Capítulo 35: Aunque las familias Gill y George eran cercanas, las interacciones de Harlee con Collin habían sido mínimas. En el pasado, siempre había sido él quien la buscaba, fingiendo que eran jóvenes amantes. Sin embargo, después de descubrir que Harlee no era la verdadera heredera de la familia Gill, la actitud de Collin cambió instantáneamente. Colmaba a Adelina de atenciones y se aseguraba de aparecer con ella en todas las ocasiones. Collin había nacido fuera del matrimonio, y Harlee sabía que no debía caer en su fachada. Hacía mucho tiempo que había descubierto sus intenciones ocultas. Quienquiera que fuera la verdadera heredera de la familia Gill, no tenía ningún significado real para él. Lo que le importaba a Collin era un matrimonio de conveniencia para asegurar su posición dentro de su propia familia. «Harlee, Collin solía ser muy amable contigo, pero dices cosas tan crueles para herirle». Adelina abrió mucho los ojos, pareciendo sorprendida mientras trataba de parecer entrañable. Los que les rodeaban, engañados por las palabras de Adelina, empezaron a susurrar críticas sobre Harlee. Adelina se fijó en que Harlee estaba sola, con los ojos brillando de satisfacción. «Harlee, no estás aquí para trabajar, ¿verdad?». Ante las palabras de Adelina, la multitud lanzó miradas desdeñosas a Harlee. «¿Quién hubiera imaginado que la antigua heredera de la familia Gill necesitara trabajar aquí para ganarse la vida?». «¿Cómo puede seguir siendo tan arrogante? Ni siquiera en este momento sabe cuál es su lugar». «¿Por qué no le hacemos un favor ayudándola a saber cuál es su lugar?». «Estoy de acuerdo». En medio de las burlas de la multitud, una chica que estaba junto a Adelina cogió una copa de vino y se lo tiró a Harlee. Harlee esquivó el chorro con facilidad. «¿Cómo te atreves a evitarlo?». La chica la miró con furia, avergonzada delante de todos. Su rostro ardía de rabia. «¿No puedes hacer nada bien, Phoebe?». Ante la burla de su amiga, Phoebe Watts, que había intentado humillar a Harlee, se sintió aún más avergonzada. Golpeó el vaso contra el suelo, haciendo volar los fragmentos. «¡Mira qué desastre! ¿No eres camarera aquí? ¡Baja y límpialo! Si no lo haces, te denunciaré y haré que te despidan». Mientras observaba la escena, Adelina enmascaró su petulancia con una fingida expresión de preocupación mientras tiraba del brazo de Phoebe. —Phoebe, ¿no es esto un poco exagerado? Le costó mucho esfuerzo escapar de su destartalada casa y conseguir un trabajo aquí. Si pierde este trabajo, podría acabar sin hogar, y seguro que no podría permitirse un motel. Como era de esperar, las palabras de Adelina solo envalentonaron aún más a Phoebe. La multitud observaba, disfrutando del espectáculo con la presunción de que Harlee cedería por el bien de su empleo. Sin embargo, para su sorpresa, Harlee permaneció inmóvil. «¿No me has oído?», le gritó Phoebe a Harlee. Adelina aprovechó el momento para burlarse de Harlee, haciendo como si realmente le importara, mientras que la verdad decía lo contrario. «Harlee, no seas tan testaruda. Mis padres han dejado claro que ya no te mantendrán. Si no te rindes ahora, ni siquiera yo podría ayudarte a pesar de mi sincero deseo de echar una mano».
