---- Capítulo 5 -iTú... tú no sabes lo que tienes! -Sam temblaba de la rabia, sefialándome con el dedo, pero sin poder articular bien sus palabras. -iMuy bien! jQuieres divorciarte, pues te concedo el divorcio! -iPero recuérdalo bien! jSin mí, no eres nada! - Quiero ver cuánto duras allá afuera sin mí. jA ver cómo te va! Leo también tenía el rostro desencajado, abrazando al bebé mientras observaba en silencio. -úLilia, tá también piensas así? peligrosa. - su voz sonaba baja, Mi hermana levantó la cabeza con determinación en la mirada: - Sí. No sé cómo será nuestra vida sin ustedes... pero seguro será mejor que esto. -Muy bien -Leo soltó una risa fría. -Si así lo quieren, ino se quejen cuando las tratemos sin piedad! -áéCreen que van a tener una buena vida lejos de nosotros? ---- -iLes advierto! Sin nosotros, ustedes no valen nada. - Y cuando estén allá afuera sufriendo y arrepintiéndose ivan a volver rogando! Sam y Leo creían que solo estábamos actuando por impulso, que al final volveríamos arrastrándonos después de pasarla mal. Pero lo que no sabían... era que ya habíamos tomado nuestra decisión. Ya no más dolor. Ya no más silencio. Una hora después. Mi hermana y yo salimos del registro civil conlos papeles de divorcio en la mano. Por fin, una gran carga se quitaba de nuestros hombros. - Por fin terminó -dijo Lilia, con una sonrisa amarga en el rostro mientras me miraba. - Sí... por fin. Le apreté la mano con fuerza, lIlena de firmeza. - A partir de ahora, vamos a vivir por y para nosotras. Nos dimos la vuelta sin mirar atrás. No queríamos ver una vez más a los hermanos Smith. Sam y Leo se quedaron parados, inmóviles, sin poder ---- creer que todo realmente había terminado. - iDe verdad... se fueron? -Sam murmuró, con el rostro Ileno de vacío y desconcierto. -Mejor así -bufó Leo, fingiendo estar tranquilo mientras abrazaba al nifio - jMujeres como ellas no valenla pena! Aunque el divorcio estaba firmado, nuestras almas seguían inquietas. El caso del secuestro aún no tenía avances. -PLucía, équé vamos a hacer ahora? -Lilia me miraba con angustia- Ese tal Jack sigue libre... tengo miedo de que venga a vengarse. Le tomé la mano con ternura, forzando una sonrisa para tranquilizarla: - No tengas miedo, hermana. Ya denunciamos... la policíalo atrapará. Aunque decía eso, por dentro yo también sentía un enorme vacío. Mientras Jack siga libre, nuestras vidas seguirán en peligro. - Pero... éy si no tienen pruebas? ;Realmente podrán ---- arrestarlo? -su voz temblaba. Podía sentir su miedo. Respiré hondo, obligándome a mantener la calma: - Vamos a encontrar la forma. Sea como Sea, vamos a protegernos. Pero justo cuando tratábamos de pensar cómo resolver el caso, sonó mi celular: era Sam. Vacilé un segundo, pero terminé contestando. -iHola? -iéQué demonios estás haciendo, Lucía?! -gritó Sam al teléfono, - iTienes idea de todos los problemas que me causaste? Me quedé callada un momento, atónita. No esperaba que me llamara... para quejarse. - Sam, ya estamos divorciados. No tenemos nada que ver el uno con el otro -respondí con frialdad, tratando de cortar la Ilamada. -iNada que ver? jQué fácil lo dices! -Su tono subió de inmediato. -iéSabes lo que causaste con lo del secuestro?! jLas acciones de la empresa se fueron al piso! iTodo por tu maldita mala suerte! ---- Apreté los dientes con fuerza, conteniendo la furia que me hervía por dentro. -iNo te pases, Sam! -iéYo? éY túá? jFuiste tú la que se empefió en casarse conmigo! jY ahora te quieres largar como si nada! ;jQué eslo que quieres!? Sus palabras eran cada vez más crueles. No aguanté más. iPum! Colgué el teléfono de golpe y, con manos temblorosas, bloqueé su número para siempre. Discover our latest featured short drama reel. Watch now and enjoy the story!