertos. “¡¿Acaso no podías pelear un poco por esa llave?!”, gruñe Jack y Zeus sólo se ríe. “Con esa chica es imposible pelear… pero ya verás que tendremos una solución, aunque yo me veré beneficiado, porque pienso dormir solo”, avanza para reunirse con las chicas y Jack siente un miedo ligero al pensar en que podría dormir con Luna en la misma cama. ‘¿Cómo se supone que yo pueda dormir con ella si nunca he dormido con una mujer?’, pero si Zeus recuerda ese detalle de su vida, se le nota que no le importa para nada. Al llegar a la mesa, las chicas están eligiendo qué comer y ellos se suman pronto a la elección de los platillos. Mientras esperan la comida, se quedan en silencio, mirando lo bello que se ve afuera, con la suave iluminación, como si todo el ambiente de aquel lugar les diera la oportunidad de tener un momento íntimo y agradable. Comen calmados, hablando de vez en cuando de algunas cosas sin importancia, hasta que Beverly recuerda un ligero detalle. “No tenemos pijama”, le dice tan bajito a Luna que Jack y Zeus las oyen perfectamente. “Bueno, no creo que sea problema”, le responde Luna sin mostrar preocupación “Ya que dormiremos en camas separadas, podemos hacerlo con ropa interior”, añade. “Al menos no tendré que ver ese pijama feo”, comenta Jack. Luna hace un puchero y todos se ríen, porque todos la han visto con él, es casi como si quisiera espantar a alguien con él. “Los que tienen el problema son ellos”, Beverly los mira divertida y Jack da un respingo. “¡No crean que yo podría dormir así al lado de este lunático! Prefiero regresar a casa, después de todo sólo queda a una hora”, le dice. “Sí, pero el lugar está lindo. Creo que feliz compraría una casa aquí… sólo si tuviera el dinero suficiente para hacerlo”, dice Luna mirando a fuera y deja salir un suspiro. Zeus y Beverly se quedan hablando, mientras que Jack sólo se queda viendo a Luna pensar en un futuro que tal vez nunca le llegue. Cuando terminan, Luna decide salir a caminar, mientras que Beverly les dice que ella se ira a acostar porque está cansada. Zeus acompaña a Beverly, más que nada para darles privacidad a Jack y Luna, porque es obvio que tienen mucho que hablar. Pero no dicen nada, sólo se mantienen allí, uno junto al otro, Jack como un protector dispuesto a saltar frente a cualquier peligro. “¿En verdad te gustaría vivir aquí?”, le pregunta Jack. “Me gustaría vivir en cualquier lugar que me dé la tranquilidad que sentí hoy, no importa si es una ciudad o un lugar en especial dentro de esa ciudad… sólo quiero estar tranquila”, responde ella. “¿Y conmigo vives tranquila?”, pregunta Jack. “Sí… es extraño, pero ni siquiera en mi casa, con mi madre a mi lado, me sentí protegida alguna vez como me siento contigo”, ella lo mira directo a los ojos y le acaricia el rostro. “No te niego que siento miedo muchas veces, por tus reacciones y tus propuestas, pero al final sólo me dejo llevar… contigo sólo me entrego a lo que sea”, añade Luna. “¿Tanto confías en mí?”, pregunta. “Como no tienes idea”, le dice ella con mucha sinceridad y se acerca más a Jack, él cruza sus brazos por su cintura, dándole calor incluso traspasando la ropa. “Tú eres el sol… y yo sólo soy Ícaro entregándome a mi suerte”, le dice a Jack. “Luna… “Eres el dios que en este momento decide mi suerte y yo haré lo que sea para quedarme contigo”, dice ella. Jack quiere decir algo, pero ella lo detiene. “Pero eso no quiere decir que te dejaré hacer conmigo lo que quieras, mucho menos aceptaré mentiras”, espeta Luna. “Si me quieres en tu vida, para siempre y tener tus hijos, debes prometerme que no me mentirás ni harás conmigo lo que quieras, porque puedo quererte mucho, Jack… pero no seré tu títere como lo son los demás. Yo no soy tu empleada, soy tu mujer”, le recuerda Luna. Él sonríe con suficiencia, Luna tira de él para borrarle la sonrisa con un beso y luego deciden ir al hotel, porque cada vez está más frio. Jack la acompaña al cuarto que compartirá con Beverly, pero al llegar se encuentran el cartel de ‘No molestar’. Por más que Luna llama, su amiga no responde. “No puede ser…” comenta. “Ven, vamos a mi cuarto, tal vez allí haya un sofá en donde puedas dormir, no creo que Zeus se oponga a eso”, dice. Luna asiente y se van al cuarto de los chicos, pero para su sorpresa, Zeus no está allí. Jack lo busca