---- Capítulo 6 Los ojos de Elías se oscurecieron. Apretó tanto la mandíbula que por un segundo creí que le iban a crujir los dientes. -iEstás segura de que quieres seguir con esto? Vine hasta aquí y me disculpé. Ni siquiera hice nada malo. No sigas tentando tu suerte. Solté una risa baja. - Deja de fingir que viniste por amor. Los dos sabemos la verdad. Solo querías que volviera a casa, para seguir siendo la criada abnegada que atiende a su supuesta família. Yahísí. Los pufios se le cerraron, la rabia contenida le hervía bajo la piel. Y como si lo hubieran ensayado, Lía dio el paso final en su gran actuación. -Todo esto es culpa mía -susurró-. Si no fuera por mí, Elías e Iván no sentirían la necesidad de cuidarme. No lo culpes a él, solo está intentando ayudar. É todavía me ve como una amiga... ---- Se giró hacia Elías, con voz temblorosa, como si estuviera en plena audición para un drama trágico. - Por favor, no te enojes con Olivia. No discutas con ella. Solo estás molesto por mi culpa. Ajá. El número de siempre. Esta noche realmente había decidido darlo todo. -Si tú lo perdonas - afiadió, ya en modo telenovela- , yo me iré. Los dejaré a ustedes dos... a ustedes tres, con Iván... para siempre. Aunque eso signifique vivir el resto de mis días en soledad, en la más absoluta oscuridad... Y como si el show aún no estuviera completo, se atrevió a extenderme la mano. - Por favor... Sus dedos apenas rozaronlos míos, como si me estuviera entregando el testigo de su sufrimiento noble. Parecía a punto de desmayarse, como si estuviera haciéndonos un favor al sacrificarse por el bien común. Elías reaccionó de inmediato, corriendo a abrazarla como si fuera de cristal a punto de romperse. - éPor qué te humillas así? -le dijo, abrazándola fuerte -. Si Olivia decidió irse, es su problema. Tú no tienes la ---- culpa. Yo elegí cuidarte. Luego se giró hacia mí, con el rostro endurecido. - Más te vale no arrepentirte de lo que estás haciendo hoy. Porque yo no pienso volver. Estoy cansado de pedir perdón. Ya estás completamente fuera de lugar. Le sonreí, de manera lenta y letal. - iEs que hoy es la primera vez que me conoces, Elías? Se encogió ligeramente. -Tú y Lía ya no son parte de mi vida. Así que explícame, ipor qué debería seguir tratándolos como si importaran? Porque, curiosamente, jamás me trataste como si yo importara cuando estábamos casados. Iba a contestar. Se le abrió la boca, seguro para escupirme otra frase hiriente. Pero no le dio tiempo. Porque, de repente, Lía soltó un alarido agudo y sobreactuado. Luego empezó a golpearse la cabeza con las manos. -iEs mi culpa! jTodo es culpa mía! jNo merezco vivir! j Debería morir! jMorir! Elías la atrapó justo a tiempo, sujetándola como si fuera la heroína que fingía ser. ---- -Tranquila, Lía. Ya estoy aquí. Te tengo. Respira, amor. Solorespira. iDrama? Demasiado. Unos afios atrás, tal vez esa escena me habría provocado algo. Podría ser tristeza, celos... algo. Ahora... Ahoralo único que quería era sacarlos a los dos de mi maldita oficina. Ygracias a los cielos, Selena habló: - éEsto es otro monólogo dramático o de verdad está mal de la cabeza? Elías la fulminó con la mirada. Pero Selena y yo ya estábamos riéndonos. - Probablemente está deprimida porque, por una vez, nadie está bailando alrededor de ella -dije, con tono seco. Selena arqueó una ceja. -éDeprimida? Si está más arreglada que yo en mis mejores días. Elías me miró, impactado. Hasta hoy, jamás me había ---- visto burlarme abiertamente de Lía. Siempre me había mantenido en silencio, incluso cuando no se lo merecía. Me miró fijo. -iCómo puedes decir eso de tu amiga? Ya ni te conozco. - Quizá porque por fin la veo tal como es -le solté con frialdad- . Mientras tú... pobrecito, sigues cayendo una y otra vez en su misma función reciclada. Me incliné hacia él, con la voz afilada como cuchilla. -De verdad crees que está deprimida? Lía creó su propio desastre, y ahora no soporta las consecuencias. Enderecé la espalda. - Algunas personas aprendemos a vivir con nuestras decisiones, Elías. Enfrentamos lo que venga. Seguimos adelante. No nos desmoronamos en público solo para ganarnos la lástima de un hombre. - Nunca pensé que lIlegarías a ser tan fría -me espetó - . Aunque ya no la veas como tu amiga, sigue siendo una mujer en desgracia. (No puedes tener un poco de compasión? éNo puedes comportarte como una persona decente? Mirisa fue baja y cruel. ---- - Ay, Elías... tá no quieres una persona decente. Lo que quieres es una alfombra. -REres tan despreciable como todos dicen -me gritó, con el rostro rojo de furia- . jEres un monstruo! jNunca debí casarme contigo! Y, cómo no, Lía aprovechó el momento para meter el golpe final. Se secó las lágrimas con toda la delicadeza del mundo y murmuró: - Por favor, no digas eso. No te divorcies de Olivia por mi culpa, Elías. Ella... en el fondo, se preocupa por mí. Yo lo sé... Levantó la vista hacia él, conlos ojos húmedos y brillantes, y él la miró como si fuera una mufieca de porcelana. Le apartó suavemente el cabello del rostro, con una ternura que no se molestaba en disimular. -Estoy molesto con ella - murmuró-. Por cómo está actuando. Voy a divorciarme y punto. No intentes hacerme cambiar de opinión. -Elías... -suspiró Lía, deslizándose dramáticamente en sus brazos. éY yo? ---- Yo ya estaba sacando el teléfono para Ilamar a seguridad. Se acabó. A Elías siempre había usado la palabra divorcio como una amenaza. Cada vez que se enojaba, cada vez que yo no hacía lo que él quería, ahí venía amenazándome con el divorcio, como quien lanza un reto. Yantes... Antes yo lo amaba. Rogaba. Cedíia. Me hacía pequefia, me tragaba el orgullo solo para salvar nuestro matrimonio. Ahora... Ahora no podía estar más feliz de quitarme de encima a ese imbécil. Ni siquiera les dirigí una mirada mientras se quedaban enla puerta, dudando. Elías parecía... apagado. Como si, de pronto, se hubiera dado cuenta de que sus frases de siempre ya no tenían ningún efecto. Yo no reaccionaba, ni 1loraba. Ni siquiera lo miraba. ---- Pero justo cuando rodeó a Lía con los brazos y se disponía a marcharse, hablé: - Esperen.
