---- Capítulog Después de siete horas de vuelo, Camila finalmente llegó a Binorte. Ya era de noche, pero frente a ella, una imponente villa que ocupaba casi la mitad de la montafia brillaba con tantas luces que parecía mantenerse de día. Apenas bajó del auto, alguien se acercó para ayudarla a sentarse en una silla de ruedas y la empujaron suavemente hacia la entrada. Desde lejos, vio a un grupo de personas esperándola en la puerta, y de inmediato se puso nerviosa. A su lado, el mayordomo le habló con tono afable mientras le presentaba a cada uno de los presentes: - Sefiora Camila, puede dirigirse a ellos como lo hace el sefior Pedro. En el centro está la sefiora Luisa Hidalgo, la abuela del sefior Pedro. A su izquierda, el sefior Jorge Ocampo, su padre, y la sefiora Ramona Vergara, su madre. A la derecha, los abuelos maternos del sefior Pedro. Y detrás de ellos... Camila nunca imaginó que en su primer día en la villa tendría que conocer a tantos miembros de la familia Ocampo. ---- Camila intentó no mostrarse. Ajustó rápidamente su respiración y su expresión antes de enfrentarse al grupo. Cuando llegó frente a ellos, hizo un esfuerzo por incorporarse, pero la anciana del centro, con una sonrisa cálida, la detuvo con suavidad. -Camila, querida, has viajado desde muy lejos y debes estar agotada. Además, estás herida. No hacen falta formalidades, quédate sentada, tranquila. -Cuando nos enteramos de que vendrías a Binorte, toda la familia quiso conocerte. No te alteres, ésí? -dijo un hombre con voz amable. -iSí, sí! jHola, Camila! Soy la prima de Pedro, puedes llamarme Yanina. Y esta es la abuelita Luisa... Gracias a la espontaneidad de aquella nifia de unos diez afios, que se ofreció a presentarlos a todos, Camila pudo saludar sin problemas a todos los de la familia Ocampo. La conversación transcurrió con fluidez, y para cuando se dieron cuenta, ya casi era medianoche. La gente comenzó a despedirse, acordando volver a reunirse cuando Camila hubiera descansado y sanado. Una empleada la empujó en la silla de ruedas hasta su habitación, y Luisa entró tras ellas. Al verla de cerca, los ojos de la anciana se Ilenaron de nostalgia y dijo: ---- -Camila, cuando recién naciste, jyo misma te tuve en mis brazos! En aquel entonces, tu abuelo todavía vivía y solía bromear diciendo que debíamos comprometerlos. Pedro, que era solo un nifio, te quería como una hermanita y aceptó de inmediato. - Después la familia Ocampo se mudó de regreso a Binorte y nuestras familias perdieron el contacto, pero Pedro nunca te olvidó. Poco antes de su accidente, aún hablaba de tu próximo cumpleafios. Quería visitarte. Lástima que, al final, pasó lo que pasó y no pudo. La anciana suspiró y le dio unas palmaditas en la mano, continuó diciendo: - Pero bueno, todo eso ya quedó atrás. Ahora que estás en Binorte, toda la familia te da la bienvenida. A partir de hoy, este también es tu hogar. Si necesitas algo, no dudes en decírmelo. Soy tu abuela y, pase lo que pase, siempre estaré aquí parati. Al escuchar a Luisa hablar con tanto carifio sobre aquellos recuerdos, Camila sintió que algo se removía en su interior. Aunque no tenía mucha memoria de su infancia, podía percibir la genuina calidez que emanaba de aquella anciana amable y cercana. Con suavidad, apretó su mano en respuesta y murmuró: ---- - Abuelita, mi abuelo me hablaba mucho de usted. Decía que eres "una sefiora de muy buen carácter y muy proactiva'... Las dos comenzaron a charlar sobre el pasado, abriendo poco a poco sus corazones. Para cuando se dieron cuenta, la conversación fluía con naturalidad, y terminaron riendo con una alegría sincera. Antes de despedirse, Luisa le acarició la cabeza con una sonrisa cálida y dijo: - Descansa bien, mafiana te acompafio a que te hagan una revisión general, y por la tarde vamos juntas a ver a Pedro, ite parece? Camila asintió con una sonrisa y la acompafió hasta la puerta. Cuando la puerta del cuarto se cerró tras de sí, recordó que la madre de Pedro había mencionado que todo estaba listo. Con esa idea en mente, se dirigió al vestidor. Al abrir el armario, encontró un sinfín de prendas cuidadosamente dispuestas: pijamas, ropa casual, abrigos y vestidos formales, ropa interior y una variedad de medias. Junto al tocador, una selección de productos de cuidado facial de distintas marcas la esperaba, yen el bafio, cada artículo de aseo estaba meticulosamente ---- ordenado. Pensando en todo lo que había ocurrido en apenas dos días, una extrafia sensación de irrealidad se instaló en su pecho. «iDe verdad estoy en Binorte? éY en poco tiempo me casaré con Pedro Ocampo?», pensó Camila, sintiendo cómo su corazón latía con incertidumbre. Title: ReelTalk EP 40 - Contract Lovers & Heartbreak CrushReel's ongoing romance series, Miss You After Goodbye, continues to captivate on the latest ReelTalk episode. Haley Lohrli dives into her daring new character, while Ben and Josh share insights into their own memorable roles, promising a blend of laughter and heartwarming moments. Exploring themes of love, loss, and unexpected connections, this episode delves deep into the intricate relationships that drive the narrative forward. As the stars reveal their on-screen chemistry and off-screen camaraderie, viewers are in for a treat with each unfolding scene. What sets this episode apart is its ability to balance humor with poignant storytelling, offering a refreshing take on modern romance dynamics. Dive into the world of Contract Lovers & Heartbreak, available to read at CrushReel for a journey that promises both entertainment and emotional resonance.