---- Capitulo7 Una vez que logré calmarme, me senté con mis padres y les conté todo lo que había vivido durante estos afios. Las humillaciones, la soledad, la lucha constante por proteger a Tomás... Todo salió de mi boca como un río que había estado represado demasiado tiempo. Mi padre me escuchó atento, en silencio. Luego me dijo que, después de haberme acompafiado al avión, uno de sus hombres regresó con discreción a la manada del Bosque Gris para seguir indagando y así poder conseguir información sobre lo que ocurría en ese lugar. Ese subordinado contó que, justo antes del inicio de la ceremonia de sucesión, mientras Mateo se preparaba para recibir oficialmente el poder del clan, sintió un dolor cruel y despiadado, como si algo dentro de él se quebrara. Se Ilevó las manos al abdomen, se dobló sobre sí mismo y cayó de rodillas, el cuerpo temblándole por las convulsiones que sentía. Era el efecto de la droga que yo le había pedido a mi padre que le administrara unos días antes. Una pócima especial, elaborada por un curandero de ---- Suravia, capaz de simular el dolor desgarrador que siente un lobo cuando su compafiero marcado muere. Mateolo sintió. Lo reconoció. Su cuerpo lo sabía. Pero su mente se resistía a aceptarlo. Fingiendo que no sentía angustia, con los ojos oscuros por la confusión, le preguntó a uno de los guardias: -iY Camila? ;Dónde están ella y el nifio? éPor qué no han venido? El hombre dudó por un momento, pasó saliva y, al final, se atrevió a decir: -Alfa... La sefiora Lucía nos dio órdenes estrictas. Dijo que durante estos tres días nadie debía molestarlo por ningún motivo. Intentamos acercarnos, pero fue imposible. Y... hoy por la mafiana, la habitación donde se alojaba la sefiora Camila se incendió. El fuego fue devastador. Cuando lo apagamos... ya era tarde. Ella y el pequefio Tomás... No sobrevivieron. Mateo se quedó petrificado. Por unos segundos, ni siquiera respiró. - i Qué... Qué dijiste? - murmuró, con la voz inquieta. ---- Luego, de golpe, como si hubiera despertado de una pesadilla, se lanzó sobre el guardia con furia, propinándole una patada al pecho que lo arrojó contra el suelo. -RiEstás diciendo disparates! jCamila y Tomás están bien! jEllos estaban en el castillo, bajo máxima protección! jO acaso fuiste sobornado por algún enemigo? éQuieres sabotear mi ceremonia con tus estúpidas mentiras? iNo es así? El guardia temblaba de miedo, arrodillado ante él, sin atreverse a levantar la cabeza. - Alfa, se lo ruego, escúcheme... La situación fue algo extrafia desde el principio. Cuando llegamos, ya era demasiado tarde. Ambos cuerpos estaban irreconocibles, calcinados por las Ilamas... No pudimos sacarlos a tiempo... Mateo palideció como la ceniza, inmóvil, como si la sangre se le hubiera drenado del cuerpo. Luego tomó el látigo que 1Ilevaba en la cintura y comenzó a golpear al guardia sin piedad alguna, descargando su furia en cada golpe. -éQuién te dio derecho a maldecir a mi compafiera? jé Quién eres tú para pronunciar la muerte de mi hijo con ---- esa lengua inmunda? jLlévenme con ellos ahora mismo! iTráiganmelos sanos y salvos! Y si no pueden hacerlo. Todos ustedes están muertos! Afuera, los soldados formaron una fila, hincados sobre el suelo, sin emitir sonido alguno. Nadie se atrevía a corregirlo. Nadie tenía el valor suficiente de confirmarle que todo era verdad. La verdad estaba ahí, delante de sus ojos, pero él se negaba a aceptarla. Durante largos y angustiosos minutos, caminó en círculos, murmurando para sí mismo, intentando convencer a su mente de que todo era una mentira. Al final, con el rostro inquieto, dio la orden: -iPreparen el auto! jVoy a verlos con mis propios ojos! Pero justo cuando iba a dar el primer paso haciala salida, una mano lo sujetó con delicadeza por el borde de la túnica, deteniéndolo desde atrás. Lucía lo sujetó del brazo con ansiedad. -iMateo! ;A dónde vas? iLa ceremonia de sucesión está a punto de comenzar! ---- Pero