---- Capítulo 8 Lucas llevó a Tatiana de vuelta a la sala y la engatusó pacientemente para que se durmiera antes de saliren silencio de la sala. Su prudencia y paciencia me hizo doler el corazón. Le seguí y observé que conducía hasta el centro comercial cercano. Entró directamente en una pastelería y se puso a la cola. Esta tienda era popular y le pedí varias veces que viniera conmigo. Todas las veces se negaba indignado y comentó que yo era estúpida por hacer tanta cola para un trozo de tarta. Esta vez lo hizo por voluntad. Cuando le 1legó el turno, el empleado sonrió y le dejó elegir. Lucas estaba tumbado en el mostrador, con una expresión de dulzura indescriptible. -FEs alérgica al mango y a las cerezas, el chocolate también es demasiado dulce para ella. La de fresa ya hemos probado hoy, fotra recomendación? Me dolía el corazón. Era cierto que uno se reía a carcajadas cuando estaba demasiado triste. Nunca solía acordarse de mis gustos, y cuando me compraba pasteles por capricho, siempre me tocaba algo que yo no podía comer. No me merecía su buen memoria. ---- Al salir de la tienda, iba al aparcamiento con mucha prisa. Durante todo el camino, guardó cuidadosamente la caja de pasteles con la mano. Tras aparcar el coche, se dirigió directamente a la escalera sin esperar el asensor. Justo después de doblar una esquina, Lucas se quedó inmóvil, su mano se soltó y la caja cayó al suelo. El pastel también se hizo pedazos. Sorprendida, seguí su mirada y bajo la tenue luz, vi vagamente que Tatiana estaba con el atracador que nos había secuestrado. La voz de Lucas temblaba un poco: -FTati, épor qué estás con é]? El matón giró la cabeza, cuando vio a Lucas, en sus ojos apareció la ferocidad. Tatiana le empujó con miedo: -iVete, vete! Lucas lo dejó escapar, se fijó en Tatiana sin moverse, y se puso deprimido al instante. Tatiana apenas consiguió mostrar una sonrisa. -Lucas, es que... Antes de que pudiera terminar, volvió a jugar sus trucos. Se quedó paralizada. Lucas vaciló un poco, pero se ---- apresuró a sostenerla, sólo que sus ojos estaban un poco frios. Levantó a Tatiana en brazos y corrió rápidamente haciala sala. Justo cuando llegaron a la sala, se detuvo de nuevo, con una expresión de asombro, como si hubiera visto un fantasma. En la puerta de la sala le esperaba su propio hermano, Leo Rodríguez, al que no veía desde hacía afios. -PLeo, éhas vuelto? Leo levantó los ojos hacia Tatiana, a quien sostenía en brazos, y de repente se rió fríiamente. - Sí. Volví para asistir al funeral de Eva, por cierto, jpara verlo frío que eres! El odio en los ojos se hizo más fuerte. Lucas se balanceó, apoyado en la pared, y Tatiana se zafó de su brazo, parpadeando mientras se despertaba. - Tú... No digas tonterías, Eva ha llamado a Tatiana esta mafiana, écómo puede Ilamar una persona muerta? Leo resopló y no le dio oportunidad de engafiarse, tiró directamente de su mano y le arrastró hacia la morgue. Tatiana quiso detenerle, pero le empujó Leo al suelo. La nuca le golpeó contra la pared y se desmayó de verdad. ---- Esta vez, nadie interfir! frente a mí. , Y Lucas se puso finalmente Se tambaleó y extendió una mano que temblaba terriblemente, tomando una esquina del pafio, pero sin tener el valor de levantarlo. Leo rió friamente y se lo descubrió.
