Capítulo 11: Unos toques en la puerta la sacan de sus pensamientos, se apresura para abrir y ve allí a diez hombres con monos de trabajo blancos. “¿Sí?”, pregunta confundida. “Señorita Walsh, somos los encargados de empacar sus cosas”, le responde uno. “Pero…”, dice Luna. “El Señor Gosling nos contrató”, le entregan un documento donde está la orden de trabajo y ella sólo suspira. “Nosotros empacaremos todas sus cosas y las llevaremos a un depósito, sólo debe indicarnos cuáles son las que llevará al departamento del Señor”, añade. “Sólo mi ropa y las cosas de la universidad”, dice aturdida aún por aquella intromisión, aunque lo agradece porque no terminaría a tiempo ni aunque no durmiera. Sube a su cuarto, toma la manta que era de su madre y la deja junto a su ropa, porque quiere llevársela. Va a la cocina, saca su taza preferida y la guarda con el resto de las cosas que se llevará, se sienta en una banca en el jardín y no puede evitar llorar al saber que tiene que dejar su hogar de toda la vida. La puerta se abre y alguien se sienta a su lado, no es capaz de darse la vuelta, temiendo que sea Jack quien viene a meter el dedo en la llaga, pero cuando unos brazos diferentes, pero igual de fuertes, la rodean se aferra a ese cuerpo. “Tranquila, todo saldrá bien…”, le dice con calma Zeus. “¿Cómo puede salir todo bien? He perdido todo, Zeus. Mi madre, mi novio, mi hogar y mi trabajo, todo en la misma semana… “Oye, yo no te he despedido”, se ríe él y Luna se aparta, limpiándose las lágrimas. “Me refiero al que tenía antes. Tú serías capaz de traerme trabajo a casa con tal de no despedirme”, dice Luna. “Sip, eso es muy cierto. Pero ahora no estoy aquí como jefe, sino como amigo”, la ve a los ojos y le limpia las lágrimas. “Luna, sé que me conoces hace poco, pero yo puedo ayudarte en todo lo que necesites”, dice Zeus. “Gracias…”, Luna intenta separarse, pero la protección que siente con Zeus la hace quedarse justo allí. “No me agradezcas, siento unas ganas tremendas de cuidarte, de protegerte a cada momento, pero es como si algo no me lo permitiera”, le toma las manos y la ve a los ojos con intensidad, una que no quiere matarla. “Luna, tú me gustas mucho”, dice. Y como si un imán los atrajera, poco a poco se van acercando, hasta que Zeus toca los labios de la chica con cuidado, dulzura y ternura. Luna siente paz, siente que allí puede estar bien y segura, entonces ¿Por qué siente que está traicionando a Jack si él le provoca todo lo contrario a Zeus? “Interrumpo”, el siseo que sale de la boca de Jack hace que los dos se separen, Luna más asustada que cualquier cosa, pero Zeus sólo esboza una sonrisa, los labios de Luna son más dulces de lo que parecen. “Jack… ¿Qué haces aquí?”, pregunta ella. “Vine por ti, ¿No es obvio? Si ya tienes lo esencia listo, lo cargaremos en mi auto y nos iremos a casa “Espera ¿Cómo que ‘nos iremos a casa’?”, pregunta Zeus confundido y Luna baja la mirada antes de responderle, pero Jack se adelanta con el mismo tono de siempre. “¿No te contó? Pensé que eran ‘amigos’, Luna se irá a mi departamento”, dice Jack. “Lo siento, todo pasó muy rápido y no tuve oportunidad de contarte. Jack me ofreció ayuda desde que supe debía irme de casa”, comenta Luna. “¿Ayuda?”, pregunta incrédulo Zeus, porque él conoce a su amigo y él no ayuda, mucho menos si sabe que no sacará un provecho de la situación. “No entenderías, pero así es. Y Luna aceptó mi oferta, por eso he venido a buscarla”, responde. “Yo te ayudaré a cargar las cosas, chiquita”, le dice él tomándole la mano y ayudándola a ponerse de pie. Puede ser que Jack se adelantara en eso, pero si hay algo que Zeus no permitirá es que eso dañe la relación que piensa tener con Luna. Por supuesto que a Jack no le agrada para nada esa intimidad entre su amigo y la chica, los sigue muy de cerca, Luna le indica las cajas que llevará y Zeus toma una sin esfuerzo. Antes de salir de la casa, se gira hacia Jack y le dice. “Oye, si no te has fracturado un dedo, toma una caja y ayuda a cargarlas. Así terminaremos más rápido”, dice. ‘Y yo podré encerrar a esta mujer en mi departamento, así que no pienses que la volverás a ver, querido amigo… porque yo la vi primero’, con ese pensamiento Jack coge una de las cajas y la lleva hasta su auto. Luna se queda allí, en la entrada, mirando a los dos