Capítulo 26: Sale de allí porque no dará otra oportunidad al asunto, a menos que Jack esté con ella allí. Se cambia de ropa y llama a Jack, sólo para saber cómo viene en su viaje. “¿Luna? Pensé que estarías ocupada aún”, dice Jack. “Sí, todo fue rápido, la verdad… me encantó tu laboratorio, ya me muero por ese paseo por la fábrica”, admite ella. “Esta semana estaré muy ocupado, pero te prometo que lo haremos. Ahora dime, ¿Qué pasó para que se terminara tu visita?”, pregunta Jack. “No tiene caso, mejor dime, ¿Eres alérgico a algún alimento?”, pregunta Luna. “Afortunadamente no, así que lo que sea que vayas a preparar, sólo hazlo preciosa”, dice Jack. “Bien, veremos si sale como espero, no me gustaría hacer el ridículo con el dueño de una empresa de comida”, espeta Luna. “Tú jamás harías el ridículo, preciosa. Nos vemos en casa… ¡Ah! Antes que lo olvide, ordené una sorpresa para ti, espero que no te molestes”, comenta Jack. “¿Qué hiciste, Jack?”, pregunta ella. “Sólo ve al cuarto con la nota”, responde él. Le corta la llamada y Luna ya siente que ese hombre seguro hizo una de esas cosas que lo hacen ser Jack Gosling, el hombre más dominante del mundo. Sonríe al sentir ese calorcito extenderse un poco más allá de su corazón, al entrar al departamento se da cuenta de que todo está en silencio. Camina a la cocina para ubicar los ingredientes, todos están guardados en sus lugares y ella va a su cuarto para ponerse más cómoda. Ve el cuarto con la nota y decide verlo luego, como para digerir lo que sea que ha hecho Jack. Una vez lista, se para frente a esa puerta y toma la nota, sonríe al ver que es la letra de Jack seguramente. [Luna, esto es un préstamo, ayuda, regalo, lo que tú quieras que sea, pero en mi mente es sólo tuyo. Con esto me ahorraré pasar preocupaciones futuras, estoy seguro. Luna abre la puerta con cierto recelo y al entrar se queda con la boca abierta. En la habitación predomina un escritorio de madera clara, el espacio no es oscuro como el resto de la casa y es obvio que Jack ha ordenado que así sea, sólo para ella. Allí hay ¡Mac de color rosa, dos impresoras, implementos de oficina para que pueda trabajar tranquila, un estante con libros y carpetas. Además, hay un sofá reclinable, casi como para que se siente cómoda allí a estudiar. Se acerca al escritorio y ve un iPad en su caja, listo para usar. La silla del escritorio es ergonómica y de color rosa. Se sienta allí, mira todo ese espacio que Jack mandó a preparar para ella y no puede evitar llorar. Pasa las manos por la madera, enciende el ordenador y como fondo de pantalla está ella sonriendo feliz en la heladería. “Me estás ganando Jack, y no con tu dinero… sí eres humano, después de todo”, dice con una enorme sonrisa y cambiando esa fotografía de ella por una de Jack que ha sacado de internet. Si hay algo que Jack conoce a la perfección de Luna es esa capacidad de no querer meter en problemas a las personas. Por eso, en cuanto corta la llamada con ella, llama a Lynda. “Quiero que me digas ¿Qué es lo que pasó entre la Señorita Walsh y Ester?”, pregunta. “Se-Señor… deme unos segundos”, se va a su oficina y allí se encierra. “La Señorita Fansi la trató muy mal, desde que llegó aquí trató de molestarla”, responde. “¿La Señorita Walsh le respondió?”, pregunta. “Sí, esa es la razón por la que mi jefa se fue echando humo a su oficina y comenzó a gritar enojada”, le dice. “¿Pudo mostrarles sus ideas?”, pregunta de nuevo. “No, no tuvo tiempo. Aunque, le di el recorrido como usted me ordenó y le expliqué todo lo que allí hacemos, alcanzamos a compartir algunas cosas y ya estoy lista para investigar lo que ella me contó. Tengo un amigo experto en esa materia que siempre me ayuda si tengo dudas, la idea de la Señorita Walsh es innovadora y sé que se puede implementar”, comenta ella. “Perfecto, eso es todo lo que quería saber. Mantenme informado y pregúntale a tu amigo si quiere ser consultor externo”, ordena Jack. “Muy bien, Señor, así será”, le responde. Jack corta la llamada, se queda pensando un par de cosas y que se extienden por todo el viaje de retorno a Seattle. Una de ellas es saber qué pensará Luna de la sorpresa que le ha dejado en el departamento y el hecho de que no lo llame lo pone más nervioso. “Esa muchacha cada vez me pone peor”, comenta. ‘Pero no creas que te vuelve débil, todo lo contrario, sólo te