---- Capítulo3 Yeso sí que no me lo esperaba. Nunca pensé que la herramienta de la que hablaba fuera esa. El doctor Miles se subió rápido el pantalón y volvió a su cara de siempre, todo serio. Esa mirada sin expresión hacía que pareciera otra persona. - En efecto, acabo de comprobarlo... ya vi que eres adecuada para el molde más grande - me dijo como si nada. También empezó a explicarme con toda la seriedad del mundo cómo debia usarlo y en qué tenía que fijarme. Pero yo, la verdad, solo podía pensar en su cosa. Esa verga se veía tan buena como la de un negro grandote. Hasta me arrepentí... si no hubiera levantado la cortina justo en ese momento, lo habría disfrutado bastante. Definitivamente, se sentía mejor que la de mi marido. Mientras pensaba en eso, empecé a sentir calor en todo el cuerpo y una sed terrible. Vi una botella al lado y la tomé. Pensé que era para mí, así que la abrí y bebí sin pensarlo. ---- El doctor Miles volteó, me vio con la botella en la boca y su cara cambió de golpe. -iNo! Yaera tarde. Me había movido rápido y ya había tragado un poco cuando él habló. -iEse es un afrodisiaco! éPor qué la tomaste? - iAh? fEntonces qué hago? jPensé que era agua! -le dije, nerviosa. Apenas terminé de hablar, sentí cómo un calor fuerte me subía desde allá abajo hasta todo el cuerpo. Ese afrodisiaco no solo era rápido, también era muy fuerte. Vi un bafio cerca y me levanté de inmediato para ir hacia allá, pero perdí el equilibrio y caí directo en los brazos del doctor Miles. Sentir su pecho duro y fuerte me dejó aún peor. Ya casi no podía con el deseo. Quería que me pusiera en cuatro y me calmara. Ese pensamiento cruzó por mi mente en un segundo. - Perdón -dije, con la garganta reseca. Lo empujé como pude y seguí caminando. ---- Pero no alcancé ni a dar un paso cuando otra vez me caí sobre él. Él se dejó caer, y los dos terminamos cayendo encima de lacama. - Déjame ayudarte a ir al bahio -me dijo, mientras me agarraba con cuidado. -Me pica horrible... y se siente incómodo -Tle dije con voz bajita- . Quiero sentirla adentro. El doctor Miles me abrazó, y en ese momento sentí que su fuerza me daba justo lo que necesitaba. Me costó, pero logré apretarme un poco más contra é1, buscando presión. Él se quedó paralizado. -êNecesitas que te ayude? - me preguntó. Y justo cuando dijo eso, vi cómo se le marcaba otra vez el bulto en el pantalón. Ya no podía aguantar más. Me lancé de nuevo a sus brazos, sin control. Y sí... me ayudó con la picazón. En el bafio. ---- Le agradezco mucho, aunque me siento algo rara. Culpable. Mi marido solo quería ayudarme con buena intención, y yo terminé acostándome con el médico. Estaba confundida, con el corazón arrugado de la culpa. El doctor Miles lo notó y trató de tranquilizarme: - Podemos decir que fue un accidente. Nada serio. -Entonces... ipuede guardar en secreto lo que pasó hoy? Aunque parecía un hombre amable, igual tenía que cuidarme. Él es hombre. Puede que no le importe si alguien se entera. Pero yo soy una mujer casada, con hijos y esposo. Si esto se supiera, los vecinos no pararían de hablar. Mi marido no podría ni salir de la casa con la frente en alto. Mi familia podría sufrir por esto... y eso no era lo que yo quería. Esperé su respuesta con el corazón latiéndome en el cuello. ---- Él me miró por un rato, pensativo, y al fin dijo: -ZFClaro que sí. Pero con una condición. Sentí un vacío en el estómago. éIba a pedirme algo más? - Mi condición es que... quiero más. Hazlo conmigo otra vez, y te prometo que guardo el secreto. Me quedé tan sorprendida que creí haber escuchado mal. éDe verdad quería hacerlo otra vez? Yo pensaba que era un buen tipo. No le importó mi edad, me ayudó con lo que sentía... Pero resultó ser un animal. Y yo, que soy una mujer sencilla, del campo... équé ganaba con tener a un hombre así de guapo encima? iEn serio tenía tantas ganas? No debia pensar tanto. Yo quedé satisfecha... pero él no. Y eso me dejaba inquieta. é Qué debia hacer entonces? En este pueblo no hay mujeres jóvenes. Y ese pobre muchacho seguro se ha estado aguantando por quién sabe cuánto. ---- Después de lo que hicimos, debía estar hirviendo. Así que sí... yo debía hacerme responsable. - Bueno... pero después de que te ayude con eso, ni una palabra a nadie, éme oíste? - Ya vamos a lo que vinimos. Ponte en cuatro... y alza el culo. Discover our latest featured short drama reel. Watch now and enjoy the story!