Capítulo 32: En este segundo intento, logró elevar ligeramente su interpretación, lo suficiente para apenas superarlo. Sin embargo, aún estaba muy por debajo de la actuación de Carrie. La diferencia entre sus actuaciones era significativa, lo que provocó la necesidad de una discusión a puerta cerrada entre el director y el guionista sobre los siguientes pasos. Aunque Stewart no participó mucho en estas deliberaciones, se tomó un momento para animar a Carrie, acercándose a ella con una cálida y admirativa sonrisa. «Has hecho un gran trabajo». La mirada de Carrie se posó brevemente en la Coca-Cola que tenía en la mano, su sonrisa era tenue y un poco distraída. Rompiendo el breve silencio, Stewart añadió con sinceridad: «Lo digo en serio. No se trata solo de la Coca-Cola». Justo cuando hablaba, Kristopher se unió a la conversación con una mueca de desprecio. «Su actuación no me pareció tan extraordinaria». Stewart era muy consciente de que Kristopher no era un crítico más, sino la columna vertebral financiera de su proyecto. Stewart abrigaba un desdén por la dependencia de Lise de ese respaldo financiero. Aunque despreciaba a Kristopher por su susceptibilidad al encanto, Stewart no estaba dispuesto a poner en peligro el proyecto por orgullo. Tomó un trago deliberado de su refresco de cola, eligiendo el silencio discreto como respuesta y evitando conscientemente seguir hablando con Kristopher. Lise, mientras tanto, se acercó paseando, sus ojos se dirigieron de repente a la bebida que sostenía Stewart como si fuera una revelación. «¡Oh, mira eso! La Sra. Campbell ha tenido la amabilidad de comprarle una cola al Sr. López», declaró, con un toque de fingida sorpresa en la voz. No había previsto que la bebida que Carrie le arrebató a Kristopher acabaría en manos de otra persona. Para un observador casual, esto podría parecer como si ella estuviera haciendo trampa descaradamente a la vista de Kristopher. Al notar que el estado de ánimo de Kristopher se agriaba aún más, un atisbo de diversión brilló en los rasgos de Lise, aunque se las arregló para mantener una cara de póquer. Bromeó con una sonrisa burlona: «Si me hubiera dado cuenta de que una simple lata de refresco podía influir en usted, Sr. López, también habría cogido una para usted, como hizo la Sra. Kristopher, ¿quieres una? Quizá pueda pedirle a alguien que te la traiga». Kristopher rechazó la oferta con una burla, mirando a Carrie con una sonrisa sardónica. «Yo evito ese tipo de tonterías», replicó con brusquedad. «Usted frecuenta lugares tan refinados, Sra. No es que sea exigente, parece que le vale cualquier cosa que se le presente». Los comentarios de Kristopher eran aparentemente sobre la cola, pero la indirecta subyacente iba dirigida directamente a Stewart. Insinuó que, tras su reciente discusión sobre el divorcio, ella se había enamorado rápidamente de una celebridad menos conocida. ¿Cómo de patética podía ser? Internamente, Carrie se limitó a encogerse de hombros ante su comentario con un gesto de exasperación. En cuanto a su destreza como actor, Kristopher era muy superior a Lise. Sus habilidades eran tan refinadas que con razón podía ser considerado un profesional. Su distanciamiento público hacia ella era claramente una estrategia para evitar rumores sobre su matrimonio.