Capítulo 17: Al caer al suelo, arrastra sábanas y aparatos, algunos se desprenden de su piel, causándole un leve ardor. La puerta se abre y Klaus entra, dejando caer su café al ver la escena. “¡Alexander!”, exclama, corriendo a su lado. “¿Dónde estoy? ¿Qué me ha pasado?”, pregunta Alexander, desesperado por respuestas. “¿Dónde está Anna?” Klaus le cuenta la verdad: el ataque, la operación, la anestesia que lo mantuvo en coma, y cómo todos, excepto unos pocos, creen que está muerto para mantenerlo a salvo. “¿Cuánto tiempo he estado en coma?”, pregunta Alexander, temiendo la respuesta. “Más de tres años”, revela Klaus. Alexander se niega a creerlo, la noticia es un golpe devastador. “¿Y el bebé?”, inquiere, con la esperanza y el miedo entrelazados en su voz. “Cumplió tres años. Es niña”, responde Klaus con una sonrisa. Alexander se siente abrumado por la emoción y la tristeza. Ha perdido tres años de la vida de su hija, tres años de lucha y sufrimiento de Anna. Se cubre el rostro, llorando por lo perdido y por la injusticia que han sufrido. Jura que aquellos responsables pagarán. Con determinación, se levanta de la cama, aún inestable y débil, pero con una resolución férrea. ¡Quiero verlas! Necesito verlas y que ellas me vean, que sepan que he vuelto por ellas y que esta vez nada, ni nadie, podrá separarnos. Intento dar unos pasos, buscando salir de la habitación para ir en su búsqueda, pero caigo al suelo abruptamente. El dolor en mi cabeza es insoportable; el mundo gira a mi alrededor y debo luchar contra la náusea para no perder la consciencia. Klaus acude en mi auxilio, llamando a voces a las enfermeras y doctores por ayuda. Pero yo no quiero su ayuda; lo que necesito es estar con Anna y mi hija. Desesperado, comienzo a gritar su nombre una y otra vez. Pocos segundos después, las enfermeras y los doctores aparecen en la habitación y, junto con Klaus, logran tranquilizarme y estabilizarme. Me hacen chequeos, administran medicamentos y tranquilizantes, sin comprender que solo necesito a mi familia. Después de insistir, los médicos nos dejan solos, no sin antes darme instrucciones detalladas y advertirme que no puedo dejar la clínica debido a las complicaciones que aún necesitan atención. “Tienen que dejarme ir”, exijo con firmeza. “Necesito estar con mi familia. Necesito volver con ellas” Pero las indicaciones son claras: no puedo salir. Mi recuperación, después de tanto tiempo en coma, debe ser gradual y salir ahora podría impedir mi completa recuperación. Frustrado, discuto con ellos, pero es inútil. Se van y me dejan a solas con Klaus. “¿Ya le has dicho?”, le pregunto, pensando que quizás ha contactado a Anna para contarle que finalmente he despertado. “He intentado llamar varias veces, pero ni Anna ni Cristhian contestan”, responde Klaus, intentando otra vez. Él hace varias llamadas sin éxito. La impaciencia crece en mí y le exijo que me pase el teléfono. Repito el mismo proceso, llamando una y otra vez, cada vez más angustiado al no obtener respuesta. Quiero, necesito oír su voz. Finalmente, hago otra llamada. El teléfono suena, una, dos, infinitas veces… Hasta que, al fin, se escucha su voz al otro lado de la línea. POV ALEXANDER THOMPSON “Hola”, responden con voz angelical al otro lado del teléfono. Mi corazón se detiene por un momento y siento cómo se me hace un nudo en la garganta. No puedo articular palabra alguna. Escuchar su vocecita por primera vez es algo maravilloso, inexplicable. Una lágrima se desliza por mi mejilla y tengo que llevarme la mano al rostro para contener el impulso de romper a llorar. “Hola”, repite ella, esta vez con un tono de ligera molestia. “¿Santa, eres tú? Porque mi mami me dijo que si me portaba bien, me ibas a traer un poni y yo he sido buena, Santa” Me río ante su inocente comentario. Habla con tanta claridad, es tan despierta y vivaz. No puedo creer que soy parte de la creación de este ser tan maravilloso. “¿Cómo te llamas, princesa?”, le pregunto con voz temblorosa. “Soy Mia, Santa”, responde. “Mia Kalthoff Thonson” “Tienes un nombre hermoso, Mia”, le digo, sintiendo una oleada de emoción con solo pronunciar su nombre. “¿Cuántos años tienes?”, pregunto, aunque desesperado por hablar con Anna, ahora no quiero dejar de escuchar a Mia. Quiero saber más sobre ella, escuchar sus historias, conocer todo acerca de su pequeño mundo. “Hoy cumplí tres añitos”, se ríe, y el sonido de su risa es música para mis oídos. “¿Tuviste una fiesta, Mia?” Mia… sigo repitiendo su nombre en mi mente, como si cada vez que lo digo, cobrara vida un recuerdo hermoso que actualmente escapa de mi memoria. “Sí, mi mamita y mi tío me hicieron una fiesta”, dice emocionada. “Comí pastel, galletas, dulces y tenía un vestido de princesa y mis diamantes” “¿Te divertiste mucho en tu fiesta?” “Sí, pero luego me puse triste y lloré”, declara, y puedo imaginarla frunciendo el ceño, triste. “¿Por qué te pusiste triste, Mia?”, pregunto, temiendo que algo malo les haya pasado, pero lo que dice es peor de lo que imaginaba y me rompe el corazón. “Me puse triste porque mi papito no pudo venir a mi fiesta” Esas palabras me desgarran por dentro y no puedo contener las lágrimas. Lloro amargamente mientras Klaus, que ha estado observando la escena, se gira y sale de la habitación, dándome privacidad. Siento un dolor agudo en el pecho, una mezcla de arrepentimiento y anhelo que me impide seguir hablando. “Santa, ¿Sigues ahí?”, pregunta mi pequeña después de un silencio. “Ya no quiero un poni”, susurra con tristeza. “Solo quiero que mi papito venga a mi próximo cumpleaños” ¡Qué difícil es esto! Saber que mi hija ha sufrido por mi ausencia, que ha llorado en sus cumpleaños deseando verme… “Te lo prometo, mi princesa”, le digo, con la voz quebrada por el llanto y el dolor. Title: Amnesia CEO Discovers Foster Daughter's Shocking Secret at Her Wedding! In the aftermath of a tragic car crash, a corporate titan loses his memory while rescuing an orphaned girl. Adopting her and leading a modest life as a laborer, he remains unaware of his true identity. As the girl comes of age, she invites him to her wedding where a startling revelation unfolds, exposing a web of deceit and revenge that challenges their bond. This gripping tale delves into themes of identity, family ties, and the consequences of past actions. Set against the backdrop of corporate intrigue and personal drama, the story navigates the complexities of power dynamics and emotional entanglements. With its modern twist on traditional narratives, this ongoing saga promises a riveting exploration of love, betrayal, and redemption. Discover the captivating saga of the amnesia-stricken CEO and his foster daughter's intertwined destinies. Available to read at CrushReel for those seeking a compelling blend of CEO drama, modern storytelling, and themes of revenge.