hasta en el baño, llama a su teléfono, pero nada… “¿Será que los dos están juntos?”, le dice Luna confundida. “Me temo que es lo más probable, demasiadas coincidencias. Me temo que nos toca compartir la cama, porque ese sofá es demasiado pequeño para ti”, Jack se quita el abrigo y lo deja en una silla. “¡No!”, dice con tono cantarín Luna. “No podemos…”, añade. “No es que vaya a deshonrarte, sabes que eso no me interesa”, le dice Jack con tanta naturalidad, que Luna se calma, ¡Pero sólo un poco! Porque ella sí se dejaría deshonrar, aunque fuera sólo una vez… sólo eso le bastaría para saber que ella es especial para Jack. ‘¿No te basta con que te quiera en su vida para siempre?’, pero Luna se responde que no. Esa relación es más como amigos con pequeñas ventajas y como va todo, no pasará de allí. Ella sólo se quita la gabardina, la boina y los zapatos, va al baño y suspira, mientras saca de su bolso su cepillo de dientes y una coleta para hacerse una trenza. Se da ánimos para pasar esa noche, con Jack a tan sólo unos centímetros de ella, con la oportunidad de ver a ese dios griego encuerado. “Dudo que se quite algo más que el suéter”, le dice a su reflejo decepcionado en el espejo. Para cuando sale, Jack hace lo mismo que ella, entrar al baño. Se quita el suéter, quedando con una playera y el pantalón, se mete en la cama y se acomoda lo mejor que puede para dormirse, Siente la puerta del baño abrirse, la luz apagarse y a Jack meterse en la cama, a su lado. “Buenas noches, Jack”, dice Luna. “Buenas noches, Luna”, pero no se queda allí, Jack se acerca a ella y la besa. Es un beso rápido, muy corto, pero lo suficientemente largo para que Luna note que Jack está con el torso desnudo. “¡¿Qué haces?!”, le dice ella encendiendo la luz y viendo cómo Jack está sólo con el bóxer. “Lo siento, pero no puedo dormir con tanta ropa, pero si te molesta, puedes colocar una almohada en medio”, su expresión es divertida y ella sólo achica los ojos. Si él cree que ella no puede jugar ese juego se equivoca. Se quita el pantalón por debajo de las cobijas, sólo eso basta para que a Jack se le borre la sonrisa, ella se gira para apagar la luz y se acomoda. Y contrario a lo que pensaba, sí se duerme enseguida, pero Jack se queda allí, mirándola dormir a través de la oscuridad y sintiendo la necesidad de acercarse a su cuerpo. “Si estoy dormido, no me doy cuenta de lo que hago…”, dice. Así que sólo se acomoda en la cama y se pega al cuerpo de Luna. Le sorprende lo perfecto que es, su piel suave, su tamaño que se amolda a su cuerpo para rodearla con sus brazos y atraerla a él. Nunca durmió con una mujer, pero acaba de descubrir que esa sensación la quiere repetir muchas veces más y buscará la manera de hacerlo. ‘Pero no será rompiendo las tuberías, de eso estoy seguro’, esboza una sonrisa, cierra los ojos y se deja llevar por un sueño tranquilo junto a la chica. A mitad de la noche, Luna se siente rodeada por un calor que no es el de las cobijas, se da la vuelta con cuidado y sabe que es Jack quien está allí, pegado a ella. Title: A Match Made in Heaven In "A Match Made in Heaven" by CrushReels, a spontaneous decision leads to an unexpected twist of fate. What begins as a flash marriage to a street vendor unravels into the revelation that he is, in fact, a billionaire CEO. The story follows a wealthy heiress who finds herself lost and betrayed by those closest to her, navigating through deceit and the dark intentions of others. As she grapples with the aftermath of betrayal by her boyfriend and the unsettling proposition from her foster parents to be sold off to an older man, our protagonist faces challenges that test her resilience and character. Amidst the chaos of her circumstances, she discovers an unlikely connection with the street vendor turned CEO, leading to a journey of self-discovery and unexpected romance. Set against the backdrop of modern romance, this ongoing tale delves into themes of trust, redemption, and the complexities of human relationships. "A Match Made in Heaven" stands out for its unique blend of serendipity and intrigue, offering readers a captivating narrative that defies conventional expectations. Experience the unfolding saga online at CrushReel and delve into a world where chance encounters pave the way for extraordinary love stories.