---- Capítulo 5 En el pasado, escuchar esas palabras de Sebastián me habrían destrozado el alma. Pero ahora, solo podía sentir decepción, de haber desperdiciado tanto tiempo en él. Qué idiota era. De manera certera, le respondí con frialdad: - PEl acuerdo el divorcio es una realidad. Regresa y fírmalo. Sin darle tiempo a replicar, colgué el teléfono. Media hora después, sonó el timbre. Pensé que sería Sebastián, así que fui apresurada a abrir la puerta. Sin embargo, no era él. Delante de mí, con su estúpido gato en brazos, estaba Valeria. Me miró con una sonrisa jocosa. -iQué se siente perder a tu marido? éno? Te ves de veras terrible. Al ver que estábamos solas, Valeria dejó de fingir amabilidad. Levantó su teléfono móvil y me mostró una foto. -éSabes por qué Basti se casó contigo? - preguntó con veneno en la voz - . Fue porque te pareces a mi cuando salíamos de jóvenes, Pero ahora que estoy de regreso, lo ---- mejor que puedes hacer es hacerte a un lado. Eché un despectivo vistazo a la foto en su móvil. La mujer en la imagen llevaba el pelo corto hasta las orejas y un vestido blanco. Era Valeria en su época de estudiante, luciendo bastante inocente y pura. De repente, recordé la primera vez que Sebastián me vio. Su mirada se quedó fija en mí, como si a través de mí viera a otra persona. Le había preguntado por qué me miraba de esa manera, y él me respondió que fue amor a primera vista. En aquel momento me sentí conmovida, no imaginaba realmente la verdadera razón. Ahora me daba cuenta de lo que había escondido. No fue amor a primera vista. Yo no era más que el simple reemplazo de un antiguo amor. Qué pendeja había sido al creer que me amaba de verdad. -PValeria, no necesitas decirme qué hacer. Si me divorcio o no, eso no es asunto tuyo, épor qué mejor no te largas? Valeria mostró una expresión venenosa. -Marisela, fes que no tienes dignidad? Sebastián no te ama. éPor qué sigues aferrándote a é| como una desesperada? ---- No respondí y estiré la mano para cerrar la puerta, pero Valeria la empujó con fuerza, evitando que la cerraray entrando impetuosa a la casa. -êNo me oíste? jte dije que te alejes de él! La furia que 1Ilevaba acumulada dentro por fin explotó. No solo por la muerte de mi suegra, sino también por lo que Valeria había hecho, sacando lo peor de Sebastián. Levanté la mano sin pensarlo dos veces y le solté una feroz bofetada. - De verdad crees que soy tan fácil de manipular? Valeria, furiosa, intentó devolverme el golpe, pero yo era más fuerte que ella y la empujé al suelo sin mucho esfuerzo, ella cayó estrepitosa soltando al gato que emprendió huida. -iLárgate de aquí! -le dije conlos ojos entrecerrados y fríos como el hielo. Valeria, fingiendo ser una terrible víctima, se Ilevó las manos a la cara y empezó a lIlorar desconsolada. De pronto, miró hacia algo fuera del umbral y se puso a gemir con voz lastimera. -iBasti! Solo vine a ver cómo estaba tu mamá, pero Marisela no me dejó entrar y por el contrario me pegó. ---- Llamó varias veces al michino mientras lloraba y continuó con su teatro: - No solo me golpeó a mí, también lastimó a Milo. Mira, su patita está lastimada. Sebastián 1Ilegó justo en ese preciso momento, empujando la puerta con fuerza para entrar. Sus ojos se llenaron de una inminente furia al verme. -Marisela, pensé que lo tuyo solo era celos, pero ahora veo que eres una total desquiciada. ;Cómo te atreves a lastimar a Valeria y a Milo? jEstoy casado con una mujer cruel y despiadada! Miré a Valeria y luego despectivamente al gato en sus brazos. No podía creer lo que veía. Ella había lastimado a su propia mascota para incriminarme, torciendo su pata y haciéndolo sollozar del dolor. Estaba claro que había planeado todo esto y que era una verdadera manipuladora. -íéCelos? iCelos de qué? Ustedes pues la verdad y sinceramente me dan es miedo, ella fue la que irrumpió en mi casa y entró sin permiso iValeria, si todo esto lo haces para lograr que nos divorciemos, no te preocupes por eso. No pienso aferrarme a un hombre tan despreciable como Sebastián. Ustedes dos hacen la pareja perfecta. ---- Valeria fingió hipar entre lágrimas y murmuró: - Marisela, no me malinterpretes. Sé que Basti es muy importante para mí, pero nunca quise separarlos. Ni que esto sucediera. -dijo de una manera bastante cínica. Sebastián la abrazó con ternura para consolarla. - No llores, Valeria. Tú no hiciste nada malo. Sin decir una palabra más, fui adentro, tomé el acuerdo de divorcio que ya tenía preparado y se lo lancé directo a la cara de Sebastián. -iFirma pues! Discover our latest featured short drama reel. Watch now and enjoy the story!