---- Capítulo 5 Para decir la verdad, esto era un juego que Lucía y yo habíamos acordado en algún momento. Si uno estaba enfadado y el otro no sabía por qué, el enojado podía usar este método para dar una salida al otro. Pero eso era cuando aún teníamos sentimientos por el otro. Además, casi siempre era yo quien "recargaba" el juego. Lucía solía ignorarlo por completo, solo compitiendo por ver quién se enfadaba más tiempo. Pero ahora, el importe parecía algo extrafio. Mientras lo pensaba, un amigo que no sabía de nuestra ruptura me envió una publicación de Lucía en redes sociales, bromeando: -êEstán de fiesta? ;O te vas acaso de viaje? Era una tabla de precios de un paquete turístico. 980 para dos personas en plan normal, 1080 para VIP. Lucía había hecho bien sus cálculos. Quería que me disculpara y reconciliarnos, y de paso tener dinero extra para un viaje romántico con su ex. Me reí con frialdad. Esto, ya no era posible. Publiqué en mis redes sociales: "Soltero de nuevo. jViva la libertad!" ---- Los comentarios se Ilenaron de felicitaciones por librarme de una mala relación. Me sentía muy bien. Entonces Lucía de inmediato me llamó. Enojado, sin querer contestar. Cuando paró, volvió a sonar de forma insistente. Mi madre, en un descanso de la televisión, me preguntó: - êPor qué no contestas? - Es del trabajo. Ya he salido y eso me molesta -mentí para no preocuparla y salí al balcón a contestar. La voz descontenta de Lucía sonó al otro lado: -éPor qué has tardado tanto en contestar? éQué estabas haciendo? - ê Qué quieres? -respondí con desprecio. Lucía, al oír mi tono tan tosco, quiso enfadarse, pero suavizó un poco su voz: - Nestor, tú... No me dejaste recoger mis cosas para que volviera, iverdad? Ya estoy aquí, ábreme la puerta. Su tono final aún sonaba altivo, como si me estuviera haciendo un gran favor al dignarse a volver. Quizás antes me habría alegrado tontamente. Pero ---- ahora, respondí con total frialdad, como a una simple extrafia: -2Ya no vivo allí. Tus cosas tal vez las tiró el casero al no poder contactarte. Hemos terminado, no me busques más. Colgué y al instante la bloqueé, volviendo a ver la tele con mi madre. No iba a dejar que nadie perturbara mi felicidad. Alguien filtró mi dirección. Días después, Lucía apareció con cantidad de regalos. Por suerte, la intercepté en la calle. -éQué quieres? - pregunté furioso. Lucía sonrió, algo raro en ella: - -Vengo a conocer a tus padres. éNo querías presentarme? Nunca tuve tiempo. Levantó altiva las bolsas de regalos, con expresión expectante y nerviosa: -HMira, he traído todo esto. éCrees que les gustará a tus padres? Parecía realmente estar preocupada por agradar a sus ---- futuros suegros, con una mirada llena de ansiedad. Internamente, me reí con cierta amargura. Hay cosas que, una vez que pasa el momento, no hay otra oportunidad. Como algunas personas, que no esperan para siempre, y el dafio causado deja cicatrices permanentes. - 2Yaees tarde, para eso Lucía. Hemos terminado. Mis padres esperan a su verdadera nuera. Lucía se quedó paralizada allí, su sonrisa desvaneciéndose. -iEntonces... vas en serio?
