Capítulo 16: Al oírla tararear una canción, se gira y puede ver lo hermosa que se ve, incluso con aquel pijama tan horrible. Ese instinto cavernícola tan cruel y bruto que tiene, lo hace ponerse de pie y caminar hasta ella sólo para molestarla por la ropa que lleva puesta, olvidando que su plan era otro. “¿No crees que deberías usar algo mejor que eso? Tu pijama es bastante feo”, dice Jack. Luna lo mira con la ofensa retratada en el rostro y se para con las manos en la cintura frente a él. “La verdad no me importa, nadie lo ve más que yo… no es que vaya a salir a la calle con él”, dice Luna. “Yo tengo que verte”, le dice él con esa malicia en el rostro y Luna asiente. “Eso soluciona bastante fácil”, dice. Luna busca una bandeja en donde coloca su plato, cubiertos, un vaso de jugo y camina a su cuarto sin decir nada y dejando a Jack con la boca abierta. Nuevamente esa muchacha lo ha dejado callado por sus palabras tan hirientes. “Pero me va a oír, en verdad que sí”, comenta. Camina dos pasos, pero se detiene cuando recuerda que le compró un regalo. Se pasa las manos con frustración por el rostro y regresa a buscar la caja de regalo que dejó en su despacho. “Ok… operación conquistando a Luna en marcha”, dice cuando tiene la caja entre sus manos. Dos minutos después está frente a la puerta de Luna y entra sin llamar porque vamos, está en su casa, ¿No? Ella lo ve con mala cara por su manera de entrar a su cuarto, pero Jack ni se inmuta. “¿No te enseñaron a llamar?”, le pregunta ella con molestia y él se encoge de hombros. “Supongo que se me olvidó, como a ti que se te olvidó comer pizza en plato y con cubiertos…”, ella abre la boca para pelear, pero Jack se adelanta. “Pero no estoy aquí para hablar de modales, te compré un regalo”, dice Jack. “Jack, por favor, no quiero encontrarme allí algo caro, como una laptop o qué sé yo…”, dice ella. Él levanta las cejas sorprendido y ella le dice con el dedo índice levantado. “¡Eres capaz de eso y más, no te hagas el sorprendido!”, agrega ella. “No es nada costoso, pero sí valioso, ábrelo”, Jack sólo responde todo lo calmado que puede estar. Ella se queda pensando unos segundos, hasta que camina hacia él y recibe la caja. La caja pesa un poco, pero no tanto como para ser un aparato electrónico. La deja en el borde de la cama, quita la cinta y la abre, su instinto la lleva a poner sus manos en su boca para ahogar el grito que quiere dejar salir, y luego mira a Jack con los ojos aguados. “Jack…”, se le escapa en un susurro tembloroso. “¡No me digas que no te gustó! O sea que de nuevo metí la pata”, dice él frustrado y a punto de salir, pero ella lo toma de la mano y tira de él para que no se vaya. “No lloro porque no me gustara, es todo lo contrario”, saca una de las prendas, que es un delantal de chef de color negro con los detalles de color rosa. Pero no es el único. Tiene uno gris con detalles rosa, marrón con detalles rosa y uno rosa con detalles negros. Luna se gira y abraza a Jack. Esta vez el hombre se queda estático sólo unos segundos, pero responde el abrazo de la chica un poco más relajado y posa sus manos en la espalda de la chica, atrayéndola un poco para volver a sentir ese contacto que no le es desagradable. “Gracias, Jack. Están muy lindos, los guardaré para cuando comience a trabajar”, dice. “Quisiera que al menos uno lo uses cuando prepares la comida aquí, quiero visualizarte como lo que serás, una gran chef”, ella se aparta lo suficiente para verlo a los ojos y maldición, por primera vez logra ver un atisbo de sonrisa en Jack. “¿Tú… tú crees que llegue a serlo?”, pregunta Luna. “Sí, lo serás. Harán filas enormes para comer en tu restaurante, tendrán que pedir reservaciones con meses de anticipación y saldrás en las mejores revistas de negocios”, le responde. Luna le sonríe feliz y él sólo puede ver ese brillo hermoso en los ojos de su mujer. Sí, porque es suya, nadie se la va a quitar. Ninguno parece querer terminar ese abrazo, se quedan así un momento hasta que la voz de Zeus los distrae. “¿Luna, estás bien…?”, Zeus se calla en cuanto se asoma y los ve abrazados. Luna intenta apartarse de Jack, pero él la pega más a su cuerpo como una clara muestra de que la chica le pertenece y Zeus levanta la mano con una sonrisa. “Pensé que te pasaba algo, buenas noches, nos vemos en el desayuno”, agrega él. Zeus se va a su cuarto algo contrariado, pensando que tal vez Jack encontró la manera de conseguir que Luna lo acepte, pero luego recuerda que su amigo tiene el romanticismo de un simio y se relaja sólo un poquito, ya vería él cómo convencer a Luna de que es mejor partido y que lo suyo sólo es con el interés de hacerla