---- Capítulo 10 Ese ruido los asustó a ambos, en el sofá. Papá fue el primero en espabilar, apresurado, tratando de disimular mientras se acomodaba la ropa. Solo al ver que no había nadie alrededor, suspiró aliviado. Yo también estaba tensa. Jamás pensé que de verdad pudiera levantar algo... Así que, por instinto, floté hasta el florero roto para observarlo mejor. -iAh! -iUn fantasma! Justo en ese momento, Darly alcanzó a ver una sombray gritó a todo pulmón. iQué está pasando? fElla... puede verme? Me quedé petrificada en el lugar, sin entender nada, demasiado atónita para moverme. Pasaron unos segundos de silencio. Al ver que no había " nada" más, Darly se abrazó de nuevo a la cintura de papá y empezó a quejarse con voz mimosa: -Tengo miedo... abrázame. De pronto se sentó sobre las piernas de papá, conla ---- blusa ya desabrochada, casi por completo. Ambos volvieron a su atmósfera íntima, dejando escapar apenas unos gemidos ahogados. Yo, al ver esa escena, deseé de corazón haber nacido ciega. iQué asco! Pero justo cuando estaban más perdidos en su perversión, la puerta de la habitación se abrió de golpe. El ruido fue tan inesperado que el viejo degenerado de mi papá se asustó tanto que manchó su pantalón. Era un rastro de descaro líquido y puro. Darly, pálida como un cadáver, al ver entrar alos policías se apresuró a cubrirse con un cojín que tenía a mano. Nada sorprendidos, los dos agentes entraron como si nada. Sin prestar atención a la vergonzosa escena, uno de ellos puso la orden de registro sobre la mesa frente a papá. Al verla, papá pareció recordar algo... tal vez a mí. Al cadáver que tenía escondido en la bodega. Entró en pánico de inmediato. ---- -iQuiénes son ustedes? jEntrar así a una casa ajena es ilegal! jLos voy a demandar! El agente que traía la orden ni siquiera parpadeó. Habló con tono seco y autoritario: - Aquí tiene mi placa y mi número de agente. Si quiere, puede anotarlo para presentar su denuncia después. - Sefior Leclair, está usted siendo notificado: hemos recibido una denuncia de que asesinó a su hija biológica, Chiara, y nos dijeron que el cadáver de ella aún está oculto en la bodega de esta residencia. Estamos aquí para registrar el lugar, conforme a laley. Las palabras del policía no habían terminado y ya papá estaba tambaleándose, con las piernas flaqueando, apoyándose contra el sofá para no caer. Trató de mantener la calma: -iEstán equivocados! Mi hija no está muerta. Solo la castigué. La encerré un tiempo. Ella debió escapar y dejar un cadáver cualquiera ahí. -En lugar de molestarme, mejor búsquenla. Si logran encontrarla, les daré el millón de dólares de la recompensa. iDios mío! ---- Ver que finalmente la policía había llegado a su puerta me provocó una alegría tan intensa que sentí que iba a flotar de felicidad. Bueno... técnicamente, sí floté. Y no paraba de dar vueltas emocionada alrededor de Darly y papá. No sé quién fue el alma caritativa que los denunció, pero de corazón: jgracias! Cuando reencarne, lo primero que haré será devolverle el favor. Los policías no prestaron atención a los gritos absurdos de papá. Uno de ellos lo tiró al piso de inmediato, y lo obligaron a caminar, escoltado, hacia la bodega. Yo iba justo detrás, Ilena de emoción. Era la primera vez desde el día de mi muerte que volvía a eselugar. Con el tiempo, los recuerdos del encierro ya no me dolían tanto. Ahoralo único que sentía era pura ansias de justicia. Casi un afio había pasado. Mi cuerpo ya estaba tan descompuesto que solo quedaban huesos. Hasta las ---- ratas se habían ido, sin nada más que roer. Cuando abrieron la puerta de la bodega, un hedor insoportable salió disparado. Incluso los policías, curtidos en mil casos, se vieron obligados a retroceder y buscar un rincón donde vomitar. Después de unos minutos, el agente principal se puso un tapabocas y entró. Por suerte, yo era un fantasma y no tenía nada por oler. Pobre de esos policías... debió ser terrible. Los acompafié al interior. Al volver a ver mi cadáver después de tanto tiempo, ya no sentí miedo. Solo un poco de tristeza. En vida, yo era una chica que adoraba verse linda. Y ahora... solo quedaban huesos. La carne había sido devorada por ratas. En mis huesos todavía se veían marcas de dientes. Qué horror. Pensé que ese policía también se asustaría... pero para mi sorpresa, observó mi cadáver con seriedad y se ---- agachó para limpiarle con cuidado los restos y la suciedad. Guardó silencio unos segundos, y luego murmuró en voz baja: - Haré que el culpable pague por lo que hizo. - Discover our latest featured short drama reel. Watch now and enjoy the story!