Capítulo 1: Luna camina rápidamente a través de la lluvia, tratando de cubrirse con el paraguas viejo de su abuela, pero no tiene sentido. El clima en Seattle es fatal y por más que intente cubrirse, está empapada de pies a cabeza. Corre al porche de su casa, el que le da mucha más protección, y entra a su casa. Al hacerlo siente tanto o más frío que a fuera porque no ha logrado hacer funcionar la calefacción antes de irse, seguro se dañó y no tiene cómo pagar la reparación. Aun así, corre para ver a su madre enferma. ADVERTISING Desde los cinco años Luna vive sólo con ella, su padre murió en un accidente de tránsito y por quince años las dos debieron arreglarse como pudieron. Pero desde hace siete meses ella debió tomar el lugar de su madre en la cafetería donde trabajaba como mesera, porque le detectaron cáncer de útero que ha hecho metástasis y la mantiene postrada en cama. Debido a eso debieron hipotecar la casa para pagar lo que queda de sus estudios de cocina internacional y también para pagar parte del tratamiento paliativo. Pero las últimas semanas nada ha sido suficiente para calmar sus dolores, por lo que Luna sólo aprovecha los momentos que tiene con ella al máximo, porque sabe que en cualquier momento su madre partirá. Al abrir la puerta de la habitación se encuentra a su madre dormida, por lo que decide bajar de regreso para preparar la cena, en el camino pasa a su cuarto para quitarse la ropa mojada, se hace una coleta alta y corre para cocinar algo delicioso y que su madre pueda tolerar. “Ya verás, mami, te encantará esta comida”, dice con optimismo. Mientras prepara la comida, sueña en cómo le gustaría tener su propio restaurante, ser una mejor jefa que la suya y dar más empleo a chicos jóvenes que están pasando por algo similar a ella. Al terminar la cena, deja todo en una bandeja junto a una flor y va con su madre. Al ver que sigue dormida, deja la bandeja sobre la cómoda y se acerca para despertarla. Cuando lo hace, su madre no reacciona como suele hacerlo. “¿Madre?”, pregunta. Vuelve a moverla, pero la mujer no reacciona. Luna le toca la frente y se asusta al ver que está fría. “¡Madre!”, exclama Luna. La mueve insistentemente, pero la mujer no reacciona, las lágrimas corren por su rostro sin control en lo que sus dedos marcan a emergencias con un temor que antes no había sentido. Unos minutos después llega un equipo médico, Luna se queda allí esperando a que hagan algo, que se la lleven de una vez al hospital, que la hagan reaccionar… Pero en lugar de eso uno de los paramédicos se voltea para verla con expresión triste. “Lo siento, Señorita, su madre ha muerto”, le informa. Un grito desgarrador sale de lo más profundo de su pecho, siente que su corazón se desgarra al saber que su madre, su única familia, ha muerto. “¡No, ella no! ¡Madre!”, grita Luna. Intenta correr hacia ella para abrazarla, para besar su rostro delicado, frío y pálido, pero no se lo permiten. Su madre ha muerto sola, ni siquiera pudo despedirse y ahora no le permiten que se acerque a ella para un último adiós. Una de las chicas la saca de allí y le dice que debe esperar a que llegue la policía. Luna se siente confundida y destrozada al mismo tiempo, por la mañana se despidió de ella, la vio débil como cada día, pero aun así la despidió con una dulce sonrisa y le deseó un buen día. En un momento de tormentosa calma llama a la única persona que le va quedando en el mundo, su dulce novio. Pero por más que le llama y le envía mensajes, no responde, por lo que asume que debe estar trabajando. John, al igual que ella, también estudia y debe trabajar a veces hasta doble turno para pagar sus estudios, en su caso no tiene padres que lo ayuden desde hace muchos años. Ahora sólo puede pensar en lo mucho que lo necesita, siente que su mundo se ha fracturado. Tiene la sensación de que el suelo se ha abierto bajo sus pies y está cayendo en un espiral de dolor que no sabe si podrá superar. Dos horas después, luego de que realizan todos los peritajes del caso, se llevan el cuerpo de su madre y le dicen que ya por la mañana podrá hacer los arreglos funerarios. Los paramédicos la miran con lástima, una chica tan joven, frágil y dulce no se merece pasar por eso, al menos eso es lo que ellos ven. Cuando se queda sola en la casa, no puede evitar ir al cuarto de su madre, toma la cobija de lana que le abrigada los pies sobre el edredón y se lo lleva a su cuarto, pensando que así es como podrá ella tener algo de calor, pero esa primera noche en absoluta soledad para Luna será de las más frías de su vida. Se mete a la cama luego de una ducha en donde lloró para sacarse el dolor y se abraza a la cobija, en donde deja salir todo el llanto que hay en su interior una vez más. Ha perdido a su