---- Después de nuestra tercera leccidn de helicdptero, decidi hablar del tema directamente. Habiamos aterrizado en un prado remoto para almorzar cuando lo mencioné. -Adridn, necesito ser sincera contigo -dije, dejando mi botella de agua~. Acabo de salir de una relacién que durd més de diez afios. No estoy lista para empezar otra. Esperaba decepcién o tal vez frustracién. En su lugar, Adrian asintio con comprensién. -Puedo esperar -dijo simplemente-. Ya llevo doce afios esperando. Un poco més no me importa. Su respuesta me confundid. -{Doce afios? {Qué quieres decir? La expresion de Adridn se suaviz6 con el recuerdo. -Nos hemos conocido antes, Ambar. TU no te acuerdas, pero yo jams podria olvidarlo. Entonces me conté una historia que me dejé sorprendida. Doce afios atrés, cuando recién empezaba a trabajar y habia ahorrado lo suficiente para costear actividades recreativas, tomé clases de esqui en un resort cerca del territorio de la Manada Tormenta Adrian también habia estado ahi, huyendo temporalmente de las. presiones del negocio familiar. Buscando un lugar tranquilo, se metié en una zona sin vigilancia de la montajia y sufrié una caida grave que lo dejé atrapado en un barranco, -Me habria muerto de frio si tu no me hubieras visto -dijo en voz baja-. Le avisaste al personal del resort y te quedaste hasta que me rescataron. Hasta me fuiste a ver al hospital después. Después de ese incidente, nunca lo volvi a ver. Me explicé que me ---- habia buscado para agradecerme como se debia, pero al parecer yo habia desaparecido. -No fue hasta que vi tu ceremonia de apareamiento con Bruno en las noticias regionales de manadas que supe quién eras -continué -. Pero para entonces, ya estabas con él. No podia meterme en esa relacién Me quedé asombrada al recordar esta conexidn que habia olvidado por completo. Parecia demasiado increible para ser solo casualidad -{Por eso me reconociste en la escuela de vuelo? -pregunté. Adrian asintié. Nunca olvidé tu cara. Cuando te anotaste para las clases, pensé que la Diosa Luna me daba una segunda oportunidad. ~Y entonces descubriste que era una compafiera rechazada. -dije con amargura. -No -me corrigié gentilmente-. Descubri que eras valiente. Tuviste el valor de irte cuando las cosas ya no funcionaban. Sus palabras despertaron algo en mi que habia permanecido dormido. A pesar de que rechacé su interés roméntico, Adrian no se alejé. Al contrario, me ofrecié su amistad, me acompafié en aventuras al aire libre y respeté mis limites. Se volvié alguien confiable y tranquilo en mi nueva vida: me apoyaba sin presionarme, estaba cerca sin invadir mi espacio. Creamos una rutina agradable: clases de helicéptero dos veces por semana, caminatas los fines de semana, y tardes tranquilas hablando de libros o politica de manadas. A veces nos quedabamos en silencio, viendo el atardecer desde el porche de mi cabafia mientras Astro y Hoyo jugaban a nuestros pies. ---- No era amor atin, pero me estaba curando. Dos afios después supe qué habia pasado con Bruno, Después de que lo echaron del territorio Cazadora ese dia, Carmen lo habia recogido. Su reencuentro no fue precisamente dulce, y acabaron en una discusion feroz. Bruno, cegado por la ira, la empujd. Con el golpe, Carmen perdié el cachorro que esperaba, un embarazo del que yo no tenia ni idea Perder a la vez el amor de su compafiero y a su hijo por nacer quebré completamente a Carmen. Enloquecida por el dolor, se vengo arrollando a Bruno con su auto y lo dejd en coma. 'A Carmen la encerraron en un psiquidtrico, de donde seguramente ya no saldrfa jamés. Cuando supe cémo terminaron las cosas, no senti satisfaccién, ni que se hubiera hecho justicia, ni siquiera tristeza. Solo una indiferencia fria ante dos vidas desperdiciadas por sus propias decisiones. Estas personas que una vez controlaron mi vida ahora no eran mas que un capitulo cerrado. Si, me habfan marcado, pero ya no me definian. -gTe molesta? -pregunté Adrian cuando me vio leyendo el reporte de noticias. Doblé el papel y sacudi la cabeza. -No. Es como oir hablar de personajes de una novela que lei hace afios. Mas tarde esa noche, mientras pasedbamos por el sendero del bosque cerca de mi cabafia, Adrian rozé mi mano con la suya, como preguntandome algo en silencio. ---- Después de un momento de vacilacion, entrelacé mis dedos con los suyos. Hay heridas que solo el tiempo puede curar. Hay vinculos que se construyen poco a poco. Y a veces, la Diosa Luna le da una nueva oportunidad a quien se atreve a empezar de nuevo.
