Capítulo 31: Al oír esto, la irritación de Kristopher estalló y lanzó una mirada fría y penetrante a Elva, que acababa de entrar. Si Elva hubiera mencionado antes que Carrie también estaba haciendo una audición, se habría ahorrado la vergüenza de hoy. Elva, bajo el intenso escrutinio de Kristopher, sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral, aunque fingió ignorancia. Justo cuando Kristopher estaba a punto de enfrentarse a Elva, el director gritó: «¿Están todos listos? ¿Comenzamos?». Carrie y Stewart se acercaron, confirmando su disposición al unísono. Los ojos de Carrie pasaron junto a Kristopher sin detenerse, haciéndolo completamente invisible en su mundo. Ganarse el derecho a competir Cuando Lise asintió con la cabeza para indicar que estaba lista, el director gritó: «Muy bien, Carrie, tú empiezas». Carrie parpadeó sorprendida, pero se contuvo. Asintió con firmeza y se sumergió en su escena junto a Stewart. Unos treinta minutos después, Carrie concluyó su audición con un coro de asentimientos de aprobación. Ahora era el turno de Lise. Cuando Lise empezó su actuación, tanto el guionista como Stewart fruncieron el ceño. Se equivocó en una línea al principio y su interpretación empezó a desmoronarse. No estaba claro si era por los nervios o por otra cosa, pero a partir de ese momento le costó seguir el ritmo de Stewart. Ni siquiera el director pudo disimular su consternación con un leve ceño fruncido. Había hecho que Carrie hiciera la audición primero a propósito, como parte de un pequeño plan que había ideado. Le había dado el guion para esta segunda audición a Lise con mucha antelación, mientras que Carrie solo había recibido el suyo hoy, lo que le daba a Lise una ventaja sustancial en la preparación. Hizo que Carrie fuera la primera, con la esperanza de allanar el camino para Lise. La estrategia era simple: exponer cualquier deficiencia que Carrie pudiera encontrar, dando así a Lise la oportunidad de hacer ajustes de última hora y obtener una clara ventaja. Sin embargo, Lise no solo estaba por debajo de la media, sino que estaba completamente superada. En todos los aspectos (sus líneas, expresiones faciales y creatividad sobre la marcha), Carrie era la estrella indiscutible. Incluso Kristopher, cuya experiencia en la actuación era mínima en el mejor de los casos, pudo discernir la evidente disparidad entre las dos actuaciones. El director, que hasta ahora había estado preocupado por los aspectos logísticos de la producción, ahora tenía una expresión preocupada, con el ceño fruncido por la consternación. Lise se disculpó con voz vacilante y confesó, con los ojos llenos de lágrimas, mientras lanzaba una mirada impotente a Kristopher. «Sé que esta vez te he decepcionado, no he estado a la altura». «Lo siento». Con una nota de frustración teñida de empatía, el director respondió, sabiendo que Kristopher estaba mirando: «Ya que hoy parece que no te va bien, vamos a intentarlo de nuevo». Stewart dio un paso al frente una vez más para actuar junto a Lise.