---- Capitulo 4 Las palabras que debieron ser halagos sonaron en mis oidos como burla. Esbocé una sonrisa amarga y les hice un gesto a todas las mujeres para que se fueran Después de esa demostracién para probar su inocencia, Bruno parecia mds tranquilo. Se senté en el borde de la cama y tomé mi mano entre las suyas, con expresién sincera. -Ambar, sabes que solo te amo a ti en esta vida. Mi corazon nunca va a ser de otra mujer. Respondi con un débil «aja», ignorando la decepcidn en sus ojos mientras alejaba mi mano. Un momento después, Bruno parecié recordar algo y agregé: -Ambar, mafiana tengo que viajar al territorio del Norte, asi que no puedo quedarme contigo. Pero mi teléfono va a estar disponible para ti las veinticuatro horas. Si me extrafias, solo llamame. Su declaracién de amor sonaba tan genuina, sin rastro alguno de engafio. Reprimi la incomodidad que me subia por el pecho y asentt. -Ten cuidado en el viaje Claramente, capté el destello de culpa en sus ojos antes de que hablara con un tono ligeramente dolido: -Odio irme sin ti. Aunque sea solo un dia, no quiero estar lejos de ti ni un minuto. Una vez que termine todo mi trabajo este mes, voy a pasar tres meses completos solo contigo. Sin asuntos de la ---- manada, sin distracciones -repitié. Si no supiera que iba a organizar una celebracién para su hijo ilegitimo durante esos siete dias, tal vez me habria conmovido con sus palabras. Finalmente, Bruno me bes6 la frente y salio del cuarto. Apenas se fue, abandoné la enfermeria y regresé a casa para recoger mis cosas. Después presenté mi solicitud al Consejo Alfa para romper nuestro vinculo de pareja y abordé un barco con destino a las Manadas Cazadoras en Europa Antes de subir a la embarcacién, borré la informacién de contacto de Bruno de mi teléfono y lo bloqueé en todas partes, despidiéndome para siempre de la vida que habiamos compartido Sentada en la cubierta del barco, observé por la ventana como el territorio donde habia vivido por més de treinta afios se hacia cada vez mas pequefio, y la pesada piedra que tenia en el corazon finalmente comenzé a aliviarse. «Bruno, adiés para siempre», pensé. Ala mafiana siguiente, llegué sana y salva al territorio de la Manada Cazadora. Usando mis excepcionales habilidades en el disefio de cristales curativos, abri una pequefia tienda cerca de sus terrenos centrales. Mientras tanto, Bruno estaba presentando a su heredero Alfa y nueva hembra de alto rango ante la Manada Tormenta. Justo antes de entrar al gran salén para la celebracién, se detuvo para preguntarle al sanador sobre mi condicién El sanador le aseguré que habia estado durmiendo profundamente desde su partida. Le dijeron que no me molestara y prometieron ---- llamar cuando despertara. Satisfecho con este reporte, Bruno finalmente entré al salén para comenzar la ceremonia. Sin embargo, de alguna manera, no podia quitarse mi imagen de la mente. La noche anterior, incluso habia sofiado que le pedia romper el vinculo de pareja. La pesadilla lo habia despertado de golpe, e inmediatamente habia llamado al sanador para confirmar que yo seguia durmiendo antes de que se le calmara el coraz6n Pero Bruno siguié preocupado y cada vez més inquieto mientras pasaban las horas, con la mente perdida en otros pensamientos. Cuando un anciano de la manada le pregunté cudndo realizaria la ceremonia de marcaje con Carmen, ni siquiera escuché la pregunta. Fue necesario que Carmen le moviera el brazo para traerlo de vuelta a la realidad. Cuando miré sus ojos, llenos de adoracién, lo Unico que pudo ver en su lugar fue mi rostro lleno de decepcién mirdndolo de vuelta Se dio cuenta de repente y aparté la mano de Carmen con brusquedad, antes de salir corriendo hacia la entrada del salén ceremonial. -iAlfa Bruno, la fiesta no ha terminado! ¢A dénde vas? -Ie grité un miembro de la manada. Solo ahora entendia lo importante que yo era para él. «Cémo pude traicionarla con otra mujer?», se pregunté. «Ambar, por favor, espéramen. Bruno corrié de vuelta a la enfermeria con el corazon acelerado, estaciond como pudo afuera y corrié por los pasillos hacia mi habitacion. ---- Solo cuando vislumbré por la puerta y vio la forma que aun yacia en la cama, con las cobijas subidas, respiré un poco més tranquilo. Empujé la puerta y entré, con una sonrisa tierna extendiéndose por su rostro. -iMi amor, ya regresé! -dijo suavemente. La figura en la cama no respondié. Bruno retiré la manta con cuidado y su sonrisa desaparecié cuando descubrié que solo eran almohadas arregladas para parecer una persona durmiendo. tiDénde estaba su Ambar!?