---- Ahora me sentia como alguien sin hogar, una donnadie. Después de pensarlo mucho, marqué el nimero de mi hermano Cristian. Lo cierto es que, en el pasado, si tuve un hogar, una linda familia Hace cinco afios, vivia con mis amorosos padres y mi bondadoso hermano. Pero no habia hablado con Cristian en casi una eternidad. El celular soné durante un rato antes de que contestara, con su voz cargada de impaciencia -(Bueno? Por un momento, no pude moverme. Me llené de nervios al escucharlo. -Hermanito, anhelo volver a casa Parecié pensar durante mucho tiempo antes de finalmente responder: -Vuelve entonces. Para llegar a casa, tenia que pasar por un sendero oscuro. La penumbra me envolvia, y por un momento, cref ver la figura familiar de Cristian caminando adelante. El sabia que me daba miedo la oscuridad y era natural que habia venido a buscarme. Pero cuando estiré la mano, la figura desaparecid. Me quedé parada en el sendero sombrio, con el corazon pesado. Ni siquiera podia recordar la ultima vez que Cristian habia venido a buscarme asi. Luchando contra mi miedo, finalmente Ilegué a casa. En la sala, Cristian estaba sentado de mal genio. Antes de que ---- pudiera sentarme, me arrojé un montén de papeles. Los recogi y me di cuenta de que eran contratos de negocios cancelados. Mira lo que hiciste con tanta ineptitud tuya. No me defendi. Para mi y para todos era ya claro que Henry le habia informado del divorcio y estaba usando eso para vengarse de los, Savic. -Nola, cuando te revolcaste en la cama de Henry Novak, no pensaste en que este dia llegaria? -Y ahora que esta harto de ti, y que te abandoné, quieres volver arrastrandote a la familia Savic? Qué te debemos para que nos pagues de esta manera? -Por tu culpa, la familia Savic carta en la completa miseria. Cristian estaba furioso, y le costaba siquiera controlarse. En estos cinco ajfios, era la primera vez que me hablaba tanto. Sabia que me culpaba. Pero este tiempo habia sido dificiles para todos. Contuve las ldgrimas cuando los papeles cayeron sobre mi. Esa sensacién familiar de mareo aclaré mi mente Cubriéndome la nariz, me alegré de que esta vez no hubiera sangre. Cuando Cristian se calm
