---- Capitulo 9 Cuando busqué mi celular, encontré un mensaje de un numero desconocido: -Descansa hoy. Las clases de vuelo las dejamos para después hasta que se componga el clima. Avisame si necesitas algo. Adrian. Mis dedos se quedaron suspendidos sobre la pantalla. Poco después, recibi otro mensaje de Adrian. -jEstés libre este fin de semana? Me gustaria invitarte a cenar. Su invitacién me sorprendié. No esperaba que Adrian fuera tan directo cuando apenas nos conociamos. Estaba a punto de decir que no cuando vi a Bruno acercandose desde el otro lado de la calle. Su figura delgada era inconfundible aun desde lejos. -Claro -escribi rapido-. Mandame la direccion y nos vemos ahi. Un destello de alegria cruzé los ojos de Adrian mientras asentia y se despedia. Apenas Adridn se habia alejado cuando Bruno me intercepté, bloqueando deliberadamente mi camino con su cuerpo. -ZQuién era ese hombre? -exigid, con la voz cargada de enojo-. £ Por qué aceptaste cenar con él? Crei que Bruno se habria ido tras nuestro enfrentamiento de ayer, pero habia estado vigilando, esperando mi regreso. Verme hablar con Adrian habia despertado en él una furia posesiva que pocas veces vi durante nuestra relacién. ---- Frunci el cefio y controlé mi tono. Eso no es asunto tuyo. -{Cémo puedes decir que no es asunto mio? Todavia somos pareja. No voy a permitir que salgas con otros hombres. Era la primera vez que Bruno me gritaba. Sus ojos se veian rojos de ira mientras me miraba furioso, su lobo apenas contenido bajo la superficie. Parecia listo para atacar a alguien, probablemente a Adrian si hubiera seguido ahi. Me encogi, retrocediendo instintivamente ante su agresividad. Al ver mi reaccién, Bruno se calmé de inmediato y la culpa reemplazé la ira en su rostro. =Lo siento -dijo, su voz més suave~. Perdi el control por un momento. Pero de verdad no puedo soportar la idea de que estés con alguien més. Metié la mano en su chaqueta y sacé un documento de aspecto oficial, extendiéndolo hacia mi con desesperacién sincera. -Esto es de la autoridad médica principal de hombres lobo -explicé -. Confirma que tu Utero si desarrollé céncer. No te mentia: la cirugia era necesaria para salvarte la vida. Eché un vistazo al reporte y efectivamente tenia el sello oficial de la Autoridad de Salud de Hombres Lobo de Norteamérica, casi imposible de falsificar. Pasé junto a él sin decir nada, tratando de procesar toda esta informacién. -Solo necesito aire. -murmuré. -Ambar, eres la Unica a la que de verdad he amado -continud Bruno, siguiéndome de cerca-. Nunca te haria dafio a propésito. ---- Su voz se quebré con emocién mientras continuaba su suplica. -Lo que pasé con Carmen fue un error terrible. Ya terminé todo con ella. Nunca mas va a meterse en nuestras vidas. Por favor, regresa a casa. No soy nada sin ti Extendié la mano hacia la mia, pero me aparté bruscamente, poniendo mas distancia entre nosotros. -Ya sabes lo que dicen: el que engafia una vez, engafia siempre -le dije friamente-. Me traicionaste, y eso no lo voy a perdonar nunca. Déjame en paz. Bruno parecia incapaz de entender mi rechazo y sacudié la cabeza con terquedad -No. No puedo dejarte ir. Llevamos tantos afios juntos. gC6mo puedes olvidar todos esos momentos bonitos? Al ver la expresion dolida de Bruno, no senti nada: ni compasion, ni remordimiento, solo el vacio donde antes habia estado el amor. Saqué mi celular y llamé a las fuerzas de seguridad de la Manada Cazadora. En minutos, llegaron para sacar a Bruno del territorio. -No puedes hacer esto -protesté mientras dos guardias fornidos lo escoltaban-. ;Ambar, por favor! ;Necesitamos hablar! Después de que se fue, le escribi a Carmen diciéndole que controlara a Bruno si no queria que le prohibieran para siempre la entrada a los territorios de las manadas aliadas. Para mi sorpresa, Bruno no volvié a aparecer después de eso. Durante las siguientes semanas, Adrian siguid buscando mi compaiiia de diferentes maneras. Aunque se mostraba reservado en ptiblico, yo sentia su interés.