Capítulo 31: Para el almuerzo deciden ir a un restaurante, Ivar’s Mukilteo Landing les ofrece deliciosos platos con productos del mar y una hermosa vista al Sound. Aunque deciden comer dentro, para evitar el frio. Luna se quita la gabardina y la boina, Jack corre la silla para que tome asiento y por supuesto que Zeus hace lo mismo con Beverly. “Bev… por favor, no hagas lo que siempre haces”, le advierte Luna, pero ella sólo levanta las manos. “No te garantizo nada, si algo no me gusta, sabes que no me lo callo”, dice Beverly. Luna posa una mano en su frente mientras niega por la actitud de su amiga. “¡No es mi culpa que sea tan exigente con la comida!”, dice. “¡Pero te pido que no lo seas aquí!”, dice ella. “Yo quiero saber la opinión de las dos”, dice Jack recibiendo la carta. “Las dos son expertas en comida y no quiero que se guarden nada”, añade él. “¡Eso, tú avívale los instintos de Anton Ego!”, dice Luna y Zeus casi escupe el agua que está bebiendo. “¿Y ese quién es?”, pregunta Jack muy serio y Beverly mira a su amiga con expresión divertida antes de responder una barbaridad. “Oh, es un compañero de universidad de Luna, uno que es muy insistente, por cierto. Ha buscado miles de maneras para conquistarla, pero como es un idiota… mi amiga no le presta atención, porque ella no se fija en idiotas”, dice Beverly. Jack mira a Luna con esa expresión oscura, está celoso, muy celoso… ¡Más que celoso! Y todo lo que le sigue a eso. “Déjame explicarte”, le dice ella, pero Jack sólo se concentra en la carta, haciéndola sentir mal por algo que no es su culpa. “Gracias, Beverly”, sisea Luna y ella levanta la copa. “Por nada. Luego me lo agradecerás, ya verás”, responde Beverly. Lo que ninguna sabe es que Jack ya está investigando toda la clase de Luna sólo para buscar al bendito Anton Ego. Comen con calma, afortunadamente Beverly encuentra la comida deliciosa y Luna la apoya, sólo Jack permanece en silencio pensando en muchas cosas que lo hacen dudar un poco de Luna. Para cuando terminan, ella se pone de pie, toma sus cosas y camina al baño, mientras que Beverly y Zeus salen de allí para esperarlos y seguir el recorrido. Al salir del baño, Luna choca con el cuerpo de Jack, quien la mira muy molesto, pero ya no la intimida así que pone su propia cara de asesina. “Con permiso, Señor Gosling”, le dice ella, pero Jack la aprisiona contra la pared. “Ni se te ocurra besarme para quitarme el enojo, porque además de rabia siento decepción”, añade Luna. Él abre los ojos, pero no suelta su agarre. “¿Decepción?”, pregunta Jack. “Sí, no puedo creer que por una broma de mal gusto de mí amiga me hayas ignorado y ni siquiera me diste la oportunidad de explicarte. Así que déjame salir, quiero seguir disfrutando mi día”, responde Luna. “Y yo quiero saber, ¿Quién demonios ese tal Anton? Porque no está en tu clase”, dice Jack. Ella abre la boca y trata de decir algo, pero Jack lo dice por ella. “Sí, investigué toda tu clase y no está”, añade. “¿Quieres saber quién es Anton Ego?”, saca su teléfono, teclea el nombre en el navegador y se lo entrega para que lo vea. “¡Ese es Anton Ego! Es un personaje de una película para niños que trata de cocina”, dice ella. “Me estás…”, dice incrédulo, Luna le quita el teléfono y lo aparta. “Te recuerdo, Jack Gosling, que tú y yo no somos nada. Sólo te daré el hijo que quieres, pero si vas a celarme de esa manera e ignorarme cuando quiero explicarte las cosas, mejor lo dejamos hasta aquí y va te buscas a otra”, espeta Luna. Luna sale de allí furiosa, Zeus y Beverly la ven caminar directo al lugar en donde han dejado los vehículos, para luego ver a Jack salir corriendo tras ella. “¡Luna!”, pero ella no se detiene, así que corre más rápido hasta alcanzarla. “Luna, no me ignores”, la toma por el brazo y al girarla la ve llorando. “No… no llores, Luna”, pide Jack. “Tengo pena, Jack… no sé qué demonios creíste de mí… te dije que te quiero”, ella lo mira con sus ojos enrojecidos por el llanto y Jack aprieta sus dientes, porque él provocó eso. “No puedes sentir celos, Jack… tú no quieres nada conmigo, ¿Acaso deberé mantenerme en celibato toda mi vida sólo porque a ti no se te da la gana que tenga una pareja?”, dice Luna. “¿Y qué pasa si después ya no me quieres en tu vida? ¡¿Qué