---- Capítulo 8 La décima vez que Aiden se infiltró en la zona de polvo de plata, sabía que estaba jugando un juego peligroso. La primera vez, solo había sufrido un envenenamiento leve que fue tratado fácilmente por una sanadora estándar. Sin embargo, al no ver la figura familiar que tanto anhelaba durante el tratamiento, se aventuró más profundo la segunda vez. - Quizás si me lastimo lo suficiente, ella aparecer; murmuró para sí mismo, lanzándose a la zona tóxica en repetidas ocasiones. Cada vez, sus heridas empeoraban, aun así, siempre era alguien más quien lo trataba. Para la quinta vez, ya estaba tosiendo sangre. Parala séptima, su piel estaba plagada de quemaduras por el polvo de plata, supurantes y en carne viva. Aun así, se negaba a rendirse, porque en el fondo, sabía que ella estaba escondida en algún lugar de esa instalación. Esa vez, se arrojó a la parte más densa de la zona tóxica con algo cercano a un deseo de muerte. El polvo de plata invadió sus pulmones y justo antes de perder la conciencia, captó un fugaz rastro de un aroma familiar. ---- Cuando despertó, estaba acostado en una habitación de tratamiento brillante y estéril. Una sanadora con velo estaba atendiendo sus heridas, pero a pesar de las capas de ungiiento para enmascarar el olor que se había aplicado, del maquillaje espeso y la máscara que cubria Su rostro... esas manos... esa energía cálida y radiante... eran inolvidables. Lo supo al instante. -íiCloe? - preguntó débilmente, con un destello de esperanza en sus ojos apagados. La mano de Cloe tembló ligeramente, pero no dijo nada. Al mirar su rostro pálido y demacrado, un dolor agudo le retorció el pecho. El que una vez fue un orgulloso Alfa, ahora era un hombre quebrado. Su cuerpo mostraba las inconfundibles marcas del envenenamiento por polvo de plata. Los rasgos afilados y apuestos del hombre que una vez amó ahora estaban demacrados y marchitos. De repente, él agarró su mufieca. - Tu aroma... -su voz tembló-. Aunque intentes ocultarlo, nunca lo confundiría. Cloe, eres tú, iverdad? Intentó quitarle el velo, pero el resto del personal médico lo detuvo. Sus manos temblaban. Sus ojos, antes ---- firmes, ahora estaban inyectados en sangre y descontrolados. - No te muevas -dijo ella con voz ronca y alterada, reprimiendo las emociones que surgían dentro de sí-. O el tratamiento no servirá de nada. -Tienes que ser Cloe... aunque tu cara sea diferente, aunque tu voz haya cambiado, sé que eres tú... te he estado buscando durante tanto tiempo... La mano de Cloe se detuvo por un breve segundo, pero siguió sin responderle. En ese momento, un nifio pequefio entró corriendo a la habitación y se lanzó a sus brazos. - jMamá! Era un nifio que había salvado en la sala de tratamiento. Su cuerpo había sido devastado por el polvo de plata, y hasta los sanadores más experimentados dijeron que no sobreviviría la noche, pero ella no pudo rendirse con él. Lo trató durante siete días y noches sin descanso, hasta que de alguna manera, logró recuperarse. Desde entonces, el nifio huérfano se había aferrado a ella, Ilamándola "Mamá". Mientras lo sostenía, su sonrisa inocente calentó algo profundo dentro de Cloe. ---- Los ojos de Aiden se apagaron al instante, observó la forma en que sostenía al nifio, y la luz en sus ojos finalmente se extinguió. -pLo siento... -su voz se quebró, cargada de emoción-. Te fallé. Al cumplir el tratamiento, lo enviaron de regreso a la manada y poco después, se corrió la voz de que cayó en una profunda depresión, encerrándose en su habitación durante días. En cuanto a Cloe, se quedó y continuó tratando paciente tras paciente en la instalación del norte. Lentamente, encontró un nuevo sentido de propósito, junto con el pequeão nifio que había salvado, quién Ilenó su mundo de calidez y fortaleza. Tres afios después, cuando el programa terminó oficialmente, segúnlas tradiciones de la manada, la solicitud para disolver el lazo de pareja fue aprobada automáticamente debido a los afios de separación. El vínculo entre Aiden y Cloe había desaparecido. Ella eligió quedarse en el norte. Lejos del caos, podía concentrarse en sanar, ayudando a quienes realmente lo necesitaban. Por las noches, a veces pensaba en el pasado, aunque el ---- dolor se había desvanecido como una tormenta distante, lo que quedaba era una reverencia por la vida y una devoción silenciosa al arte de la sanación. Quizás ese era su destino. Una vez Luna, ahora era solo una simple sanadora. Sin embargo, en esa tranquila tierra del norte, había encontrado verdadera paz y felicidad. La Cloe que lo dio todo por Aiden desapareció hacía mucho tiempo en una noche Iluviosa, con una última carta. Yla mujer que quedó ya no era una Luna, ni era una pareja. Era la madre de un nifio con una sonrisa brillante. Era una sanadora. Y para innumerables almas heridas, ella era esperanza. Discover our latest featured short drama reel. Watch now and enjoy the story!