---- Capitulo 11 No pude evitar fruncir el cefio cuando senti la presencia de Gabriel. El aroma familiar de su colonia, mezclado con desesperaci6n, me alcanzé antes incluso de que me diera la vuelta. Aceleré el paso, hablando con mas urgencia a mi asistente beta. -Asegiirate de que los marcadores del limite noreste se coloquen exactamente donde los sejialé en el mapa. Cualquier desviacion podria causar disputas territoriales mas adelante. -Si, sefiora. Y la inspeccién de derechos minerales? -Programala para la proxima semana. Quiero que todo esté debidamente documentado antes de avanzar. Miasistente asintié y se alejé rapidamente, dejandome sola con el hombre al que alguna vez llamé compaiiero. Gabriel habia estado esperando mas de una hora; lo sabia por su energia inquieta. Pero sorprendentemente, su rostro ya no mostraba la impaciencia de antes. En cambio, parecia... roto. Su cabello, usualmente perfecto, estaba despeinado. Su costoso traje estaba arrugado y manchado de lodo. Tenia ---- ojeras oscuras como si no hubiera dormido en dias. Se acercé lentamente, como si temiera que saliera corriendo con cualquier movimiento brusco. En sus manos sostenia un vaso de café familiar, de mi cafeteria favorita en el centro. -Aria. -Su voz estaba ronca, con un matiz de stiplica que nunca le habia escuchado. -Es tu latte frio favorito. Extra de espresso, leche de avena, sin azticar. Miré el vaso, y una ola de recuerdos me golpeé: aquellas maifianas en que solia llevarme el café ala cama. Cuando atin prestaba atencion a esos pequeiios detalles, como como me gustaban las bebidas. 10 impulsivo, cruel, esttipido. -trag6 saliva con dificultad. -Lo siento. Fui Sus manos temblaban mientras extendia el vaso hacia mi. -Te pido perdon. Por todo. Espero que me des una oportunidad para enmendarme. -Mientras recuperes los terrenos de caza que le entregaste a Luciano, puedo entregarte toda la manada para que la administres. Renunciaré. Seré tu beta, tu asistente, lo que quieras. Aria, hablo en serio. ---- La desesperacién en su voz era casi dolorosa de oir. Pero yo no senti nada. Miexpresién se volvié gélida mientras miraba el vaso de café y luego su rostro. -Hace mucho que no puedo tomar bebidas frias. -Dije con frialdad. -Problemas estomacales. Ulceras por estrés, en realidad. Le devolvi el vaso, viendo cémo su rostro se derrumbaba al darse cuenta de que ni siquiera sabia sobre mis problemas de salud. -Y ademas, yo no regalé los terrenos de caza. Si un alfa no puede gestionar adecuadamente a sus miembros, {no deberia reflexionar sobre sus propias fallas en lugar de culparme a mi? -éQuieres saber a donde se fueron tus preciados territorios? Pregintale a tu secretaria mentirosa, la que lleva meses vendiendo los secretos de la manada. El rostro de Gabriel palidecié por completo. -No necesito tu manada. -Continué, mi voz ganando fuerza. -Estoy construyendo la mia. Algo mejor. Algo limpio. ---- Su expresi6n de humildad se congelé por completo, como si lo hubiera abofeteado. -{Qué quieres decir? -Su voz se quebré. -éHablas de Valeria? El nombre qued6 suspendido en el aire como una maldici6n. Al recordar las lagrimas calculadas de Valeria en el hospital, el panico lo invadié. Buscé su celular con manos temblorosas y marcé su numero rapidamente. -Vamos, contesta. -Murmuré desesperado. Nada. Volvié a intentarlo, su ansiedad creciendo con cada tono sin respuesta. Atm nada. Su rostro se ensombrecid a medida que las implicaciones se hundian en su mente. Yo no tenia tiempo que perder viendo como él encajaba su propia estupidez. Me di la vuelta para irme, pero de pronto me sujeté la ---- mufieca con un agarre firme pero no doloroso. -Espera, Aria. Por favor. -Su voz se quebré al pronunciar mi nombre. -{Puedes darme una oportunidad para explicarme? Miré su mano sobre mi mufieca y luego su rostro. -éExplicarte qué, exactamente? -El acuerdo de disolucion fue por impulso. Estaba enojado, dolido, confundido. Nunca pensé realmente en separarme de ti para siempre. Todo esto es solo un malentendido. Ya balbuceaba, las palabras se atropellaban unas con otras. -Nunca te fallé, créeme. Estas llevando a nuestro cachorro ahora, no puedes quedarte sola. Puedo cambiar, puedo ser mejor, puedo... -éPuedes qué? -Una nueva voz interrumpié su stiplica desesperada. Antes de que Gabriel pudiera terminar la frase, otra mano se posé sobre mis hombros con una familiaridad segura. Luciano aparecié a mi lado como si hubiera surgido de la ---- nada, su mirada desafiante se encontré con los ojos atonitos de Gabriel. -El cachorro ya fue abortado. -Dijo Luciano con naturalidad, como si hablara del clima.- {Qué pasa, no lo sabfas, sefior Rivera? In the world of "Crimson Heiress" by CrushReel, business magnate Zelda falls victim to a treacherous plot orchestrated by her own brother and husband, unwittingly surrendering her empire to the cunning Yasmina. As Yasmina's sinister intentions unravel, Zelda meets a tragic fate. However, a twist of fate brings Zelda back to life, setting the stage for a riveting saga of betrayal, revenge, and redemption. Exploring themes of deceit, power struggles, and the complexities of relationships, "Crimson Heiress" delves into the intertwined lives of its characters against the backdrop of a captivating blend of CEO dynamics, time travel elements, and mysterious reincarnations. The narrative unfolds within the opulent setting of a grand mansion, where secrets are as abundant as the characters' ambitions. As Zelda navigates through her journey of transformation and retribution, readers are drawn into a web of drama that promises unexpected twists at every turn. What sets "Crimson Heiress" apart is its seamless fusion of suspenseful storytelling with elements of glow-up narratives and intricate character developments. With its gripping plotline and immersive exploration of vengeance and second chances, this ongoing tale captivates audiences seeking a compelling blend of mystery and drama. Discover the allure of "Crimson Heiress" for yourself; available to read online at CrushReel.