madre y todo lo que eso significa. Ha quedado sola, sin más que su novio y su amiga, con quienes no puede contar ahora porque están en sus trabajos. Su corazón sufre por eso, sus lágrimas le queman los ojos, pero no puede dejar de llorar. Casi al amanecer logra calmarse un poco, pero en lugar de dormir decide levantarse y enfrentarse a su realidad en la morgue, pero su mundo comienza a temblar cuando un mensaje escueto de su novio. Ese mismo día, cuando el hombre se baja del ascensor arreglándose el traje todos en aquel piso se quedan en silencio y fijan los ojos en sus ordenadores o se concentran en sus tareas. Jack Gosling con sólo poner un pie en algún lugar es capaz de dejarlos a todos en absoluto silencio. Todas las personas que trabajan para él saben que es un tirano, cruel y déspota, un hombre frío y calculador que sólo hace aquello que le beneficia personal y económicamente. Su asistente corre hacia él y comienza a recitarle cada una de las reuniones y citas de ese día. Seguirle el paso a Jack no es sencillo, pero parece ser que él es el único que ha logrado hacerlo. “Cancela la cita de las cuatro”, le dice entrando a su oficina y colgando el saco en la percha al lado de la puerta. “Hoy no quiero estresarme con nada”, agrega Jack. “Sí, Señor, así lo haré”, le responde. Se pierde de allí antes de que Jack lo vea siquiera, se sienta tras su escritorio y comienza a mover las manos para hacer dinero y ganar poder, porque eso es lo único que le interesa en la vida. Jack no le rinde cuentas a nadie y no se deja manejar por su familia como su padre querría. Aunque desde hace tiempo lo presiona con un nieto, pero él simplemente no quiere hacerlo. Eso de las relaciones humanas hace mucho no son lo suyo, la idea de tener una mujer que lo controle o lo espere en casa sin hacer nada no le agrada, es más… el sólo hecho de pensar en se%o le parece una pérdida de tiempo, es una necesidad que tiene de vez en cuando y se la quita con su amante de turno, pero tampoco es un adicto porque no le proporciona ninguna satisfacción. Sí, Jack Gosling es un misterio, un hombre realmente intenso en muchos aspectos de su vida, pero en nada que tenga que ver con sentimientos. Una llamada lo interrumpe en sus tareas y gruñe antes de contestar. “¡Aló!”, espeta con rabia. “S-Señor, lo siento, es su padre… está aquí y quiere ver… ¡No, espere, no puede…!”, le dice. Pero Harry no termina de hablar, porque ya Jason Gosling está allí para ver a su hijo y exigirle lo mismo de siempre. “Padre, que buen ejemplo le das a mis empleados, el de entrar sin anunciarte y esperar a que quiera recibirte”, comenta Jack molesto. Se pone de pie para dejar ver su figura poderosa, pero su padre es el único que no se intimida. “Hola, hijo, te esperé en casa para la cena de hace dos días y también para la de anoche ¿Cómo has estado?”, dice su padre. “Al grano, tengo trabajo”, ordena Jack. “Sabes a lo que he venido, ¿Por qué no me dejas ayudarte a buscar una mujer para que me des a mi nieto?”, cuestiona Jason. “Porque no se me pega la gana, me basta con la mujer que está en la recepción, ¿Acaso no es suficiente para ti?”, le responde Jack. “Es en serio lo que te pido, me estoy haciendo viejo y quiero un nieto, verte sentar cabeza, una mujer que te haga más humano…”, dice Jason. “Más débil, querrás decir, para que me pase lo mismo de antes”, le dice molesto caminando hacia el bar. “Lamento decirte que no te daré gusto”, agrega. Se detiene bruscamente y mira a su padre. Title: A Match Made in Heaven In "A Match Made in Heaven" by CrushReels, a spontaneous decision leads to an unexpected twist of fate. What begins as a flash marriage to a street vendor unravels into the revelation that he is, in fact, a billionaire CEO. The story follows a wealthy heiress who finds herself lost and betrayed by those closest to her, navigating through deceit and the dark intentions of others. As she grapples with the aftermath of betrayal by her boyfriend and the unsettling proposition from her foster parents to be sold off to an older man, our protagonist faces challenges that test her resilience and character. Amidst the chaos of her circumstances, she discovers an unlikely connection with the street vendor turned CEO, leading to a journey of self-discovery and unexpected romance. Set against the backdrop of modern romance, this ongoing tale delves into themes of trust, redemption, and the complexities of human relationships. "A Match Made in Heaven" stands out for its unique blend of serendipity and intrigue, offering readers a captivating narrative that defies conventional expectations. Experience the unfolding saga online at CrushReel and delve into a world where chance encounters pave the way for extraordinary love stories.