---- Capítulo 2 Bruna me tomó de la mano y, con voz solemne, me dijo: - Mabel, me alegra que hayas reconocido tus errores. Pero si los médicos dicen que Sergio está en fase terminal, creo que lo mejor sería dejarlo partir con dignidad. éNo crees? Mi suegro Mateo bufó y, con tono sarcástico, recriminó: -êAhora sabes más que los médicos? jDeja de hacer locuras! Haciendo un esfuerzo por que se me quebrara la voz, respondí entre sollozos: - Sergio es demasiado joven para morir. Ya me puse en contacto con especialistas en la Ciudad Capital -hice una pausa antes de continuar - : Además, hay en este momento un donante de hígado compatible. Si lo trasladamos ahora mismo, pueden hacerle el trasplante de inmediato. Era todo mentira, por supuesto. Lo dije para asustarlos. Y tal como esperaba, Lucina palideció y saltó de inmediato: -iNo, no puedes hacer eso! ---- Mis suegros también se opusieron con gran vehemencia. Miré a Lucina de reojo y le solté con frialdad: - Nunca había visto a una doctora que impidiera que un paciente recibiera tratamiento. fO acaso te equivocaste en tu diagnóstico? Los ojos de Lucina titubearon, pero insistió en que su diagnóstico era realmente correcto. Bruna, fuera de sí, empezó a gritarme: - iAcaso quieres matar a mi hijo? jIr a la Ciudad Capital significa tomar un avión! éY si le pasa algo durante el viaje? éQué haríamos entonces? Mateo se plantó frente a la puerta para impedir que me llevara a Sergio. Saqué apresurada mi teléfono y, con expresión siniestra, los amenacé: - Muy bien, no lo 1levaremos a la capital. Entonces haré que los expertos vengan a hacer una consulta. No creo que Sergio esté en desacuerdo. iVerdad? Al escuchar la palabra "consulta", Lucina se puso aún más nerviosa. Bruna tosió suavemente y le lanzó una mirada cómplice ---- a Lucina. Fingiendo ceder, les dijo a los demás: - 2Ya que Mabel ha contactado a los especialistas, hagamos lo que ella dice. Luego, volviéndose hacia mí, afiadió con amabilidad: - Mabel, vete a casa a descansar. Mateo y yo nos quedaremos aquí hasta que Ilegue el cuidador. Era obvio que querían deshacerse de mí. Acepté, fingiendo preocupación, y salí de la habitación. Apenas dejé el hospital, me disfracé y fui a cobrar el premio. j14 millones de dólares! Esta vez no pensaba contárselo a absolutamente nadie. Escondí el dinero en un lugar seguro, sin gastar ni un centavo, e incluso vendí el auto que solíamos usar. Al volver a casa, descubrí que la cuenta que Sergio y yo habíamos acordado no tocar jestaba en cero! Después de casarnos, los dos depositábamos parte de nuestros sueldos en esa cuenta, era nuestro pequefio fondo familiar y para la futura educación de nuestros hijos. -iEl muy miserable había sacado todo el dinero sin decirme nada! -grité desesperada a solas en casa. Un mal presentimiento me invadió. De inmediato hice ---- unas llamadas, pidiendo a varios amigos que investigaran ciertas cosas. Esa noche, tumbada en la cama, no pude pegar ojo. Sergio, el traidor, si de verdad había planeado fingir su muerte y fugarse con Lucina, debía haberlo preparado todo con antelación. Por suerte, la casa y el auto estaban a mi nombre, así que no podría venderlos a mis espaldas. Pero esa inquietud no me dejaba en paz. Apenas estaba conciliando el suefio cuando mi celular empezó a vibrar sin parar. Eran casualmente las tres de la madrugada, y la voz solemne de Lucina sonó al otro lado: - Sefiora Moreno, el estado de su esposo, el sefor Sergio Lugo, empeoró de repente. A pesar de nuestros esfuerzos, ha fallecido. Le acompafo en el sentimiento. Fingiendo una gran conmoción, respondí con voz entrecortada: -iQué? ;Cómo ha podido pasar? jVoy para allá ahora mismo! Colgué el teléfono, pero no pude evitar que una sonrisa ---- se dibujara en mis labios. "Ay, Sergio, te 'moriste' bastante rápido. No te dejaré escapar tan fácilmente", pensé, mientras sacaba algo del cajón y me apresuraba hacia el hospital. Enla habitación, Sergio yacía cubierto con una sábana blanca. Levanté la tela y lo observé detenidamente. Tenía el rostro sereno. Sin duda alguna, Sergio era el paciente con cáncer de hígado con mejor aspecto que había visto jamás. La mayoría de los enfermos estaban pálidos y demacrados, pero Sergio no mostraba ninguno de estos síntomas. iPlas, plas...! Sin previo aviso, le di dos bofetadas, pero Sergio no se inmutó en lo absoluto. "jQué buen actor!", pensé con satisfacción, "Parece que la droga fue lo bastante potente". Bruna intentó detenerme, pero me adelanté y me arrojé sobre el cuerpo de Sergio. Entre lágrimas, grité desesperada: -iSergio, desalmado! ;Cómo has podido abandonarme ? así? Entre mis lamentos, aproveché para confirmar mis sospechas. Su cuerpo seguía tibio y aún tenía pulso. In the latest episode titled "ReelTalk EP24-Surviving Bullying & Navigating Mental Health" by CrushReel, a poignant narrative unfolds between Autumn Noel and her confidante Amanda Liguori as they delve into the depths of mental health struggles. Autumn bravely shares her journey of overcoming bullying, shedding light on the impact of online harassment and the resilience needed to navigate such challenges. This raw and authentic conversation not only resonates with those facing similar adversities but also highlights the importance of seeking support during vulnerable times. As the story unfolds in this ongoing romance series, the bond between Autumn and Amanda deepens, showcasing the power of friendship in confronting personal battles. Through their candid exchange, themes of courage, empathy, and self-discovery resonate strongly, adding layers of depth to this heartwarming narrative. The unique blend of vulnerability and strength portrayed by the characters sets this episode apart, offering a refreshing take on mental health awareness within the romance genre. What sets this episode apart is its genuine portrayal of complex emotions and its unwavering commitment to authenticity. Available to read at CrushReel, this compelling exploration of resilience and friendship serves as a beacon of hope for readers navigating their own struggles.
