---- Capítulo 7 Se detuvo, como si acabara de ganar una batalla. -TLo sabía. Solo fingías que no te importaba. -No -Tle respondí, serena-. Solo quería decirte que mafiana te espero en el juzgado. Iré con mi abogado. Vamos a firmar el divorcio antes de que se te ocurra arrepentirte. Su boca se torció en una mueca de rabia. - Perfecto. No veo la hora de librarme de ti. Eres malvada y manipuladora. éQuién carajos querría amar a alguien como tú? Ycon eso, se marchó a paso firme, arrastrando detrás a su damisela rota. Yo no me moví. No dije nada. Solo volví a sentarme en mi silla, como si nada hubiera pasado. Selena permanecía cerca, con algo de duda en los ojos. - Si estás... triste -murmuró con suavidad-, no tienes que aguantártelo. Está bien sentir algo, aunque él haya sido un imbécil. Negué con la cabeza. ---- - No estoy triste. Solo me lamento de no haberlo hecho antes. Fui una cobarde. Su sonrisa apareció con cautela. -Entonces, ide verdad no...? - No. Me siento aliviada. -Me alegra - me respondió, ya sonriendo de verdad-. Porque, sinceramente, tenía miedo de que al final te ablandaras con ese desgraciado. Me eché a reír. Una risa real, áspera, pero sincera. Abhora que estaba libre de Elías, ya no tenía motivos para seguir protegiéndolo. Ni a él... Ni a LÍa. Especialmente después de que tuvieran el descaro de decir que el audio era falso. Saqué el teléfono. Era momento de mostrarle a Lía lo que realmente significaba quedarse con Elías. Que lo viviera. Que lo aguantara. Que se tragara al hombre que tanto se esforzó por robarme. ---- Que se quedara con ese fracaso al que yo había maquillado por afios como si fuera un matrimonio digno de sostener. Al día siguiente, concerté una segunda reunión con el Sr. Ibarra. Si Elías y Lía decían que la grabación era inventada, entonces era hora de hacerla incuestionable. - Sé que es mucho pedir -le dije al guardaespaldas - , pero... étienes alguna prueba más sólida? El tipo sonrió, con aire de quien disfruta lo que hace. -iMás sólida? Voy contigo. Eso sÍ me sorprendió. Se inclinó con un gesto relajado y confiado. -Cuando me vea, le va a estallar la cabeza. Perfecto. Él sería la prueba. De carne y hueso. Ahí mismo, parado frente a ella. Que intente mentir después de eso. Ysienla audiencia alguno de los dos se atrevía a ---- tergiversar la historia, si volvían a pintarme como la villana, pondría al guardaespaldas de Ibarra en pantalla y dejaría que Elías viera con sus propios ojos quién era Lía. Era una oportunista desesperada que en su momento intentó venderse a cambio de poder... y ni eso supo lograr. Se acabó la misericordia. Se acabó jugar a ser buena. Después de eso, me dormí en la cama pequefia que tenía en un rincón de mi oficina. Pero en algún lugar entre el suefio y el desvelo, una voz susurró en mi oído. Era una voz suave, cruel y familiar. Si de verdad ya no te importan Elías ni Iván... (por qué sigues teniendo pesadillas con ellos? éPor qué quieres tanto que el mundo sepa que eres inocente? Mi respuesta fue tranquila y firme. - Porque ya estoy harta de que me vean como la villana... o como una mujer débil. FAA Ala mafiana siguiente, cuando abrí los ojos, Selena ya estaba ahí, entrando a la oficina como si hubiera ---- esperado ese momento toda su vida. -No vas a ir sola -me dijo, dejando una botella de agua sobre mi escritorio- . Necesitas respaldo. Y no pienso dejar que enfrentes a esos dos tú sola después de todo lo que he escuchado, no sin alguien de tu lado. -Gracias -murmuré, sintiendo lo extrafia que me sonaba esa palabra. Hacía tanto que no recordaba lo que era tener a alguien cerca. Una amiga de verdad. El divorcio fue más simple de lo que