Capítulo 50: El coche de Adelina valía millones. ¿Podría Harlee superar eso? Ni siquiera era posible. «¿Estás segura?», arqueó una ceja Harlee. Phoebe se burló, subiendo el tono. «Sí, estoy segura. Todos aquí pueden dar fe. Pero si fallas, te arrodillarás y te disculparás conmigo». Harlee cruzó los brazos, con una fría sonrisa en los labios. Phoebe se burló: «¿Qué pasa? ¿Te estás acobardando?». «Trato hecho». Harlee asintió en señal de aceptación. Todas miraron a Harlee como si hubiera perdido la cabeza por aceptar tal cosa por provocación. Quizás haber sido expulsada de la familia Gill la había afectado tanto. Nadie creía que Harlee tuviera un coche mejor que el de Adelina, excepto Rhys, que permaneció imperturbable. «Muy bien. Enséñanos tu coche ahora», dijo Phoebe, con las manos en las caderas y una sonrisa burlona en los labios. Adelina echó más leña al fuego. —Harlee, no seas tan testaruda. El coche que te he comprado te queda perfecto. No seas así… —Cállate. Harlee le lanzó una mirada a Adelina por ser tan ruidosa. En respuesta a la contundente respuesta de Harlee, Adelina puso cara de ofendida. Phoebe y las demás fruncieron el ceño a Harlee. «Adelina, ignórala. Es una desagradecida». Phoebe se volvió hacia Harlee y le exigió: «¡Muestra el coche! ¡O pide disculpas públicamente!». Harlee permaneció inmóvil. «¿Qué pasa? ¿Dónde está tu coche?», se burló Phoebe. Adelina y su grupo estaban disfrutando visiblemente de esto. Harlee miró hacia la entrada. «Ha habido un retraso». «¡Oh, tía! ¡Sigue fingiendo!». «Si no lo tienes, admítelo. ¿Retrasado, en serio? ¿Estás intentando ganar tiempo?». «A ver cuánto tiempo puede seguir así». «Nunca he visto a nadie tan desesperado por mantener su fachada». «Debería admitirlo. Pronto la veremos disculparse». «Estoy deseando que eso ocurra». Justo cuando Phoebe se disponía a enfrentarse a Harlee, estalló un alboroto en la entrada. «Mi coche ha llegado», anunció Harlee con compostura. Todos se volvieron a mirar al mismo tiempo. Al instante, todo el lugar quedó en silencio. Un elegante coche de carreras negro con vivos dibujos rojos, que parecía una poderosa bestia lista para atacar, entró lentamente desde la entrada, con su superficie reluciente a la luz del sol.