---- Capítulo 3 Afuera, sacó su teléfono resistente, ese que usábamos en el campo. Lo miró por un largo rato, con la pantalla aún abierta en nuestra última conversación. Yo habia escrito: [Marta me robó mi credencial del trabajo. jSe metió en la zona de guerra! Las balas no distinguen a nadie. jDile que se regrese a casa ya!] Dante respondió: [Solo vino a verme. No la critiques tanto. Yo me encargaré de que se vaya.] Yluego, yo: [Eres un médico de guerra profesional, épor qué pierdes la cabeza cada vez que se trata de ella?) Su respuesta fue fría: [No la ataques sin razón. Marta aún es joven. Con el tiempo, madurará.) Mi último mensaje fue breve: [Estoy cansada.] ---- La conversación terminó ahí, y parecía que Dante quería escribir algo, pero dudaba. Suspiré, lIlena de frustración. Marta y yo teníamos la misma edad, pero a los ojos de Dante, todo lo que ella hacía era una travesura de nifia, mientras que yo era siempre la villana manipuladora. -iay! Un grito agudo rompió el silencio dentro del campamento. Marta. Dante, alarmado, corrió de inmediato hacia ella. Marta yacía débilmente en el suelo, con lágrimas en los ojos, mirando a Dante con un aire de inocencia. -iHermano, hice algo mal? ;Por qué Leonor no ha venido a verme? Dante, preocupado, la levantó con cuidado y la 1Ilevó de vuelta a la cama. - No pienses eso, Marta. No es tu culpa. Ella es una reportera de guerra, y fue irresponsable quedarse contigo en una zona tan peligrosa. Ese es su error. Vi un destello de astucia en los ojos de Marta, aunque su voz seguía siendo suave y melosa. ---- - -Pero, Dante... aunque Leonor me regafió y me impidió seguir, es tu novia. Deberías perdonarla, éno? Dante frunció el cefio, molesto. -Marta, eres demasiado comprensiva. Algunas personas simplemente no valoran eso. Quizás lo mejor sea ignorarla unos días, para que reflexione. iReflexionar? éPerdón? jPor favor! Marta colándose en el campo de batalla ya era un problema, y encima tuvo el descaro de explorar las zonas más peligrosas como si nada. Si no la hubiera detenido a tiempo, probablemente habría 1Ilegado hasta el centro del conflicto. La aparté, la protegí, la mantuve a salvo. Y aún así, se la pasó gritándome, acusándome de querer alejarla de ti. Si no la hubiera lIlevado a un lugar seguro y cubierto con mi propio cuerpo, irealmente estaría aquí, actuando como la víctima? iPero claro, para él, todo es mi culpa! iAl final, la verdad es que nunca confió plenamente en mí! ---- Dante permanecía inmutable en la tienda de campafia de Marta, rechazando todo trabajo, como si hubiera olvidado por completo los ideales que alguna vez lo impulsaron. John, indignado, lo ignoraba completamente. Solo la joven enfermera, que acababa de unirse al equipo, se atrevía a acercarse y aconsejarle con suavidad: - FEs admirable el carifio que tiene por su pareja, doctor. Pero aqui tenemos más pacientes, y la herida de su novia no es tan grave. Esperamos que pronto pueda retomar sus labores. Al escucharla, Marta sonrió con una satisfacción evidente. Dante suspiró y se frotó el entrecejo, sin corregir a la enfermera. Solo respondió, con voz cansada: -Marta siempre ha sido frágil. No está acostumbrada a estas condiciones. Además, aquí abundan virus y bacterias... no puedo dejar de cuidar su herida. Sus compafieros, los mismos que una vez lo admiraron por su entrega, lo miraban con incredulidad. Ese Dante, que arriesgaba su vida sin dudar para salvar soldados, parecía haber desaparecido. ---- Y yo, en silencio, miraba, impotente, cada uno de sus movimientos, sintiendo cómo mi alma se llenaba de una tristeza insondable. Perdí mi vida, mientras que Marta... ella solo tenía un pequefio corte en la pierna. Fue en ese momento cuando lo entendí: para él, Marta siempre pesó más en su corazón de lo que yo podría pesar. Discover our latest featured short drama reel. Watch now and enjoy the story!