motiva a ser más fuerte y poderoso para protegerla’, al menos su consciencia tiene razón en eso y esboza una sonrisa. “Anish, quiero que evalúes con recursos humanos el despido de Ester Fansi y el ascenso de Lynda Atkins”, dice luego de un rato. “Sí, Señor”, la mujer comienza a teclear y Jack sólo se dedica a mirar por la ventana a seguir pensando en que la empresa en verdad necesita un cambio, su padre hizo un buen trabajo con la tecnología disponible en su momento, ahora es su turno de hacer algo impresionante para competir y mejorar sus procesos, Ester fue contratada por él, esa mujer es buena, pero ahora no tanto si está entorpeciendo sus innovaciones. Cree que por el hecho de haberse acostado con él puede hacer lo que quiera, como si hubiese sido la gran cosa, sólo porque ella es mayor unos años. Y así sigue con su análisis hasta llegar a Seattle. Al llegar al edificio, pasa primero por la oficina para guardar algunos documentos, revisar pendientes y luego se va al departamento. Y por primera vez en muchos años, Jack tiene miedo de lo que se encontrará allí, porque no tiene idea de cómo Luna se ha tomado aquel regalo. El llegar, el lugar huele de maravilla, puede reconocer el olor a carne asada, cítricos y algo más. Camina hacia la cocina para espiar y, por un segundo, vuelve a ser ese niño travieso que se metía a la cocina a comer antes de la cena. “¡¿Qué está haciendo, Señor Gosling?!”, se gira para ver a Luna con las manos en la cintura, él sólo se acerca a ella y la toma por la cintura para besarla. Luna lo aparta y lo mira molesta. “¡No hagas eso!”, agrega ella. “Te lo advertí por la mañana, si me llamas Señor, te besaré”, espeta Jack. Ahora sí estaba molesta, porque estás husmeando antes de que te sirva la comida. “¿Y qué esperas, mujer? Tengo hambre… y por eso te besé, para quitarte el enojo”, ella niega de manera reprobatoria y se quita el delantal. “Lávate las manos y siéntate”, dice Luna. Jack rueda los ojos, pero hace lo que Luna le ha dicho. En pocos minutos están sentados comiendo, disfrutando de una deliciosa carne asada, con salsa de naranja y puré de patatas. Jack tantea un poco a Luna, hasta que no aguanta más y le pregunta. “¿Fuiste al cuarto con la nota?”, pregunta Jack. “Sí, muy linda nota, por cierto”, dice ella dejando los cubiertos a un lado y lo mira con esos ojos ámbares que lo tienen cautivado, aunque no lo reconozca. “Pero ¿Entraste?”, pregunta. “Sí, se ve muy cómoda, los colores están hermosos, es como entrar a un lugar fuera de este departamento”, ve a Jack exasperado y sonríe. “Gracias, en verdad muchas gracias, ¿Sabes que me hiciste llorar?”, agrega Luna. “¡¿Por qué?! Yo sólo quería hacerte feliz, que no tengas que estar pasando trabajo para hacer tus deberes y…”, dice Jack. “Oye, tranquilo”, coloca una mano en su rostro y lo acaricia para que se calme. “Fue un detalle muy lindo, gracias, en verdad que sí. Es sólo que, llevo tantos años pasando por problemas para hacer mis deberes y también contando sólo con mi madre para ayudarme, que… el hecho de que tú tuvieras ese gesto, sólo me emocioné”, agrega. Title: A Match Made in Heaven In "A Match Made in Heaven" by CrushReels, a spontaneous decision leads to an unexpected twist of fate. What begins as a flash marriage to a street vendor unravels into the revelation that he is, in fact, a billionaire CEO. The story follows a wealthy heiress who finds herself lost and betrayed by those closest to her, navigating through deceit and the dark intentions of others. As she grapples with the aftermath of betrayal by her boyfriend and the unsettling proposition from her foster parents to be sold off to an older man, our protagonist faces challenges that test her resilience and character. Amidst the chaos of her circumstances, she discovers an unlikely connection with the street vendor turned CEO, leading to a journey of self-discovery and unexpected romance. Set against the backdrop of modern romance, this ongoing tale delves into themes of trust, redemption, and the complexities of human relationships. "A Match Made in Heaven" stands out for its unique blend of serendipity and intrigue, offering readers a captivating narrative that defies conventional expectations. Experience the unfolding saga online at CrushReel and delve into a world where chance encounters pave the way for extraordinary love stories.