---- La velada me resultaba insufrible. Al ver que Diego seguía entretenido, le dije que estaba cansada y que quería irme. Él se mostró descontento, pero Ana se ofreció: - Déjame acompafiar a Valeria a la salida. Necesito aire fresco. Empujó mi silla hacia la calle. Al Ilegar al centro de la avenida, un carro aceleró hacia nosotras. Ella dio marcha atrás y yo caí al suelo, conlos hombros sangrantes por la fricción. El auto huyó a toda velocidad. Ana se agachó y me palmeó la mejilla, murmurando: - Inútil. Me apretó con fuerza el hombro ensangrentado, se manchó la pierna con mi sangre y se quedó tendida, llorando. Diego corrió a socorrerla, 1Ilevándola en brazos hasta el auto, sin siquiera mirarme a mí, que estaba pálida por el dolor. Mientras se alejaban, Ana apoyó la cabeza en su hombro y me lanzó una sonrisa triunfal. ---- El chofer me llevó al hospital. Las cicatrices en el rostro ylos hombros tardarían en sanar. Al abrir TikTok, vi una publicación: una foto de un dedo vendado de Ana con el texto «Gracias a Dios estás bien. Nunca más permitiré que te pase algo». El dolor me ahogó, pues mientras él se preocupaba por su ufia, olvidaba que su verdadera prometida quedaba desfigurada días antes de la boda. Su mensaje no tardó en llegar: «Ana está lastimada y, como es mi empleada, debo quedarme en el hospital. Descansa en casa y nos vemos enla boda, te quiero». Respondí fríamente: «Bien. Tengo una sorpresa especial para nuestra boda». Mientras é| expresaba entusiasmo, yo no continué la conversación. Afuera, el auto de la agencia de desapariciones programadas había llegado. Les entregué un pendrive con el vídeo y el audio de Ana y Diego teniendo sexo: -Asegúrense de proyectarlos durante la ceremonia. Y ---- entréguenle a Diego este celular con mi nota suicida junto al cadáver falso. Quería que Diego supiera que yo podía oír cada gemido que había emitido mientras coqueteaba con Ana antes de que yo muriera, y que iba a cargar la culpa por el resto de su vida. Los agentes asintieron, entregándome una nueva identificación y un billete. - Todo está listo, sefiorita Mijares. Hemos borrado todo rastro de su pasado. Buena suerte en su nueva vida. Me puse las gafas de sol y conduje hacia el aeropuerto. Mirando la hacienda de Diego desvanecerse en el espejo retrovisor, sentí por fin que me liberaba del pasado. Valeria Solís, la inválida, había muerto. Ahora nacía Isabel Mijares, embarcada en un nuevo viaje enla vida. Discover our latest featured short drama reel. Watch now and enjoy the story!
