---- Capítulo 6 Carlos sintió como si un rayo lo hubiese partido en dos. Preguntó, incrédulo: - Pero... yo vi con mis propios ojos cómo el clan de las sirenas los secuestraba aquel día. Su madre lo miró con una expresión pesada y solemne. - Eso fue una actuación voluntaria... fue parte del acuerdo entre nuestro clan y el pueblo de las sirenas. -PCarlos, nuestros antepasados ofendieron a un poderoso brujo negro, y él nos maldijo. Desde entonces, todos los nacidos en nuestro clan han tenido defectos genéticos. Solo el clan de las sirenas puede ayudarnos a resolver ese problema. -Esa información jamás puede salir del clan. Si se supiera, nuestros enemigos podrían usarla en nuestra contra. Por eso 1Ilevamos afios colaborando en secreto con ellos. -Ayudamos los padres de Marinas ahos antes y ellos gustarían ayudar a curar nuestros defectos. Tus genes también estaban dafiados... jy fue Marina quien los curó con su propia carne y sangre! ---- - Tu padre y yo estamos eternamente agradecidos con el pueblo de las sirenas. éY tú? ; Qué has hecho tú? Carlos permaneció inmóvil durante un largo rato. Luego murmurôó con una voz tan baja que apenas se ofa: - éPero por qué Marina nunca me lo dijo? ;Por qué nunca me dijo la verdad? Su padre soltó un suspiro profundo y respondió con rabia contenida: - Porque dentro del clan... hay un traidor. Marina vino a la superficie esta vez solo para encontrarlo. El laboratorio se quedó en un silencio sepulcral, roto únicamente por el débil sonido de la espuma deshaciéndose sobre mi cuerpo. Carlos pidió que Ilevaran a sus padres a descansar. É], en cambio, se dirigió al oscuro sótano donde yo solía vivir. Como no había luz, tuvo que Ilevar una lámpara consigo. En cuanto abrió la puerta, lo envolvió un olor rancio y húmedo que le hizo fruncir el cefho. ---- Antes, cuando solo pensaba en salvarme, no había reparado en el olor. Ahora, mirando a su alrededor, se dio cuenta: el suelo de madera estaba mojado y resbaladizo, cubierto de moho por todas partes. Aquello no era un lugar para vivir. Antes de esto, yo ni siquiera tenía habitación propia. Cada noche me acurrucaba dentro del armario de Carlos. Más tarde, Emma, fingiendo compadecerse de mí, no quiso que compartiéramos la misma habitación. Le pidió a una sirvienta que me ayudara... y fue así como terminé aquí. No había muebles, ni cobijas. Así que Carlos se tumbó sobre el suelo desnudo, tratando de imaginar los días que pasé allí sola. Mientras tanto, Emma se había despertado tras dar a luz, exigiendo ver a Carlos. La sirvienta recorrió toda la mansión, hasta que lo encontró en el estrecho y oscuro sótano. Asustada, cayó de rodillas. -iRey! éQué hace usted en un lugar tan miserable? j ---- Emma ha estado preguntando por usted! Carlos alzó la mirada con frialdad. - iEste sótano... fue el lugar que le diste a Marina? La sirvienta apenas podía respirar. - Fue... fue idea de la sefhorita Emma... dijo que un lugar húmedo y oscuro era más apropiado para alguien del clan de las sirenas... Su voz se volvió cada vez más baja, al sentir el aura de furia que rodeaba al Alpha. Bajo la presión de su autoridad, ni siquiera pudo mantenerse de rodillas. Cayó al suelo, temblando. Carlos apoyó una mano en el suelo para levantarse. La retiró cubierta de moho y humedad. Una chispa de furia brilló en sus ojos. Sonrió con frialdad. - Así que Emma me ocultaba todo esto... y la torturaba en secreto. Qué amable ha sido, éno?
