---- Capítulo 9 Di un paso vacilante, pero una mano cálida me tomó y me sacó de la habitación. En el auto de regreso, Mario habló con dulzura: - Rafaela, no dejes que el chantaje moral de Fabiola te afecte. Nada de esto es tu culpa, sin importar el resultado. Asentí, dándole una sonrisa tranquilizadora. Fabiola consiguió libertad condicional por su embarazo, aunque sus parientes seguían detenidos. Días después, la policía llamó diciendo que la prima de Fabiola quería vernos. - Sefior Flores, sefiorita Souza, quiero proponerles un trato -la streamer había adelgazado notablemente en pocos días. -iQué tienes para negociar? -Mario ni siquiera se molestó en mirarla. - Tengo información que podría resolver su mayor preocupación actual. Mi petición es simple: no me hagan responsable por los dafios al departamento - su tono era urgente. ---- Mario guardó silencio, y yo seguí su ejemplo. -Habla. Si la información vale la pena, aceptaré. La streamer habló con malicia: - El bebé que espera Fabiola no es del sefior Flores. Mario permaneció impasible, golpeando la mesa con sus dedos: - Continúa. - Un día que usted estaba ebrio, ella revisó su teléfono y encontró mensajes con la sefiorita Souza. Vino Ilorando diciendo que usted la engafiaba. La llevé a un bar para animarla y se encontró con su ex novio... pasaron la noche juntos. Me enfurecí al saber que Fabiola había traicionado a Mario. -iCómo estás tan segura de que el hijo no es mío? -iRecuerda la cirugía menor de Fabiola? Por temor a que los medicamentos afectaran al bebé, estuvo usando anticonceptivos los últimos seis meses con usted. Esa noche con su ex no tomó nada. Temiendo que no le creyéramos, afiadió: - Pueden investigar, su ex se llama Daniel Morales. Mario se levantó para irse, y ella se desesperó: -iMe ---- perdonarán? -TlInvestigaré. Si dices la verdad, no te perseguiré legalmente. Salí de la estación con sentimientos encontrados. De todos, ella era especialmente despreciable por usar mi humillación para ganar seguidores. Mario notó mi incomodidad: - Rafaela, no te preocupes. Fuera de la estación será más fácil encargarnos de ella. Me acarició la cabeza: - Tranquila, no dejaré que ninguno se salga con la suya. Había olvidado que su familia tenía un negocio. Pronto perderían todo. Fabiola perdió al bebé. Su ex novio fue a verla al hospital, ofreciéndose a cuidar de ella y el bebé. Fabiola reaccionó con violencia: - jEste hijo es de Mario! jNo tienes nada que ver! jLárgate! ÉI, aunque pobre, era devoto. La visitaba diariamente. Un día, intentando evitarlo, Fabiola cayó por las escaleras de emergencia. Perdió no solo al bebé, sino también su útero. ---- -iMario, fuiste tú? -sentí una mezcla de satisfacción y melancolía. -Contraté a su ex novio. Le di cien mil dólares para que cuide de ella - Mario bebia su café tranquilamente, sin mostrar molestia por la infidelidad. Fabiola volvió a prisión tras recuperarse. Finalmente llegaron las sentencias: quien debía ir preso fue preso, quien debía pagar pagó. Todos enfrentaronlas consecuencias. La última vez que vi a Fabiola, estaba completamente derrotada. -éSabes? El departamento que destruiste era tu futura casa matrimonial. La decoración era mi regalo de bodas para ustedes. Vi su expresión de shock y suspiré. - PEI piano que rompiste era una sorpresa de Mario para ti. Yo ni siquiera sé tocar. Sus labios temblaban sin poder hablar. La dejé mientras sollozaba desconsoladamente. Afios después, Mario encontró una cufiada verdaderamente hermosa, dulce y carifiosa para mí. ---- Disené y decoré su casa matrimonial, aunque para entonces ya era una disefiadora reconocida. Mi nivel había mejorado considerablemente, y mi cufiada quedó encantada con mi trabajo. Un día, mientras acompafiaba a mi cufiada embarazada al parque por orden de Mario, vimos a una mujer desalifiada y aparentemente perturbada. Mi cufiada, compasiva, quiso darle dinero. Al acercarnos, la oímos murmurar: -2Soy la sefiora Souza, lIlevo el hijo de Mario, jaja, jaja. - Me preparó una mansión, con una pintura de un millón de dólares, tan hermosa. - Y mi piano favorito, con un sonido maravilloso... Movía sus dedos en el aire, tocando un piano imaginario. Mi cufiada se quedó paralizada. La tomé del brazo. - Vámonos, qué casualidad, el hombre del que habla también se llama Mario Souza. Guié a mi cufiada hacia la luz del sol, dejando a Fabiola enlas sombras, perdida en sus delirios. Discover our latest featured short drama reel. Watch now and enjoy the story!