Capítulo 3: “Luna, me has dejado todos estos meses de lado, casi no nos vemos y fui comprensivo, pero no quiero lidiar con una chica que seguro se pondrá depresiva por perder a su madre”, dice John. “¿Es en serio? ¿Me dejas por eso?”, cuestiona Luna. “Si, no quiero lidiar con eso, además de todas las veces que me has rechazado, sin querer tener intimidad…”, comenta él. “¡Porque no era el momento! ¿Quién puede tener cabeza para el se%o si su madre se está muriendo en el cuarto de en frente?”, espeta Luna. Lo mira con dolor y niega con la cabeza, hasta que recuerda algo muy importante. “¿Y el dinero que te presté?”, le dice ella asustada, porque le ha prestado dinero que es para los gastos de la casa. “No puedo pagarte ahora, pero lo haré…”, responde John. “Sí, claro”, dice con sarcasmo, cierra los ojos exasperada y niega con la cabeza. “Lo siento, Luna, pero no puedo cargar con mis problemas y los tuyos”, John camina a la puerta sin mirar atrás y cuando la cierra, Luna siente que le falta el aire, se deja caer al suelo, pensando que ahora lo ha perdido todo. Se queda tirada en el piso en posición fetal, llorando su desgracia, hasta que sin darse cuenta se queda dormida. Se despierta asustada, ve que está en el suelo y se pone de pie adolorida. Una notificación le entra a su teléfono y ve que es su amiga. No le responde porque sabe que terminará contándole lo de John y no quiere recordarlo ahora. Se va a la cocina revisando el diario húmedo que estaba tirado en el césped y ve una oferta de trabajo, decide aplicar a él, porque con las deudas que tiene es imposible que siga estudiando y trabajando en la cafetería, ahora necesita un trabajo de tiempo completo. Ve los requisitos, se anuncia que la paga es buena y sin pensarlo dos veces, acepta ir. Manda sus datos al correo que allí se anuncia y espera que la acepten. Tal vez no sea la mujer más linda, pero en algo debe ayudar su juventud. Se prepara un té y se pierde en su triste realidad, sabiendo que todo será más duro ahora. Beverly se pasa las manos por el cabello y camina de un lado a otro cuando Luna termina de contarle lo que ha hecho. “No debiste… ¡No debiste! ¿Cómo sabes que no es para dama de compañía?”, pregunta indignada Beverly. “Porque para eso no necesitas ser inteligente y porque dudo que Gosling Food Inc. se preste para esas cosas”, dice Luna. Beverly se detiene de repente, se gira y ve a su amiga con el ceño fruncido. “¿Qué?”, pregunta Beverly. “Eso, la entrevista será allí, en cuanto envié mis datos, me dijeron que me verían en la oficina de recursos humanos, mañana”, afirma Luna. “Nena… nunca se sabe, ¿Y si es una trampa? No quiero que te pase nada… yo te acompañaré”, se ofrece Beverly. “No, yo puedo ir sola, no te preocupes por mí, todo estará bien”, Luna se termina su té y suspira con cansancio. “La paga es buena, según dice allí, además… si no quedo en ese trabajo, podría aprovechar de aplicar para otro, después de todo estoy estudiando cocina”, añade Luna. “¡Pero para ser una gran chef, no para encerrarte en una fábrica!”, exclama Beverly. “Beverly, eso de gran chef, buena estudiante, hija perfecta ya no sirve de nada, lo único que me queda es la casa de mi madre y tengo que hacer lo que sea para no perderla. Si tengo que ser dama de compañía, secretaria o enterrarme en una fábrica para eso, lo haré”, espeta Luna. “Además, es sólo por un tiempo, hasta que pague la hipoteca. Entiende que no quiero perderla, es un legado de mis padres y dejar que se la quede el banco sería lo peor que puedo hacer”, agrega. “Nena…”. “Por favor, mejor ayúdame a elegir la ropa con la cual ir”, pide Luna. “Ay, Luna…”, es todo lo que le dice, porque sabe que ya no tiene cómo convencerla de lo contrario. Se van al cuarto de Luna, en donde Beverly le ayuda a elegir la mejor ropa que tiene para ir a la entrevista, un pantalón de tela color crema, un blazer de color gris claro y una blusa blanca de vuelos. Le ayuda a elegir el peinado, una coleta alta, aros sencillos, maquillaje muy suave y unas botas de color marrón claro. “Listo, para lo que sea que vayas mañana, te ves presentable y sólo puedes pensar en que tendrás éxito”, le dice su amiga, que no está muy convencida. “Gracias, Beverly, te prometo que no me voy a meter en problemas, pero necesito comenzar a moverme antes de que la pena me coma”, dice Luna. “Nadie te va a comer. Y ya sabes que mis ahorros están disponibles para ti”, comenta Beverly. “Buenos, al menos sé que si no consigo el trabajo tengo algo de ayuda con la que puedo comenzar”, las dos amigas se dan un