---- Capítulo 8 - No hay nada que hacer. La condición de su madre... sefiorita, debería despedirse de ella. Podría ser la última vez que la vea. En ese momento sentí que todo a mi alrededor comenzaba a dar vueltas. Un fuerte zumbido en los oídos y un dolor intenso en la cabeza me abrumaron. -iVerónica, mantente fuerte! -gritó Andrés. Apoyándome en la pared, logré recomponerme y me dirigí a la habitación de mamá. Allí estaba, dormida como siempre. -Mamá, despierta, por favor. Acaricié su mejilla con ternura. Mamá era una persona muy fuerte, ella y yo habíamos escapado de las montafias. Ella era una estudiante universitaria que había sido secuestrada y se la habían Nlevado al monte a parir, pero como no podía tener hijos, la golpeaban y maltrataban sin piedad, deseando deshacerse de ella. Un día, me trajeron a mí, una bebé que también había sido raptada, y la obligaron a ser mi madre. ---- Pasaron muchos afios, pero finalmente logró huir conmigo. Sabía que yo era de Puerto Mar, así que decidió traerme aquí, con la esperanza de encontrar a mi madre biológica. Cuando no teníamos dinero para comer, me daba toda su porción. Y cuando no había dinero para pagarme la escuela, vendía lo que tenía para pagar mis estudios. Desde pequefia supe que no era su hija biológica. Un día le pregunté: -êPor qué eres tan buena conmigo? Ella me sonrió, acariciando mi cara como yo ahora acariciaba el suyo. -Cuando escapé, quise volver a casa con mi mamá. Pero cuando no pudo encontrarme, se deprimió y ella se quitó la vida de pena moral de haber perdido a su hija. No quiero que le pase lo mismo a tu mamá. Te ayudaré a encontrarla, pase lo que pase. Así pasaron más de diez afios. Finalmente encontramos a mi madre biológica, pero descubrimos que no tenía interés en recuperarme. Así que mamá decidió no entregarme. ---- Luego enfermó. Volví al presente y apreté su mano con fuerza. Pero esta vez, no hubo ningún milagro. Me lIlevé las cenizas de mamá a Rio Alegre. Antes de partir, vi a la sefiora López, sostenida por Andrés, esperando en la puerta del hospital. Sus ojos estaban llenos de lágrimas. - aAndrés me contó todo. Al principio no quería rechazarte, fue Camila quien me dijo que eras una persona de mala conducta. - Temía que avergonzaras a nuestra familia, por eso fui tan dura contigo. - Ahora me doy cuenta de que todo fue un error. Fue culpa mía por creer en las mentiras de Camila. Ya la he echado. Por favor, no te vayas, quédate a nuestro lado. Finalmente entendí que todos los afios de indiferencia de la sefiora López se debieron a las manipulaciones de Camila. Por unas simples mentiras, decidió ignorar a su propia hija. - iCree que merece ser mi madre? La vergiienza en su rostro era evidente mientras intentaba secar sus lágrimas, sin saber qué decir. Subí al ---- auto sin dudar. - Verónica, no puedo perderte -gimió Andrés mientras cerraba la puerta. Lo ignoré y, sin mirar atrás, me alejé de su mundo para siempre. En mi pequefio hogar en Rio Alegre, Ilegaron dos nuevos vecinos: un padre y su hijo. Los vecinos chismorreaban entre ellos: - RFEI padre se ve distinguido, parece alguien importante. Y su hijo es adorable y muy pilo. Apenas llegó y ya sacó el primer lugar en los exámenes de la escuela. - Pero, dicen que vinieron aquí buscando a alguien. -íéSerá a la madre del nifio? -Seguramente. El padre parece abatido, como si hubiera perdido a alguien importante. -iVerónica, estás en casa! -dijo Ethan con una sonrisa, dejando un pastel en mi mesa. -Hoy es tu cumpleafios. Vine especialmente a celebrarlo contigo. - Muchas gracias, Ethan. Yo también preparé algo de comida. Vamos al patio a comer. ---- Nos dirigimos al jardín, donde mi gatita Coco jugaba con un rollo de lana y varios nifios del preescolar disfrutaban de la tarde. Enla entrada, vi con el rabillo del ojo al padre y al hijo, Andrés y Mateito. Matito sostenía un gran pastel, y sus ojos, hinchados de tanto llorar, reflejaban tristeza. Andrés, en silencio, apretaba los pufios, pero yo fingí no verlos. -iFeliz cumple, maestra! -gritaronlos nifios con alegría. Ethan me tomó de la mano para que apagara las velas. Sentí una felicidad que nunca había experimentado antes. - Muchas gracias de corazón a todos. Este es el primer cumpleafios que celebro en mi vida. - Mi deseo es que todas las familias de mis pequefios estudiantes sean siempre felices y estén llenas de amor. Ethan me miró con ternura y comenzó a aplaudir. Entre las risas y los aplausos, sentí una paz y una alegría que nunca había yo conocido. Por fin, sabía que mi felicidad estaba aquí, en mi nuevo hogar, y que, en el futuro, también encontraría el amor ---- que yo merecía. Discover our latest featured short drama reel. Watch now and enjoy the story!
