---- Capítulo 8 Lía se desplomó en el suelo, con el vestido arrugado bajo ella. Parecía una mujer recién hecha pedazos, con lágrimas corriendo por sus mejillas y sollozos rebotando por los escalones del juzgado. -TJugaste a ser la inocente -le dije con frialdad- , pero nunca lo fuiste. Mentiste. Me culpaste por lo que tú hiciste. Y ahor. olo estás furiosa porque ya no puedes mantener enterrada la verdad. Elías la sostuvo en sus brazos y me lanzó una mirada cargada de asco. Y también de algo más, de decepción. Como si fuera yo quienlo hubiera traicionado. -Nunca creí que Ilegarías tan lejos -escupió - . éNo te bastó con mandar ese audio? i Tenías que aparecer en persona? Y traer a un matón para respaldar tu teatrillo? -iTodavía crees que estoy mintiendo? - me encogí de hombros--. Átenla a una máquina de la verdady saldremos de dudas. Me giré hacia Javier. -iTrajiste al tipo? Asintió con la cabeza. ---- - No pensé que fuéramos a usarlo así... pero sí. Tranquila. Me aseguraré de que no tenga oportunidad de seguir mintiendo. -«Gracias. Dile al Sr. Ibarra que le debo una -le dije con calma. Luego miré a Selena- . Quédate con Javier. Asegúrate de que se haga. Lía empezó a temblar. No fue un temblor leve, no. Fue violento, sin control. Y por primera vez en mucho tiempo, vi algo cambiar en el rostro de Elías. Se veía su confusión, su duda, tal vez hasta miedo. Perfecto. En el mundo de la mafia, una "máquina de la verdad" no son cables y preguntas suaves. Es un proceso doloroso, preciso y calculado. Y nadie sale igual de eso... no si ha estado mintiendo. Y yo tenía el presentimiento de que a Lía se le iba a soltar la lengua en cuanto empezara la presión. Javier la arrastró hacia su auto mientras Elías y sus padres se quedaban clavados en su sitio, helados. Nadie se atrevió a intervenir. No con la influencia del Sr. Ibarra flotando en el aire como una espada colgante. ---- Elías me miró. Y por primera ve: reconocia. Quizá ya no lo hacía. Quizá yo tampoco. Pero qué bien se sentía. AAA Al día siguiente, me registré en un hotel y desaparecí por dos meses. Sin Iván. Sin Elías. SinLía. Solo yo, mis negocios... y ese vifiedo que Elías creyó inútil. Nunca se enteró de que los terrenos aledafios estaban designados para una nueva zona de desarrollo económico. Esta era una información que yo había guardado con cuidado, esperando el momento justo. En cuanto firmamos el divorcio, vendí el vifiedo al Sr. Ibarra por tres veces su valor original. ---- Por gratitud y por negocio. Y si Elías Ilegaba a enterarse... Ojalá le ardiera. Pasaba los días en el spa. Las noches con una copa de vino y cualquier programa absurdo en la televisión del hotel. Hasta que, una noche, una noticia me sacó de la rutina. Televisa Notícias. El titular: "Mujer muere en fallido operativo antidrogas tras delatar a narcotraficantes", Yahíestabaella. Lía. La imagen lo decía todo: Piel pálida, ojos enormes. Frágil. Según el reporte, había delatado una operación, probablemente de Elías. Hubo un tiroteo. LÍa murió en el lugar. Elías huyó antes de que la policía pudiera atraparlo. Un clásico. La prensa lo vendió como un drama pasional: Una mujer despechada y un hombre llevado al límite. ---- Pero yo sabía la verdad. La máquina de Javier funcionó. Elías descubrió todo. Descubrió lo que Lía había hecho para acercarse al Sr. Ibarra y la dejó. éY Lia? Lía no soportó perderlo. Después de todo lo que había hecho, de todo lo que había manipulado, no supo cómo soltarlo. Volvió a lo único que sabía hacer, fingir. Fingió que era inocente. Fingió que quería ayudar. Fingió que aúnera "suya". Pensó que al delatar a Elías y luego volver como la que lo salvó, se convertiría en su heroína. Pero nunca entendió que hombres como Elías no perdonan la traición. Lía murió tratando de ser alguien que nunca fue: dulce, pura, buena. Y se equivocó. En nuestro mundo, no importa quién es más tierna. Importa quién sabe resistir. Y yo... Yo lo aprendí a las malas. Cuando me dejé ser débil, cuando amé sin pensar, cuando perdoné sin condiciones, cuando creí en gente como Elías y Lía, esa debilidad casi me destruyó. ---- Pero nunca más tropezaré con la misma piedra.