hombres, la luz y la oscuridad juntas, bromeando y preguntándose por su día, mientras que ella está hecha un mar de confusiones, sin saber a cuál de los dos elegiría si tuviese que hacerlo. Cuando Luna pasa a la oficina, guiada por Jack, mientras le ordena a los hombres de la mudanza llevar las pertenencias de Luna a su cuarto, ella no puede evitar sentir su respiración agitada al recordar cómo conoció a Jack. “Te llevaré a tu cuarto, sígueme”, dice Jack. A Luna le parece más un regaño que una invitación, pero sigue a Jack porque ahora mismo sólo se le antoja recostarse y dormir un poco. Sigue a Jack por una escalera de madera oscura con barandas de cristal, al llegar arriba se da cuenta de que es una casa en toda regla. La decoración es igual que el despacho, sólo que en lugar de un sofá para tres allí hay uno como para cinco personas y en vez de un escritorio, hay una mesa para doce personas. Todo allí es gris en las paredes, madera oscura en el mobiliario y el piso, salvo algunos adornos que tienen algo de color, ese lugar parece bastante lúgubre. “Como ya te habrás dado cuenta, esa es la sala, por allá está la cocina…”, comenta Jack. “¿Puedo verla antes que mi cuarto? Quiero ver si falta algo en ella”, pide Luna. “Lo dudo, mi cocina está completamente equipada”, dice con aire de suficiencia. Luna entra en el espacio, en realidad parece tenerlo todo, pero hay cosas puntuales que ella necesita para cuando debe practicar en casa. Comienza a abrir cajones y puertas, saca de su bolso una libreta para anotar cosas y Jack tiene curiosidad de lo que ella escribe. En un descuido, Jack le quita la libreta y ella lo ve con el ceño fruncido. “Tú eres como Tomy Jones”, espeta ella. “¿Y ese quién demonios es? ¿Acaso otro novio?”, pregunta Jack. El siseo casi le provoca una carcajada a Luna, pero se controla. “No, es el niño que siempre me quitaba las cosas en primaria”, Luna recupera su libreta y anota un par de cosas más. “Lamento decirte, pero a tu cocina le faltan muchas cosas. Aunque no importa, porque lo que requiere son cosas específicas que necesito yo para mis prácticas de comida”, agrega Luna. “Dámela, me encargaré…”, dice Jack. “No, ya te dije que son cosas específicas que no deberías tener de todas maneras”, insiste Luna. “Es mi cocina, no puede faltarle nada”, vuelve a quitarle la libreta, le saca una fotografía y se la regresa. “¿Sólo esto?”, pregunta. “Sí…”, dice no muy convencida. “Habla, no me gusta que me oculten cosas, tú menos que nadie”, dice Jack. “Un delantal, el que tenía se arruinó”, comenta Luna. En una hora tendrás todas estas cosas. Te daré el número de mi asistente, cualquier cosa que necesites, incluso los ingredientes, él los tendrá para ti”, le dice Jack. “Esos los busco yo, no cualquiera puede diferenciar entre harina de fuerza, flor, integral…”, dice Luna. “Ok, entonces alguien irá contigo de compras”, insiste Jack. “No es necesario”, le dice Luna ya fastidiada de ese control. “Dime algo, cuando cocinas ¿Sólo lo haces y luego lo tiras o te lo comes?”, pregunta Jack. Title: A Match Made in Heaven In "A Match Made in Heaven" by CrushReels, a spontaneous decision leads to an unexpected twist of fate. What begins as a flash marriage to a street vendor unravels into the revelation that he is, in fact, a billionaire CEO. The story follows a wealthy heiress who finds herself lost and betrayed by those closest to her, navigating through deceit and the dark intentions of others. As she grapples with the aftermath of betrayal by her boyfriend and the unsettling proposition from her foster parents to be sold off to an older man, our protagonist faces challenges that test her resilience and character. Amidst the chaos of her circumstances, she discovers an unlikely connection with the street vendor turned CEO, leading to a journey of self-discovery and unexpected romance. Set against the backdrop of modern romance, this ongoing tale delves into themes of trust, redemption, and the complexities of human relationships. "A Match Made in Heaven" stands out for its unique blend of serendipity and intrigue, offering readers a captivating narrative that defies conventional expectations. Experience the unfolding saga online at CrushReel and delve into a world where chance encounters pave the way for extraordinary love stories.