pasa conmigo si después descubres a la mujer de tu vida y ya no me quieres cerca de ti para estar con ella?!”, Luna se cubre el rostro mientras llora con amargura, porque esa posibilidad la está matando. “Luna, mírame. Luna, es imposible que busque a una mujer que quiera en mi vida”, le quita las manos del rostro y le levanta la barbilla. “No, no es imposible…”, dice Luna. “Sí, lo es, porque ya llegó y no quiero que se vaya”, comenta Jack. Ella lo mira con sorpresa, Jack se acerca a sus labios y le dice con voz ronca. “Eres tú, la mujer de mi vida, la que quiero se quede para siempre… y aunque no te puedo ofrecer algo convencional, te ofrezco quedarte para que veamos hasta dónde podemos llegar”, agrega él. “Jack… yo no…”, dice Luna. “No te cierres. Después de todo, nuestros hijos deben crecer en un hogar con amor”, dice Jack. Ella abre la boca y él le sonríe. “Un hijo no bastará y no quiero que nadie más los lleve en su vientre, Luna, porque no hay una mujer como tú”, añade. Y con esas palabras termina de desarmar a Luna, cierra su declaración con un beso apasionado, dejando a Zeus y Beverly sorprendidos por lo que están viendo… sí, ese es el primer beso en público que se dan y eso sólo significa la seriedad de lo que Jack quiere con ella. Al separarse de ese beso, los dos se miran fijamente y Luna siente que su corazón late con fuerza, Jack le está diciendo que la quiere en su vida, de una manera extraña, pero en ella y eso la hace sentir rara. Debe estar loca por estar dispuesta pasarse su vida sin intimidad, sin muestras de afecto y sin nada de lo que una pareja normal tiene en su día a día. ‘Para no tener muestras de afecto, bien que te celebró el cumpleaños y te trajo a este paseo’, le dice su consciencia, sin mencionar que acaba de proponerle que se quede con él por el resto de sus vidas, que formen una familia y tenga a sus hijos. “Vamos…”, le dice él tirando de su mano y se reúnen con sus amigos para seguir el recorrido en la ciudad. El día va avanzando, todo se oscurece y por alguna razón no se quieren ir de allí. Así que los chicos toman la iniciativa de buscar hospedaje en un bello hotel a la orilla del lago, el Silver Cloud Hotel. Ellas esperan en la entrada, hablando del día y de lo ocurrido con Jack, cuando Luna le cuenta a Beverly ella sólo sonríe emocionada. “Si ese hombre fuera un poquito más romántico, creería que te pidió matrimonio… pero dime, ¿Qué tal besa? ¿Mejor que el soso de John?”, pregunta Beverly. “Sólo tres chicos me han besado en la vida, él es uno de ellos y definitivamente el mejor”, responde Luna. Beverly ríe nerviosa y feliz, puede ver en el rostro de su amiga lo feliz que es. Los hombres se acercan a ellas, aunque van con las llaves en las manos, no se ven muy conformes. “¿Qué pasa?”, pregunta Beverly. “Sólo tenían dos habitaciones disponibles, una doble y la otra matrimonial. “Que mal ¿Cuál es la llave de la habitación matrimonial?”, dice Luna. “Esta”, dice Jack y Beverly le quita la llave a Zeus. Title: A Match Made in Heaven In "A Match Made in Heaven" by CrushReels, a spontaneous decision leads to an unexpected twist of fate. What begins as a flash marriage to a street vendor unravels into the revelation that he is, in fact, a billionaire CEO. The story follows a wealthy heiress who finds herself lost and betrayed by those closest to her, navigating through deceit and the dark intentions of others. As she grapples with the aftermath of betrayal by her boyfriend and the unsettling proposition from her foster parents to be sold off to an older man, our protagonist faces challenges that test her resilience and character. Amidst the chaos of her circumstances, she discovers an unlikely connection with the street vendor turned CEO, leading to a journey of self-discovery and unexpected romance. Set against the backdrop of modern romance, this ongoing tale delves into themes of trust, redemption, and the complexities of human relationships. "A Match Made in Heaven" stands out for its unique blend of serendipity and intrigue, offering readers a captivating narrative that defies conventional expectations. Experience the unfolding saga online at CrushReel and delve into a world where chance encounters pave the way for extraordinary love stories.