Capítulo 4: ???? ???? ???? ???? ???? Ella se pasó la mano por su mejilla, sintió el ardor en su rostro, unas lágrimas quieren salir, pestañea varias veces para aguantar las ganas de llorar. “No puedo creer que me estés vendiendo como un pedazo de carne a un hombre que ni siquiera conozco, pareciera que no fuera tu hija papá, ¿Por qué siempre permites que insulten a mi mamá?” Su papá nuevamente le da otra cachetada. “No te permito que me hables así, tú no eres nadie aquí, en cuanto a tu madre solo fue una vieja estúpida que le creyó a un jovencito todo lo que le decía porque no quería perderlo, ahora está muerta, y tú solo eres un estorbo en esta casa, si no fuera por esa cláusula en el testamento te juro que hace tiempo te hubiera echado de esta casa” Al escuchar esas palabras de su propio padre, se sentía miserable, todavía su cabeza no entiende cómo el hombre que la procreo y que se s uponía que la protegería, la odia por solo haber nacido. “¡¿Papá, porque me haces esto?!, ¿Yo que te hecho?” “Tu madre fue la que te busco, yo nunca te quise, deberías darme las gracias que he sacado la empresa a flote y no te has muerto de hambre”, gritó furioso. “Te casaras por las buenas o te voy a golpear hasta que obedezcas” Lindsey sintió un nudo en la garganta, quería gritar, llorar, salir corriendo, golpearlo, pero sabía que con eso no iba a lograr nada. Al contrario, ese ardor en las mejillas iba ser poco para lo que le esperaba si seguía protestando, ya conocía la crueldad de su familia y el maltrato físico por parte de su progenitor. Miró hacia donde esta Courney y Kathen, vio en sus rostros unas sonrisas de satisfacción, le hirvió la sangre, pero no puede hacer más que agachar la cabeza. “Está bien, como tú desees papi” Se dio la vuelta para marcharse cuando escucha. “No entiendo el lamento, eres una z%rra estúpida que se va a casar con el hombre más cotizado del país y te haces rogar” Courney hacia una mueca de frustración. “La que se tenía que casar con él era yo y no tú” Lindsey aguantaba las ganas de lanzarse encima, y gritarle que ella es la culpable de lo que le pasó ese día, algo tenía esa bebida para marearse de esa manera con un sorbo y estaba segura de que Courney tiene que ver con eso. Suspiró y comenzó a dar pasos acelerados hasta llegar a la habitación. Al día siguiente se despertó con los rayos del sol que entran por la ventana, estira la mano hacia la mesita de noche y mira la hora. Se levantó sobándose las mejillas que todavía le duelen, al mirarse al espejo, tenía una mejilla más hinchada que la otra, su cara estaba rojiza, suspira y se mete al baño, Mientras se viste con una camisa de cuadros y una falda larga, se entristece al recordar los momentos felices que compartió junto a su madre. ‘Si estuvieras viva mamá no hubieras permitido que mi papá me maltratara de forma p$rversa, contigo mi destino hubiera sido diferente’ Miró la hora y salió rápidamente de la casa, para no ser vista. Cuando llego al taller de costura que tiene junto a su amiga Janna la escucha decir: “¡Por fin llegas!, he adelantado los pedidos de la señora María” Janna la sintió llegar, estaba sentada junto a una máquina de coser, al no escucharla hablar se volteó y miró su aspecto deplorable. Se acercó y la abrazó mientras le susurró al oído: “¡Dime! ¿Qué te hicieron esas sanguijuelas ahora?, mira tú linda carita como te la dejaron” Lindsey se separó de su amiga, camino hacia una mesa y empezó a ordenar unas piezas de telas que estaban allí. “Mi querido padre fue quien me dio dos cachetadas” “¡¿Ahora porque ese desgraciado te pego?!”, preguntó Janna con tristeza. Lindsey le contó a su amiga todo lo que había pasado desde el día del evento hasta lo que le dijo su padre. Janna se llevó las manos a la boca aterrorizada por lo que escucha, le hierve la sangre por lo que ha tenido que pasar su amiga, se acercó y le tomó las manos. “Estoy segura de que Courney tiene que ver con lo que pasó en esa habitación, ese bastardo de tu padre ¿Cómo pudo decirte esas cosas?, pronto va a pagar sus maldades ya sea aquí en la tierra o en el infierno. ¿Estas segura que ese hombre no te tocó?” “Amiga estoy casi segura, yo no sentí nada, además, tenía el blúmer puesto y no tenía fluidos” “Eso no tiene que ver, pudo haber usado c%ndón, vamos al médico y lo comprobamos” “¿Para qué?, igual haya pasado algo o no, mi padre me va a obligar a casarme o me puede ir peor” Suspira amargamente por el destino que le toca. “No entiendo como un padre puede ser tan cruel con su hija, de esas brujas los entiendo porque no llevan tu sangre, pero ese maldito es tu progenitor” “Esa es la razón, él nunca quiso que naciera, por eso me odia” “Ay amiga, como quisiera ayudarte, si tan solo pudieras huir, pero ya sabemos lo que pasó la vez que intentaste hacerlo” Un escalofrío recorrió el cuerpo de Lindsey, al recordar cuando hace un año, al cumplir 18 años, estaba cansada de los maltratos y humillacio nes de esas tres personas, que salió sigilosamente de la casa con su moral en la espalda y unos cuantos billetes que logro reunir para el pasaje. Tomó un taxi al aeropuerto, compró un boleto al extranjero donde vive su abuela materna. Se le hizo extraño que la persona que atendía la taquilla miró su pasaporte un rato, se quedó mirándola y le preguntó. “¿Usted es la señorita Lindsey Girt Rise?” “¡Si soy yo! ¿Por qué?” De respuesta sólo consiguió: “Espere un momento” La persona hizo una llamada telefónica que Lindsey no logró escuchar, luego de unos minutos aparecieron dos guardias de seguridad y la escoltaron a un cubículo. “Señorita, espere aquí”, dice unos de los guardias y cierra la puerta a su espalda. Empezó a mirar el lugar, era blanco, con una mesa cuadrada y dos sillas, una en cada extremo. Se sentó a esperar y los nervios se apoderaron de ella. No sabía qué pasaba. ‘¿Por qué me tienen en esta habitación?’ Una hora después la puerta se abre y un sudor recorre cada parte de su cuerpo y el desasosiego aparece. “Escuincla estúpida, creíste que te podías escapar sin que yo no me enterara”, gritó su papá. Trazo una sonrisa malévola en su boca. Se acercó a ella, la presiona por el brazo y se la lleva a rastra por el pasillo del aeropuerto. Luego, la lanzó en la parte trasera del carro y conduce. Lindsey expresaba terror al mirarlo por el retrovisor, el rostro de su papá era frío y distante. Al llegar a la casa la sacó a la fuerza del carro. Ella solo lloraba a mares. Él abrió la puerta del sótano y le dio una cachetada tan fuerte que ella cayó rodando por unos pocos escalones, adolorida. Discover our latest featured short drama reel. Watch now and enjoy the story!