feliz. “¿Ahora sí me puede soltar, Señor Cavernícola? No puedo creer que no me dejaras saludar a Zeus”, sisea Luna apartándose de Jack con brusquedad. “Bien podías decirle ‘hola’ desde aquí, ¿O acaso querías ir a darle otro besito? Dime, Luna Walsh, ¿Tú y él son novios?”, pregunta. “¡Claro que no! Yo no tengo nada con nadie. ¡Y no quiero tenerlo tampoco!”, se cubre el rostro con frustración y luego mira a Jack. “Ya te dije que no quiero relaciones, me rompieron el corazón, Jack… mi exnovio me hizo sentir basura, un objeto que quiso usar, pero que no le sirvió y lo tuvo que desechar”, agrega Luna. “Y por más que quiera pensar de una manera diferente, él minó mi autoestima. No es suficiente con que sea inteligente, también debo ser bella o los hombres no se me acercarán”, dice también. “¿Te estás oyendo?”, le dice Jack acercándose a ella y bajando su rostro para quedar muy cerca de sus labios. “Tienes a dos hombres peleándose por conquistarte y no te das cuenta. Además, la belleza se pierde con los años, pero lo que tienes en tu cabeza se queda intacto, que no se te olvide”, agrega. Jack sale molesto de allí, Luna se queda con la boca abierta por las palabras del hombre. Fue… lindo, tal vez. Lindo, escalofriante y hasta perturbador. Si eso mismo se lo hubiese dicho Zeus, probablemente se habría oído más tierno, dulce, sincero y romántico, pero a Jack le salió casi como un sarcasmo puro. “Me voy a volver loca”, camina hasta la cama, guarda el delantal que sacó, cierra la caja y la deja en el vestidor, pero luego saca el que cree a Jack le gustará que use allí. Toma la bandeja, con la comida casi intacta y el hambre ya se le espantó por exceso de testosterona… y sólo hablamos de Jack. Limpia lo que ensució, deja el delantal colgado y se va directo a lavarse los dientes, luego se mete a la cama y se duerme cansada. Al menos esa noche no pasa por las pesadillas porque su cerebro está demasiado agotado con todo. Jack se cambia de ropa, se mete a la cama y abraza una almohada, pero la lanza lejos cuando no se siente igual tener a Luna entre sus brazos. Todo se vuelve más complicado en su cabeza y siente que debe hacer algo o terminará haciendo lo que no quiere; ceder por una mujer. A la mañana siguiente Jack mira complacido a Luna por estar usando su regalo, pero no dice nada. El desayuno, como todos los que siguen, se pasan en un silencio tenso porque los hombres no pueden dejar de mirarse y retarse sólo con sus ojos. Luna se limita esos días sólo a cocinar, comer rápido y salir de allí antes de que la maten con una de sus balas imaginarias. Un día Zeus les informa que las reformas en su departamento están casi listas y sólo le quedan unos cuatro días allí, Luna no puede evitar sentirse nerviosa porque, al irse Zeus, no sabe cómo será la convivencia con Jack, quien es una montaña rusa de emociones. Ese día uno de los maestros les deja un trabajo escrito, por lo que debe quedarse más tiempo. Llama a Zeus para pedirle el día, porque no sabe cuánto se tardará. “Claro, Luna, no te preocupes. Sabes que tus estudios son mi prioridad, yo te reemplazaré”, afirma Zeus. “No hablas en serio…”, dice Luna. “¡¿No me crees?! ¡Te enviaré fotos de mi trabajando en tu puesto, ya verás!”, exclama Zeus. Con una risa contagiosa cortan la llamada y Luna se va a la biblioteca para usar uno de los ordenadores del lugar, puesto que ella no tiene uno propio. Title: A Match Made in Heaven In "A Match Made in Heaven" by CrushReels, a spontaneous decision leads to an unexpected twist of fate. What begins as a flash marriage to a street vendor unravels into the revelation that he is, in fact, a billionaire CEO. The story follows a wealthy heiress who finds herself lost and betrayed by those closest to her, navigating through deceit and the dark intentions of others. As she grapples with the aftermath of betrayal by her boyfriend and the unsettling proposition from her foster parents to be sold off to an older man, our protagonist faces challenges that test her resilience and character. Amidst the chaos of her circumstances, she discovers an unlikely connection with the street vendor turned CEO, leading to a journey of self-discovery and unexpected romance. Set against the backdrop of modern romance, this ongoing tale delves into themes of trust, redemption, and the complexities of human relationships. "A Match Made in Heaven" stands out for its unique blend of serendipity and intrigue, offering readers a captivating narrative that defies conventional expectations. Experience the unfolding saga online at CrushReel and delve into a world where chance encounters pave the way for extraordinary love stories.
