---- captaba atisbos de su desilusién. En verdad, él queria cachorros incluso mas desesperadamente que yo. Lo notaba en cémo miraba a las familias de la manada y en que siempre tocaba la ropa de bebé cuando pasdbamos por las tiendas. Después de tantos afios de intentarlo, finalmente en junio pasado quedé embarazada de nuestro primer cachorro. La majiana que me di cuenta tomé tres pruebas diferentes solo para estar segura, y todas salieron positivas. Cuando confirmé el embarazo me lend una alegria inmensa y apenas podia contener la emocién. Corti a compartir la noticia con Bruno, irrumpiendo en su oficina sin anunciarme -Bruno -jadeé, llorando de alegria-. Funcioné. \Vamos a tener un cachorro! Su cara se tensé por un instante tan breve que pensé haberlo imaginado, luego sonrié pero sin alegria en los ojos. -Qué... qué buena noticia -dijo, levantandose para abrazarme. Pero su reaccién no fue la que esperaba. En lugar de compartir mi alegria, parecfa casi... gtriste? -{No te alegras? -pregunté, aparténdome para estudiar su rostro. -Por supuesto -me aseguré répidamente-. Es que me sorprendié. Llevamos tanto tiempo intentandolo.. Después me enteré de la verdad: él ya tenia un hijo, un heredero secreto que estaba preparando para hacerse cargo de la manada, y mi cachorro habria complicado todos sus planes ---- Después perdi el embarazo. De un dia para otro, nuestro cachorro ya no estaba. Desperté con calambres y sdbanas empapadas de sangre. Bruno me llevé corriendo a la guarida de sanacién, pero era demasiado tarde -Lo siento -habia dicho la sanadora-. No habia nada que pudiéramos hacer. En esos dias lloraba tanto que me quedaba sin fuerzas, pero Bruno parecia aliviado. Me traia té y me consolaba cuando lloraba, aunque noté que ya no se veia tenso y hasta cantaba mientras me preparaba la comida que sabia que me gustaba. -Podemos intentar otra vez -decia, pero las palabras sonaban vacias. Ahora entendia que él habia estado deseando en secreto que perdiera el embarazo eCudntas noches habia estado a mi lado fingiendo compartir mis suefios mientras planeaba que nunca se cumplieran? gCudntas veces beso mis lagrimas sintiéndose aliviado en secreto por mi dolor? De una manera extrafia, estaba agradecida. Si nuestro hijo hubiera sobrevivido, habria crecido sin recibir todo el amor de su padre. No podia imaginar el dolor que eso le habria causado a un cachorro inocente. Tal vez perder el embarazo salvé a mi hijo de crecer preguntandose por qué su padre no lo queria igual, por qué otro cachorro siempre recibia mas amor. A veces, cuando observaba el océano desde la ventana de mi ---- tienda, imaginaba al hijo que podrfamos haber tenido jugando en la arena, recolectando caracolas y gritando de alegria cuando las olas tocaban sus pequefios pies. Pero ese suefio murié cuando una sanadora me quité el Utero por ordenes de Bruno.
