Capítulo 47: «Veamos cómo se desarrolla esto». Harlee era un misterio para él, y tenía la corazonada de que podría poseer numerosos secretos. Contrariamente a la suposición de que había huido de la escena, Harlee apareció desde el backstage, tomando a Adelina con la guardia baja. Sin embargo, esto era exactamente lo que Adelina había esperado. —Harlee, ¿has vuelto para unirte a la carrera? Se llevó las manos a la cara, adoptando una postura juguetona. —Sabía que no nos defraudarías. Con tal adulación, Harlee se vio arrinconada a participar. Harlee esbozó una sutil sonrisa. Su esbelta figura y radiante belleza, sin maquillaje, atrajeron todas las miradas mientras permanecía allí en silencio. Algunas personas poseen un encanto natural que ningún cosmético puede replicar. Harlee se encogió de hombros con indiferencia. «Precisamente por eso estoy aquí». Cuando Adelina se enteró de que Harlee iba a participar en la carrera, se emocionó. Nunca había oído hablar de que Harlee compitiera, y suponía que estaba aquí simplemente para atender a los hombres. Adelina dudaba de que Harlee pudiera manejar un coche de carreras y suponía que haría el ridículo. Adelina apenas podía contener su alegría al pensar en la profunda humillación de Harlee. Cuanto más metiera la pata Harlee, más brillante aparecería Adelina en comparación. Adelina estaba encantada, convencida de que Harlee había sido incitada a tomar una decisión precipitada. «Ya que vas a correr, el coche…» Luchó por ocultar su sonrisa, fingiendo estar preocupada, pero su voz era lo suficientemente alta como para que todos la oyeran. —Harlee, ¿cómo vas a encontrar un coche? —Ahora no le queda nada. ¡Probablemente alquilará el más barato y básico que tengan! —intervino Phoebe, tapándose la boca y riendo. Adelina hizo un gesto de preocupación. —Entonces, Harlee, tendrás que apañártelas. Solo tengo un coche, y es el que me enviaron mis padres cuando se enteraron de que iba a ir a las carreras. Dicho esto, Adelina pidió que trajeran su coche. Cuando apareció el coche de carreras, llamó la atención de todos. —¡Adelina, qué coche más bonito tienes! —exclamó Phoebe, acercándose a tocarlo. «Este coche debe de valer una fortuna. Tus padres te miman de verdad». Aunque procedían de una familia adinerada, no todo el mundo podía permitirse un coche de millones sin esfuerzo. «Mis padres me adoran». Las mejillas de Adelina se sonrojaron de orgullo mientras miraba a Harlee y decía: «Harlee, ¿te duele ver lo bien que me tratan mis padres? Me lo merezco. Después de todo, soy su hija biológica. Después de todas mis dificultades lejos de casa durante los últimos años, solo quieren hacer las cosas bien por mí». «Oh, supongo que no lo entenderías. Tú lo tuviste todo una vez, pero ese tiempo ya pasó. No te lo tendré en cuenta por ocupar mi lugar una vez».