é|, desesperado por encontrarme, ni siquiera se detuvo a mirar quiénlo llamaba. La empujó sin pensarlo dos veces, con fuerza, como si su vida dependiera de ello. -iQuítate! jNo me estorbes! Lucía, completamente desprevenida, tropezó hacia atrás y se golpeó contra la esquina de una mesa. Soltó un fuerte gemido de dolor, Ilevándose las manos al vientre y cayó al suelo, retorciéndose de angustia. Pero Mateo ya no estaba en ese lugar. Salió corriendo como un loco, a toda velocidad, rumbo a la zona del castillo donde Tomás y yo habíamos vivido. Y cuando llegó, allí estaba. La escena lo golpeó como un mazo en el pecho: solo quedaban escombros carbonizados, fragmentos quemados, y el olor persistente a ceniza y muerte. La casa se había reducido a un montón de ruinas negras, y alrededor, los sirvientes del castillo se habían reunido en completo silencio. Sus caras mostraban una mezcla de conmoción y lástima. ---- Sus voces bajitas murmuraban entre ellas: - Qué tragedia... La sefiora Camila era tan joven. Nunca pensé que algo tan terrible como eso pudiera pasarle... - FEl incendio fue brutal... Dicen que los cuerpos quedaron completamente incinerados. - Parece que Camila murió abrazando con todas sus fuerzas al nifio, como intentando protegerlo hasta el final... Mateo se quedó justo en ese lugar, completamente rígido, con la piel blanca como la cera. Las palabras no dejaban de resonar en su mente, cada una calaba hondo como una herida abierta. -iCállense! -gritó de pronto, 1Ilevándose las manos a los oídos como un nifio aterrado - . j|No quiero escucharlo! jNo sigan hablando! jEso no puede ser cierto! jCamila me lo prometió! Dijo que cuando terminara la ceremonia haríamos el ritual de marca juntos. jíbamos a estar juntos para siempre! Tomás todavía es tan pequefio... Ni siquiera le he ensefiado a montar en bicicleta! Su voz se quebró al instante. Los sollozos comenzaron a salir a borbollones, ahogados, dolorosos e, incontrolables. ---- Cayó de rodillas sobre las brasas humeantes. Conlas manos al descubierto comenzó a remover los restos chamuscados, buscando algo, así fuera cualquier Cosa... Las brasas ardientes le quemaban la piel, dejando heridas de consideración abiertas y ampollas que se formaban enseguida. Pero a é] esto no le importaba en lo absoluto. Varios sirvientes intentaron detenerlo, acercándose a sujetarlo. Pero Mateo los apartó furioso, uno por uno. -iNo me toquen! jNo me detengan! jiTengo que encontrarlos! jDéjenme ir con Camila y Tomás! Fui un completo idiota... Los traicioné, una y otra vez, por ambición... Por un poder que no vale nada sin ellos... Se llevó las manos a la cara, temblando. -Camila... Por favor... No me hagas esto... No bromees con algo así... Su voz se quebraba entre gemidos. Title: Can't Say I Love You Author: CrushReel Genre: Romance, Billionaire, CEO, Modern, Romantic, Secret, Revenge, Office, Secret Reveal Status: ongoing In "Can't Say I Love You," Weldon and Chelsea's marriage appears to be a union of convenience overshadowed by secrets and betrayal. Chelsea finds herself ensnared in a complex web where she is merely a pawn in Weldon's affair with Celine. The story delves into the intricate dynamics of relationships within the backdrop of wealth and power, exploring themes of love, deception, and retribution. As Chelsea navigates the treacherous waters of her marriage to a billionaire CEO, she must confront the hidden truths that threaten to unravel her world. What sets "Can't Say I Love You" apart is its compelling narrative that intertwines romance with elements of suspense and intrigue. Readers are drawn into a world where trust is a luxury and loyalty is tested at every turn. Experience this captivating tale of love and betrayal by diving into "Can't Say I Love You" available to read at CrushReel. Embark on a journey filled with passion and deception as secrets are unveiled in this modern romance novel set against the backdrop of corporate intrigue.