había imaginado: frío, callado, y terminado en menos de una hora. Elías se quedó con Iván. No me sorprendió. En cuanto el juez preguntó con quién quería vivir el nifio, estalló en llanto y gritó: -iQuiero a papá! jY a la Srta. Lía! Incluso al juez se le tensó el rostro por un segundo antes de recuperar la compostura. - PBien -dijo con sequedad-. Todos los bienes previos al matrimonio se mantienen por separado. La custodia queda a cargo del Sr. Guerrero. Solo queda un punto más, el vifiedo que adquirieron después de casarse. é Quién se lo queda? ---- -2Yo -dije sin dudar - . Fue un negocio mío. Elías apenas estuvo involucrado. Y estoy segura de que no le molestará... ya tiene lo que realmente quería, a su hijo y aLía. Elías soltó una carcajada burlona. - Quédate con eso. é Qué vas a hacer tú con un vifiedo, de todos modos? Ay, Elías... Si supieras lo que realmente representa ese vifiedo. FAA Apenas habíamos bajado los escalones del juzgado cuando la madre de Elías apareció como un buitre, y me cruzó la cara con una bofetada antes de que pudiera reaccionar. -iCómo te atreves a hacerle esto a Elías? -chilló-. | Deberías estar agradecida de que se haya quedado contigo tanto tiempo! Ni me inmuté. -Es la última vez que me tocas -le dije con una calma gélida- . iMe oíste bien? Detrás de ella, Elías apareció con Lía colgada del brazo, ---- brillando de satisfacción. - No le hagas caso, mamá -Tle dijo- . Solo está resentida. Nunca logró que la amara. Su madre le sonrió a Lía como si por fin hubiera Ilegado la salvación. - Abhora sí vas a casarte con una mujer que todos aprobamos. Se acabó el drama. Se acabó la locura. -Me voy a casar con ella -me dijo Elías, sonriendo con superioridad- . Deséame suerte, Olivia. Le devolví la sonrisa. Dulce y lenta. -La vas a necesitar. Di media vuelta, con mis tacones resonando sobre el pavimento mientras me dirigía al estacionamiento. - De hecho - afiadí, deteniéndome unos pasos más adelante- , épor qué no vienen a ver el regalito que les traje? Les prometo que les va a encantar. Lía se tensó al instante. Buena sefial. Me conoce lo suficiente como para saber que yo jamás regalaría algo... amable. Antes de que pudiera decir nada, una silueta emergió de entre las sombras del estacionamiento. ---- Era alto e imponente. Tenía la esa sonrisa de quien ya sabe que está por arruinarte la vida. -éMe extrafiaste? -soltó el hombre. A Líase le borró el color del rostro. - Tú... équé haces aquí? Javier, el encantador y aterrador guardaespaldas del Sr. Ibarra, tiró su cigarro al suelo y exhaló una bocanada de humo con toda la calma del mundo. -Creí que me extrafiabas -le dijo, como si hablara de cualquier otra cosa- . Después de una noche como aquella, icómo podrías olvidarte de mí tan rápido? Hubo un silencio. Respiraciones contenidas. Miradas congeladas. Elías y sus padres parecían estatuas de piedra. Se quedaron inmóviles y boquiabiertos. La imagen viva de latraición. Javier dio un paso lento hacia ellos, sonriendo como un lobo hambriento. -éNo dijiste que harías lo que fuera si te ayudaba a ver ---- al Sr. Ibarra? éQue sabrías cómo compensarlo? -iNo! jEso es mentira! -gritó Lía, sacudiendo la cabeza, como si pudiera borrar la verdad con gritos y gestos- . jElías, no le creas! jYo nunca...! jél es un matón! Entonces se giró hacia mí, la voz hecha trizas. -iCómo pudiste hacerme esto, Olivia? iLo trajiste aquí solo para humillarme? Estaba perdiendo el control. Su máscara por fin se resquebrajaba. -éPor qué? -sollozó-. iPor qué haces esto? jYa estoy viviendo un infierno! Incliné la cabeza, sin perder la calma. -Exacto. Y vas a seguir ahí hasta que te atrevas a mirar la verdad de frente.
