---- Capítulo 4 Pero no puedo, le dije que no a Alejandro. Todavía amo a mi esposo. Al pensar en Pedro, mi mente se despejó de inmediato y. finalmente logré salir de este torbellino confuso. Como el coche necesitaba más tiempo para repararse, después de explicarle todo a Alejandro, dejé el 1Ilave del coche en el taller y tomé un taxi de regreso a casa. Cuando lIlegué a casa, Pedro aún no había vuelto. Justo cuando iba a empezar a cocinar, vi a través de la ventana del suelo una escena que me hizo sonrojar y acelerar el corazón. No sé si buscaban emoción o simplemente se olvidaron de cerrar las cortinas. La mujer de cabello largo estaba completamente desnuda, recostada en una silla, moviendo la cadera hacia la persona que estaba enfrente. Cuando terminé de lavar las verduras y volví a mirar, ya estaban abrazados. La escena tan sensual me hizo sonrojar aún más. ---- Lo que más me impactó, desde mi ángulo, fue que el abdomen de esa mujer se notaba levemente abultado, debería tener al menos cinco meses de embarazo. No imaginé que esta pareja del frente estuviera jugando tan fuerte. Pero no sé por qué, de repente me vino a la mente lo que dijo Pedro: -FCarifio, ojalá estuvieras embarazada, me gustaría probar cómo es estar con una mujer embarazada. No sé si se sentirá más apretado.. Ylo que más me asustó fue que el hombre de enfrente llevaba un calzoncillo de Bob Esponja, jy Pedro también tiene un par igual, que yo le compré! De repente, comencé a sentir un nudo en el estómago. Rápidamente lIlamé a Pedro. La primera vez no contestó, así que marqué de nuevo, y finalmente respondió: -iQué pasa, carifio? Tengo una reunión esta noche, probablemente llegue después de las ocho. Ve preparando la cena y espérame. Mi corazón se hundió como si me echaran agua fría de la ---- cabeza alos pies. Porque justo en el momento que llamé, jel hombre de enfrente también recibió una Ilamada! Seguí llamando a Pedro, hice la tercera y cuarta Ilamada. Vi que el hombre de enfrente miró su celular, hizo algo y luego tiró el celular al sofá de al lado. Y millamada a Pedro se convirtió en un número apagado. En ese momento, mi corazón se sintió como cenizas. «iQué debería hacer? iDeberia ir directamente a confrontarlo y atraparlo en la traición, o debería aguantar y ser la buena esposa que ven los demás?» No tenía claro qué hacer, así que me quedé sentada en la sala hasta la tarde. Con un golpe, la puerta se abrió: era Pedro que regresaba. Al verme sentada en el sofá sin decir una palabra, él no notó nada raro, sino que me preguntó primero: - éNo has cocinado? Al ver que no respondía, se puso más agresivo: - Ana, équé te pasa? ---- - Pasas el día en casa sin hacer nada y solo gastando mi dinero, fahora ni siquiera cocinas? ;Pretendes que me muera de hambre? No pude evitar soltar una risa fría: -iHambre? ;Cómo vas a tener hambre? - No has comido lo suficiente en casa de enfrente? -éQué quieres decir? (Ahora hablas con sarcasmo? Al ver que Pedro seguía actuando, saqué las fotos que había tomado desde la ventana y se las mostré: -éCómo puedes no soportar la soledad y hacerle esto a una mujer embarazada? - Pedro, realmente estás hambriento, jcomes lo que sea sin importar si es repugnante! Al ver eso, Pedro ya no se molestó en fingir: -êNo puedes soportar esto, Ana? Te diré que desde hace tiempo estoy con Laura Morales. Finalmente entendí por qué siempre estaba tan agotado conmigo. Por eso dicen que los hijos que regresan a casa no comen, probablemente es porque ya comieron fuera. ---- No pude evitar sentirme patética. -iY el nifio que Ileva en el vientre es mío! éQué? FEl hijo de Laura es de Pedro? -Laura no es como tú, después de tantos afios de matrimonio, no ha podido tener un solo hijo. Discover our latest featured short drama reel. Watch now and enjoy the story!