abrazo y se despiden. Aunque Beverly no esté convencida, ella debe intentarlo, no debe ser algo tan terrible si viene de una persona tan importante, además no es secreto para nadie que la paga en cualquiera de los puestos de trabajo en Gosling Good Inc. es una de las mejores en la ciudad. Luna se queda mirando su reflejo en el espejo, se sonríe porque no se ve como una chica de diecinueve años. Se va quitando todo y deja la ropa perfectamente doblada, se quita el poco maquillaje que se puso y se mete a lavarse los dientes. Al mirarse al espejo no puede evitar emitir un suspiro que demuestra lo asustada y sola que se siente, pero ahora no puede hacer nada más. “Madre, padre, sólo les pido que me ayuden desde donde estén… no me dejen sola, por favor”, reza Luna. Respira profundo para no llorar, cierra los ojos y trata de no pensar en todas las cosas malas que le han ocurrido en su vida, sino en aquellas buenas que pueden comenzar a pasar desde ahora. Por la mañana se levanta con mucho ánimo, ve un mensaje de su amiga deseándole suerte en su entrevista y se alista para ir a la cita. Se da una última mirada en el espejo y sale de allí con un sentimiento de tranquilidad. Se permite un taxi para no llegar tarde ni para arruinar su vestimenta, va con una gabardina de color blanco que su madre le regaló hace un año y siente que eso es como su manera de estar con ella. Al bajarse frente al edificio, ve la hora y sonríe al ver que ha llegado con veinte minutos de anticipación. Camina a la entrada, le presenta su identificación al guardia y le muestra la cita del jefe de recursos humanos. “Debe ir directamente a presidencia”, le dice el hombre con amabilidad. “Pero, aquí me dice que primero debía pasar por recursos humanos”, dice Luna. “Sí, pero el Señor Gosling ha dado la orden, todas las chicas que lleguen para la entrevista deben pasar directamente con él. Vaya por el ascensor de la derecha, ese lleva directamente con él”, le dice. “Gracias”, dice ella con un hilo de voz. Se mete en el ascensor y cuando las puertas se cierran no puede evitar sentirse más nerviosa que antes. “Será con el mismo CEO… no puede ser”, se cubre el rostro con una mezcla de miedo y ansiedad, las puertas se abren y sale de allí para encontrarse con un pequeño recibidor. Es oscuro, las paredes son de madera negra, frente a ella hay una puerta doble de vidrio ahumado, por lo que no se puede ver nada hacia dentro. Respira profundo y toca el intercomunicador que allí está. “¡¿Sí?!”, dice una voz muy masculina, grave, que le eriza la piel de inmediato. Se nota molesto por algo, Luna sólo suspira para calmarse y se da ánimo. “Vengo a la entrevista de trabajo”, dice con su dulce voz. Oye un ruido tras las puertas y de pronto estas se abren de par en par, dejándole ver la figura de un hombre alto, muy alto… y con una mirada que la hace encogerse. Ese hombre frente a ella no es normal, es evidente, pero de cierta manera le atrae como nunca un hombre le atrajo. Jack se levanta con el mismo humor de perros de siempre, aunque estos últimos tres días ha estado realmente insoportable por culpa de la exigencia de su padre. Sale de su departamento de emergencia, ese que tiene sobre su oficina para los días que no quiere salir de allí, y comienza a ver la lista de las candidatas. Title: A Match Made in Heaven In "A Match Made in Heaven" by CrushReels, a spontaneous decision leads to an unexpected twist of fate. What begins as a flash marriage to a street vendor unravels into the revelation that he is, in fact, a billionaire CEO. The story follows a wealthy heiress who finds herself lost and betrayed by those closest to her, navigating through deceit and the dark intentions of others. As she grapples with the aftermath of betrayal by her boyfriend and the unsettling proposition from her foster parents to be sold off to an older man, our protagonist faces challenges that test her resilience and character. Amidst the chaos of her circumstances, she discovers an unlikely connection with the street vendor turned CEO, leading to a journey of self-discovery and unexpected romance. Set against the backdrop of modern romance, this ongoing tale delves into themes of trust, redemption, and the complexities of human relationships. "A Match Made in Heaven" stands out for its unique blend of serendipity and intrigue, offering readers a captivating narrative that defies conventional expectations. Experience the unfolding saga online at CrushReel and delve into a world where chance encounters pave the way for extraordinary love stories.