---- Capítulo 4 Pasaron varios días sin cambio alguno. Finalmente, John entró decidido en la tienda de Dante. Al ver a Marta recostada en su pecho, con una expresión de falsa inocencia, no pudo contener su enojo. Su voz fue cortante: - -Dante, esto es un campo de batalla, no un hotel. Si necesitas atender tus necesidades, solicita un traslado. El rostro de Dante se ensombreció de inmediato. - Si estás aquí por Leonor, dile que deje de hablar mal de Marta. jNo voy a permitir que se dafie su reputación! Johnrio con amargura, tratando de calmarse antes de sacar el teléfono del equipo y entregárselo a Dante. -Es la familia de Leonor. Dante tomó el aparato con indecisión, y en cuanto lo acercó a su oído, una voz furiosa atravesó la línea: -iEres un maldito! jjuraste que cuidarías a mi hermana! éPor qué...? Era León, mi hermano. Sí, claro. Ya habían pasado varios días; mamá, papá y ---- León ya sabían de mi muerte. Me senté en el suelo, abatida, temiendo imaginar cómo habrían reaccionado al enterarse. Dante interrumpió a León con frialdad, defendiendo sus actos sintitubear: -León, si Leonor te Ilamó para que vengas a reclamarme, no tengo nada que decirte. No creo haber hecho nada malo. Esto es un campo de batalla, no un lugar para caprichos. Mis manos temblaban de rabia. iCaprichos? iEntonces qué era su comportamiento con Marta? Mi hermano guardó silencio un instante, luego, su voz sonó baja, contenida: - Es que realmente no sabes en qué estado está Leonor? Dante soltó una risa amarga. -Se lastimó el brazo, apenas un par de raspones. Con una limpieza rápida está bien. (O me va a reprochar que nola vigilo todo el día? León reprimió su ira, y finalmente respondió: - -Ojalá nunca te arrepientas. Creímos en ti ynos ---- equivocamos. No vuelvas a buscarnos. Ninguno de nosotros quiere volver a verte. iNo! jNo cuelgues, León! jDéjame hablar con mamá y papá! Intenté tocar el teléfono, pero mis manos pasaban a través de él, y la impotencia me consumía. Dante se quedó mirando el aparato, confundido, mientras la sefial de ocupado resonaba en la línea. Luego, levantó la vista hacia John. -León y tú... los dos insisten en que voy a arrepentirme. é Qué debería lamentar? John soltó una risa sarcástica y se marchó sin decir más. La expresión de Dante se tornó sombría, y por un segundo, una chispa de miedo asomó en sus ojos. Estuvo a punto de seguir a John, pero Marta lo sujetó de la manga. -Marta, suéltame. Tengo algo urgente que hacer. -La voz de Dante temblaba, una fisura en su compostura habitual. Ellalo miró con ojos 1lenos de lágrimas, aferrándose a él con obstinación. ---- - PVas a ver a Leonor, iverdad? iVolverás aquí después de verla? Al escuchar mi nombre, su rostro se endureció. Sin decir una palabra, comenzó a soltar, uno por uno, los dedos de Marta que lo retenían, hasta liberarse por completo. Salió sin mirar atrás, dejando sus sollozos tras de sí. Dante recorría el campamento a grandes zancadas, como si estuviera dispuesto a darle la vuelta entera. Jamás lo había visto tan ansioso. Claro, no iba a encontrarme. Mi cuerpo ya había sido enviado de regreso al país. Si tan solo hubiera preguntado por mí antes, al menos habría podido verme una última vez. Pero no, prefirió dejarme. Ahora, esa urgencia resultaba inútil. Respirando agitadamente, Dante se detuvo, perdido. Yo estaba justo frente a él, observándolo con frialdad. Finalmente, fue a buscar a John, quien estaba atendiendo a un soldado herido. ---- Sin preámbulos, Dante entró y le exigió, con voz tensa: -iDónde está Leonor? He buscado por todo el campamento y no la encontré. Discover our latest featured short drama reel. Watch now and enjoy the story!