---- Capítulo 9 Una brisa sopla, esparciendo pétalos de flores frente a mi lápida. Él se inclina y coloca suavemente las flores en el suelo, acariciando mi fotografía. -TLo siento, todo fue mi culpa. Mi terquedad causó tu muerte. Pongo los ojos en blanco. A estas alturas, no tiene sentido decir nada, ni seguir actuando. El Alfa Carlos saca de su bolsillo un pequefio pájaro tallado en madera. Bajo la mirada y me sorprendo al ver que aún conserva ese pequefio pájaro. En aquel entonces, me suplicó que le regalara el pájaro de madera que tallé con mis propias manos. Pero después de dárselo, desapareció rápidamente. Pensé que el Alfa Carlos y yo no volveríamos a cruzarnos, pero cuando lo vi de nuevo, fue porque vino a buscarme para pedirme que fuera su compafiera. Con el corazón lIleno de alegría, acepté inmediatamente. ---- Después de casarnos, busqué por toda la mansión, pero nunca volví a ver el pájaro. Resulta que lo 1Ilevaba consigo todo el tiempo. Pero sacarlo ahora es demasiado tarde. Ya estoy muerta, ya no hay nada que esperar. La boda fue apresurada. Pensé que tendríamos mucho tiempo por delante para conocernos mejor. Pero la repentina aparición de Amanda arruinó mis planes. Bastaba con que ella hiciera un gesto y el Alfa Carlos, como un perrito, movía la cola e iba corriendo hacia ella. Mitristeza, mi ira, mi infelicidad... él las ignoraba todas. Intenté cambiar, pero él creía que yo estaba interfiriendo en su relación con Amanda. Por más que me explicara, se negaba a creerme. Con el tiempo, dejé de fantasear y abandoné mi última lucha. Pensé que mi frialdad final despertaría su amor. Pero subestimé mi lugar en su corazón. ---- Ahora entiendo que lo más importante para é] era él mismo. El Alfa Carlos esboza una sonrisa triste, mientras las lágrimas caen lentamente. -Tlrene, descansa en paz. jámanda nunca saldrá de prisión en esta vida! Hago una mueca. El Alfa Carlos sigue siendo arrogante. Tú también eres responsable de mi muerte, écómo piensas castigarte a ti mismo? El Alfa Carlos suspira, como si hubiera escuchado mi pregunta, y murmura para sí mismo. -TLo siento, sé que cualquier cosa que diga o haga ahora es demasiado tarde. Si quieres verme, puedes ir al frigorífico. Viviré allí de ahora en adelante. Esas marcas en la pared, las miro y las toco todos los días. Sé que debiste sufrir terriblemente. El Alfa Carlos saca una botella de licor de su bolsillo y bebe la mitad de un solo trago. -Siento que no merezco seguir siendo el líder de la manada, pero he discutido con todos durante mucho tiempo y se niegan a aceptar mi renuncia. ---- Irene, estoy realmente agotado, estoy tan cansado... i Podrías visitarme en suefios una vez? Perdóname, te extrafio tanto, deseo verte una vez más, ver cómo tus ojos se curvan cuando sonríes. Escucho en silencio sus palabras desde el aire. La brisa sopla, olvidémonos el uno del otro. Ambos nos equivocamos, erramos en nuestra obstinación por el amor, en darle demasiada importancia y anhelarlo con exceso. Ambos pagamos un precio terrible. Ya hemos sufrido demasiado en esta vida. Solo espero que en mi próxima vida pueda realizar mis propios suefios, con menos fantasías sobre el amor. Alfa Carlos, sinceramente espero que puedas asumir tu responsabilidad, cumplir con las expectativas de todos. Guía a nuestra gente, que prosperen y vivan en paz generación tras generación. Adiós, y que nunca más nos volvamos a ver. Discover our latest featured short drama reel. Watch now and enjoy the story!
