---- Capitulo 8 Nuestro instructor de vuelo era un joven Alfa llamado Adrian Escarcha. La palabra "guapo' no alcanzaba para describirlo. La mayoria de las mujeres del grupo se habia apuntado solo para mirarlo. Sus rasgos perfectos y esos ojos grises tan intensos llamaban la atencién a donde fuera A pesar de toda esa atencién, se mantenia serio y profesional. Solo hablaba cuando le preguntaban algo del trabajo, siempre distante y dificil de alcanzar. Antes de que comenzara la leccién de helicdptero, reviso meticulosamente el equipo de seguridad de cada persona. Cuando lleg6 mi turno, sus ojos se quedaron fijos en mi mas tiempo del necesario. Habia algo extrafio en sus ojos, casi como reconocimiento, como si nos hubiéramos conocido antes. Pero no dijo nada, simplemente verificé mi arnés de seguridad antes de guiarnos hacia el cielo. Cuando estaba con Bruno, él nunca me permitia participar en deportes extremos o actividades de adrenalina. Siempre se preocupaba por mi salud y seguridad, insistiendo en que mi cuerpo era muy delicado. Lo que él nunca entendi¢ fue que siempre me habia gustado la adrenalina, Entre mas emocionante fuera la actividad, mas la disfrutaba Para calmarlo, dejé esas actividades después de nuestra ceremonia de apareamiento. Abandoné esa parte de mi, como tantas otras, para ser la compafiera que él queria Antes de conocer a Bruno, volar helicdpteros habia sido mi mayor ---- pasién. Durante esos afios de restriccién, veia videos de pilotos surcando las nubes, con los dedos ansiosos por agarrar los controles otra vez. Nunca imaginé que tendria otra oportunidad de volar. Cuando despegamos, la sensacién de subir por los aires desperté algo que habia estado dormido dentro de mi durante mucho tiempo. Por primera vez en afios, me senti realmente libre. Desde las alturas, el mundo se transformé en un paisaje miniatura donde las montafias, bosques y lagos se convirtieron en pequefios detalles de un mapa que cobraba vida, y al igual que ese paisaje reducido, mis problemas también parecfan pequefios y lejanos. Pero cuando nos prepardbamos para descender, el desastre se presenté de manera stbita: el motor del helicéptero emitié un sonido terrible y de inmediato comenzamos a caer del cielo, mientras que mis intentos por desplegar el paracaidas de emergencia resultaron inutiles debido a que el mecanismo se habia atascado. Mientras caia y el suelo se acercaba hacia mi a una velocidad aterradora, en medio de todo ese caos logré ver a Adrian lanzandose hacia mi con su cuerpo cortando el aire como un misil. Me atrapé en el aire y sus brazos fuertes se envolvieron con seguridad alrededor de mi cintura, y en el preciso momento en que nuestros cuerpos se conectaron, algo eléctrico pasé entre nosotros. Ambos nos quedamos inméviles por una fraccién de segundo con los ojos fijos en mutua sorpresa, mientras que mi loba, que habia permanecido inactiva desde que dejé a Bruno, de repente surgié hacia adelante con un aullido de reconocimiento. Era una segunda oportunidad de compafiero, el regalo mas raro que la Diosa Luna podia dar a un lobo que habia perdido a su pareja ---- destinada. Adrién volvié a la accién y desplegé su paracaidas, que se abrié sobre nosotros tirandonos hacia arriba antes de comenzar un descenso controlado, hasta que golpeamos el suelo con més fuerza de la deseada y rodamos por la hierba en una mezcla de extremidades y material de paracaidas. Los otros estudiantes corrieron hacia nosotros con rostros tensos de preocupacién, mientras que Adrian me levants en sus brazos antes de que pudiera ponerme de pie y me llev6 a una pequefia cabafia que servia como sede de la escuela de vuelo -{Te lastimaste? -pregunt6, y sus ojos claros se oscurecieron de preocupacién. La distancia profesional habia desaparecido y en su lugar habia una intensidad que hizo que mi corazén se acelerara. Me froté la espalda magullada y negué con la cabeza. -Estoy bien Me duele un poco la espalda, pero pronto se me pasaré El fruncié el cefio mientras hacia una mueca. -No, eso no es suficiente. Te voy a llevar al sanador para que te examine. Hay lesiones que solo se pueden detectar con una revisién médica. Sin esperar mi respuesta, me llevé hasta su vehiculo y condujo directamente al centro de sanacién de la Manada Cazadora, donde Gnicamente después de que las radiografias confirmaron que no tenia lesiones graves, é! pudo relajarse y la tensidn desaparecié de sus hombros. Observé cémo su postura rigida se relajaba gradualmente y me senti realmente agradecida. Gracias por hoy, Sr. Escarcha. -Cuidar a los estudiantes es mi trabajo -respondié con frialdad, aunque algo mAs calido brillé en sus ojos~. Son casi las seis. Te voy a llevar de vuelta a donde te hospedas ---- Adrién me acompaiié de regreso a mi cabafia, y todo lo que habia sucedido durante el dia, desde enfrentar a Bruno hasta el mal funcionamiento del helicdptero y conocer a un compafiero de segunda oportunidad, me habia agotado por completo, por lo que después de una cena ligera me acosté en la cama y cai en un suefio. profundo. Pero el suefio no me trajo descanso. El rostro palido de Bruno se entremezclaba con la mirada penetrante de Adrian, creando un torbellino de emociones que agitaba a mi loba interior, quien gemia de desconcierto ante esta situacién imposible. Se suponia que los compaiieros de segunda oportunidad eran una bendicién, un nuevo comienzo después de la pérdida, pero gqué sucedia si el primer compaiiero no se habia perdido en verdad, sino que el vinculo habia sido roto por la traicién en lugar de la muerte? Esta situacién no aparecia en ninguno de los textos ancestrales que conocia. Desperté al amanecer con la piel humeda de sudor y el corazén mas turbulento que nunca. Fuera de mi ventana, copos de nieve comenzaban a descender suavemente, transformando el mundo en un lienzo inmaculado. Era como si el universo me ofreciera un nuevo comienzo.